LA FRASE

"LAMENTAMOS MUCHO LA MUERTE DE ROBERTO GIORDANO, NOS QUEDA EL CONSUELO QUE ANTES DE SU PARTIDA PUDIMOS CUMPLIRLE EL SUEÑO DE DISOLVER LA AFIP." (MANUEL ADORNI)

lunes, 28 de marzo de 2016

EL RELOJ DEL TAXI


El bochornoso tránsito express del acuerdo con los fondos buitres por la escribanía del juez Griesa y Paul Singer (léase Congreso nacional) se justificó desde el principio con la metáfora -de cuño duranbarbiano- de "el reloj del taxi que está corriendo", disciplinadamente repetida por todos los voceros del macrismo: Pinedo, Monzó, Massot, el propio Macri.

La idea era que la fecha del 14 de abril operaba como una "dead line" para la discusión legislativa y la aprobación del acuerdo, pues si para entonces no se producía, no tomábamos deuda y no le pagábamos cash a Paul Singer (porque de él en definitivas se trata: el más privilegiado de los buitres), se caía todo, no salíamos del defáult y al no haber "Plan B" se producía la hecatombe: ajuste e hiperinflación, según el vaticinio de Macri.

Y no arreglar con los buitres no solo trababa el pago de los bonistas reestructurados bajo ley Nueva York (por las cautelares ordenadas por Griesa), sino que seguían corriendo los intereses del fallo del octogenario juez, pese a que el propio gobierno prometió "negociar con dureza" los términos de la sentencia, justamente para morigerar esos intereses.

Tal parece que ahora y pese al apoyo manifiesto del gobierno de Obama, la justicia neoyorquina le corre la cancha al gobierno, porque la Corte de Apelaciones de Distrito fijó la audiencia para tratar las apelaciones de los buitres (entre ellos, Singer) contra la decisión de Griesa de levantar las cautelares para el 13 de abril; o sea apenas un día antes de la fecha límite impuesta por NML, y aceptada sin chistar por el gobierno argentino. 

Al respecto, leíamos en La Nación: "...en la Secretaría de Finanzas ayer trabajaban en varias alternativas. Una es presentar un nuevo escrito en la Cámara para solicitarle una aceleración de los tiempos. Otra -la más factible- es que NML, con quien la Argentina había asumido el compromiso de pago el 14 de abril, acceda a postergar esa fecha. "La fecha del 14 de abril prevista en el acuerdo con NML y otros fondos para el cierre de la operación no impide que, a la luz de la fecha estipulada por la Cámara para la audiencia oral, pueda ser ajustada de común acuerdo con estos fondos, para que no pierdan su condición de acreedor con preacuerdo vigente y alcanzando antes del 29 de febrero", dijo Eugenio Bruno, abogado del Ministerio de Hacienda. "De este modo, una vez aprobada la ley y expedida la Cámara acerca de la cautelar, la Argentina les pagaría a todos los acreedores con los que llegó a un acuerdo, sin que la fecha del 14 opere como un impedimento", aseveró. El 14 de abril había sido, después de todo, una fecha tentativa que se fijó para alinear a bancos e inversores. Sin embargo, según había declarado a la prensa el 29 de febrero pasado el mediador Daniel Pollack, está estipulado en un principio que  el preacuerdo se caiga si no se cumple con esta fecha a las 12 del mediodía de la hora de Nueva York. Convenios como el de NML establecen que si la Argentina no cumple para el 14, a partir de entonces la tasa de interés aplicable ya no sería del 2%, como se negoció, sino que sería un promedio de las tasas de los bonos originales, lo que en este caso sería más cercana al 4 por ciento. " (las negritas son nuestras) 

O sea que lo que hasta ahora era una fecha límite y cuestión de vida o muerte (que operaba como un revólver en la sien de los legisladores para que avalen el acuerdo), ahora es "una fecha tentativa", que se puede conversar con los buitres. Sin embargo, la "conversación" no será gratis: pasado el plazo pactado sin que paguemos, los intereses se más que duplican volviendo a los de los bonos originales; con lo que solo sentándose a esperar, Paul Singer se embolsaría en concepto de intereses entre 300 y 400 millones de dólares más, y se evapora la supuesta "quita sustancial" fruto de la "durísima negociación" de Prat Gay y Caputo, que algunos salames (como Alicia Ciciliani) compararon en el Congreso con las de los canjes de deuda.

Cuestiones todas que se podrían haber evitado si el acuerdo -tal como fue presentado al Congreso- era rechazado y se forzaba al gobierno a renegociarlo en mejores términos para el país; en lugar de "taparse la nariz" y levantar la mano para aprobarlo "porque es un tema que hay que cerrar sí o sí para volver a los mercados de capitales", o apelar a "cazabobos" como el proyecto paralelo para hacer pasar todo el endeudamiento futuroinexorablemente por el Congreso. 

Lo responsable en éste caso no era aprobar el acuerdo, sino rechazarlo y que lo negocien otra vez, porque el único apurado en cerrarlo ya, en cualquier condición y a como de lugar, es el gobierno de Macri: su "Plan A" era levantar el "cepo" y que llovieran los dólares (25.000 millones en poco más de un mes prometió Prat Gay), y cuando falló, salieron corriendo a arreglar con Singer, como fuera. Quedó claro que ni Paul Singer (que tiene "el reloj del taxi" corriendo a su favor) ni la justicia yanqui (pese al"amicus curiae" de Obama) tienen demasiado apuro en terminar con el pleito. 

En el transcurso del debate en el Congreso, se desoyeron todas las advertencias sobre los riesgos jurídicos que entrañaba el acuerdo, incluso apuntadas por algunos que lo votaron o van a votar a favor. No hablemos ya de que también se desoyeron las advertencias de muchos expertos sobre la inconveniencia de salir a re-endeudarse rápidamente a tontas y a locas para pagarles a los buitres: acá el inefable "Willy" Kohan nos cuenta que habrá muchos inversores "ansiosos por tirarse de palomita" a comprar los nuevos bonos que emitirá el gobierno; porque esperan una tasa de retorno del 8,5 %.

Es muy posible que incluso la tasa sea superior, porque si no cierra todo antes del 14 de abril -cosa que parece poco probable a esta altura, aun cuando la Corte de Apelaciones ratifique el levantamiento de las cautelares- el gobierno de Macri necesitará 400 millones de dólares más de lo previsto, para los intereses adicionales que habrá que pagarle a Singer por no haber cancelado la deuda en la fecha pactada. O sea que el "reloj del taxi" no sólo sigue corriendo aunque acordemos con los buitres, sino que lo seguirá haciendo igual, y hasta por 30 años más, que es el plazo más largo de los bonos que piensan emitir. 

Estas son las condiciones que logró en la negociación "el mejor equipo de los últimos 50 años", y que convalidó y convalidará con su voto buena parte de la oposición (incluyendo sectores del FPV) en el Congreso. Y encima los buitres advierten que quieren cobrar en la fecha pactada, sin prórrogas.

2 comentarios:

Marta dijo...

No me alegra lo que esta pasando porque nos jodemos todos, peeeeeero!!!

Neomontonero dijo...

Esto es pesadillesco. Es viajar por el Túnel del Tiempo a los Noventa.

Y como en los Noventa, un montón de PELOTUDOS parecen estar indiferentes o, directamente, ¡FELICES!