Leemos en Infobae al youtuber
Ramiro marra (fallido candidato a senador del espacio de Lavagna en las
elecciones pasadas) preocupado por el modo en el que el gobierno de Macri
cerrará la brecha de financiamiento hasta el final de su gestión; sobre todo por
la posibilidad de que apele a la emisión monetaria del Banco central para
cubrir -señala- un rojo de 400.000 millones de pesos.
Llegó tarde: el mismo día que se
publicaba el artículo, también se conocía el DNU 740 por el cual Macri
introducía modificaciones en el cálculo de recursos del Presupuesto nacional
aprobado por el Congreso, y entre otras cuestiones, se incorporaban
precisamente 400.000 millones de pesos en concepto de “anticipos transitorios
del Banco Central al Tesoro”, que de acuerdo con la Carta orgánica del BCRA
deben ser reintegrados dentro del plazo de doce meses (máximo) de acordados. O
sea, dentro del gobierno de Alberto Fernández.
Sí, esos mismos “anticipos” a los
que el gobierno se había comprometido a no echar mano en el acuerdo con el FMI,
para financiarse con endeudamiento. Pero hay más: en el mismo DNU se incorporan
como recursos del Tesoro utilidades del Banco Central por $ 204.224.782.000
(más de 204 mil millones de pesos).
Claro que todos esos recursos
adicionales no se destinan en su mayoría a financiar el déficit, como le
preocupa a Marra, sino que se pierden por la canaleta del endeudamiento: a la
hora de distribuir los gastos contemplados en el Presupuesto que aumenta, el
mismo DNU destina 308.693 millones al pago de deuda pública nominada en moneda
nacional (por ejemplo las LETES), y otros 539.340 millones destinados a los
servicios de deuda nominada en moneda extranjera, fundamentalmente dólares.
La última cifra, solamente,
representa unos 8500 millones de dólares, que se irán a su vez de las exhaustas
reservas del Banco Central, antes del cambio de gobierno. Ni las migas piensan
dejar en su retirada.
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