LA FRASE

"LA CANTIDAD DE PERROS DEL PRESIDENTE ES UNA DE LAS CUATRO O CINCO COSAS EN LAS QUE LOS ARGENTINOS NOS TENDRÍAMOS QUE PONER DE ACUERDO." (MANUEL ADORNI)

sábado, 21 de enero de 2023

CHANCHOS Y DUEÑOS

 

Para que se vea que el tema no es nuevo: allá por 2015 (segundo mandato de Cristina) veíamos en ésta entrada una solicitada de entidades empresarias a favor de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, a propósito de lo que (también por entonces) los medios denominaban "una embestida del gobierno" contra el tribunal, que ni siquiera llegó como ahora al pedido del juicio político a sus integrantes. 

En la entrada linkeada pueden acceder a una reseña de fallos bochornosos de la Corte ya para entonces, y pensemos en todos los que vinieron después: para el que le intereses, en el botón "Corte Suprema" de las etiquetas a la derecha del blog hay una enorme cantidad de posteos sobre el tema, cuyo repaso resulta escalofriante: hagan la prueba, y verán.

Con los gobiernos de Cristina, Macri y Alberto, con las presidencias de Lorenzetti, Rosenkrantz o Rosatti, la Corte no se ha privado de firmar fallos vergonzosos, ni hacer cosas mucho peores; como vaciar la obra social del Poder Judicial hasta casi quebrarla, o tomar por asalto el Consejo de la Magistratura. 

De allí que aun concediendo razón al absurdo argumento de "los jueces no pueden ser juzgados por sus fallos" (¿por qué lo serían entonces, por su vestimenta o sus preferencias futbolísticas?), puestos a pensar en causales para destituir a los cortesanos por juicio político, hay para hacer dulce de leche. Tan cierto como que no hubo decisión de impulsarlo al principio de ésta gestión -cuando la legitimidad de origen del presidente estaba intacta-, ni dan los números ahora; y habrá hasta que punto está la convicción de ir a fondo.    

Pero además hay otra cuestión, como bien acertadamente se señala en esta nota de Página 12 que da cuenta del apoyo de empresarios y cámaras empresariales a la Corte: el marcado corte de clase de la justicia, y del máximo tribunal en particular; un bastión de defensa de los intereses y privilegios del capital, en todas sus fracciones.

Justamente eso es lo que advierten la CTA y los sectores combativos de la CGT que apoyan el pedido de juicio político cuando señalan que : "La Corte actuó regresivamente sobre los derechos laborales, contrariando el principio de progresividad del derecho del trabajo. Limitó el derecho de huelga, desconoció la relación de dependencia de contratados, cercenó reclamos de responsabilidad solidaria por fraude laboral, redujo indemnizaciones por accidentes y consideró prescripto el reclamo de crédito laboral por crímenes de lesa humanidad...".  

En efecto, esta Corte (en la que no hay ni hubo nunca un laboralista) ha tenido un marcado sesgo pro-patronal en su jurisprudencia, a tono con lo que sus mandantes reclaman: flexibilización laboral y debilitamiento de los derechos de los trabajadores. Esa es la misión primordial de la Corte y a ella se abocan con entusiasmo, tanto como a defender sus privilegios de casta.

El entuerto de la coparticipación porteña, los desaguisados del Consejo de la Magistratura, su permisividad ante el "lawfare", los fallos contra Milagro Sala, las cautelares eternas a favor de La Nación, Clarín o sus empresas -es decir, aquello que avergüenza o abochorna con más frecuencia- empalidecen con todo y su gravedad, contra toda esa otra jurisprudencia de la Corte actuando como reaseguro y garante de los privilegios e intereses del capital.

No será ahora -con este pedido de juicio político- ni con éste gobierno, al que le ha faltado poder y -sobre todo- convicciones. Pero más tarde o más temprano las fuerzas populares en la Argentina deberán construir el poder político suficiente como para barrer con esta excrecencia monárquica implantad como un tumor en el seno de nuestra democracia, condicionando sus perspectivas de desarrollo y crecimiento medidos en dignidad y derechos, para el conjunto de los ciudadanos.

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1 comentario:

Anónimo dijo...

Otra vez: muy buena nota. Fraternales abrazos peronistas.