LA FRASE

"NO ES TAN DIFÍCIL DE ENTENDER: ESTELA DE CARLOTTO ES GOLPISTA Y EL GENERAL VIDELA LO ÚNICO QUE HIZO FUE COMBATIR AL TERRORISMO." (VICTORIA VILLARRUEL)

jueves, 26 de diciembre de 2019

NO ESPEREMOS A LA PRÓXIMA NAVIDAD


Se nos fue la Navidad sin cumplir con el sueño de que estén libres todos los compañeros que son presos políticos del régimen macrista, cuya injusta detención perdura. En la lista de tuits de apertura faltan -entre los más conocidos- Julio De Vido (al que hace poco le concedieron la prisión domiciliaria) y Milagro Sala, aun prisionera de Gerardo Morales.

No cambió absolutamente ninguna de las condiciones que nos llevan a considerarlos presos políticos, aunque a Alberto Fernández la expresión le pueda molestar, o prefiera hablar de detenciones arbitrarias, que sin dudas lo son: son presos políticos porque política fue la decisión de perseguirlos, políticas fueron las maniobras para encausarlos, procesarlos y detenerlos; y políticas han sido todas y cada una de las maniobras para condenarlos en algunos casos (los menos), o mantenerlos privados de su libertad en todos.

Violando sistemáticamente en todos los casos las garantías constitucionales que da el Estado de derecho, truchando pruebas y preparando testigos, rechazando sistemáticamente todos los planteos de las defensa, inventando "doctrinas" extrañas para dictar y sostener prisiones preventivas, contradiciendo incluso su propia jurisprudencia: para mayor abundamiento al respecto, nos remitimos a todas y cada una de las palabras dichas por Cristina con la claridad que la caracteriza sobre el "law fare", en la cara de los mismísimos camaristas de Comodoro Py que la juzgan por la causa de la obra pública en Santa Cruz.

Palabras que fueron compartidas en su totalidad por Alberto Fernández, quien señaló al respecto que nunca había escuchado una defensa tan rotunda en una causa penal. Pues bien, lo que Cristina dijo para ella, vale para todos: les aplica a la perfección, lo que ella tuvo que padecer de parte del régimen macrista, también lo sufrieron los compañeros que siguen detenidos, aunque sea en prisión domiciliaria.

El mismo Alberto Fernández que hace un tiempo pasó las fiestas con Milagro Sala en su cárcel jujeña, y que acaba de pasar Navidad con los pobres que acampan en San Cayetano; al que la subsistencia de presos políticos le crea un imperativo que debe resolver. Porque de lo contrario implicaría consentir que las arbitrariedades del régimen macrista subsistan aun después de que este fuera barrido en las urnas, y llegara al poder un gobierno nacional y popular.

Con comprensión de las dificultades que cada caso puede tener en sí mismo, a punto tal que el de Milagro Sala excede a la jurisdicción federal; aun cuando por sí mismo bastaría para disponer la intervención al Poder Judicial jujeño, una extensión del brazo de Gerardo Morales. Pero sin falsos cálculos electoralistas, pensando si una foto con tal o cual "suma o resta".

Sin complejos ni vergüenzas, ni pruritos basados en rencillas de gabinete del pasado, en tiempos kirchneristas, o cosas por el estilo: si hablamos de cerrar la grieta y le tendemos la mano aun al peor de nuestros enemigos que no dudará en morderla (como Clarín), no podemos negársela a compañeros que están padeciendo cárcel por lo que hicieron bien cuando formaron parte del gobierno o lo acompañaron, y no porque hubieran cometido delitos.

Nadie está pidiendo acá la libertad de Jaime o de Julio López, pero sí del tipo sin el cual no andarían dando vueltas por el espacio esos satélites de los que tanto nos enorgullecemos (Julio De Vido), del que hizo posible que nuestros abuelos recuperaran la dignidad y termináramos con la vergüenza de las AFJO (Amado Boudou), del que se jugó por el gobierno de Cristina cuando la asonada agrogarca amenazaba con llevárselo puesto durante el conflicto por las retenciones móviles (Luis D'Elía), y de la que organizó a los pobres y excluidos jujeños para darles casa, trabajo, educación y dignidad, en la huella de Evita, como Milagro Sala.

Eso, como para empezar a recordar de quienes hablamos, al igual que otros compañeros y compañeras que están en la misma situación. Ojalá que no lleguemos a la próxima Navidad reclamando por la libertad de presos políticos en la Argentina. No esperamos menos de un gobierno que votamos, y que acaba de voltear de un plumazo los oprobios de Patricia Bullrich. Tuit relacionado:

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