Por A.C.
El Gobierno de Milei porDecreto 602/2024, dispuso la emisión de $20 Billones en letras mediante las cuales transfiere la deuda del Banco Central al Tesoro. El nuevo instrumento se denomina “L e F i” (Letra Fiscal de Liquidez).
Mediante éstas letras emitidas por el Tesoro, el Banco Central a cargo de Santiago Bausili , transfiere su deuda, que no desaparece, al Ministerio de Economía a cargo de Luis Caputo.
Los Sres. Bausili y Caputo
resultan socios en la consultora Anker Latinoamericana, y se desempeñaron
durante el gobierno de Macri como Secretario y Ministro de Finanzas
respectivamente, resultando protagonistas de la toma de deuda más alta de toda la
historia argentina.
Especialistas en tomar deuda
y en negociaciones poco claras, en el caso del Sr. Bausili, fue procesado por el juez federal Casanello por negociaciones incompatibles con la función
pública durante su paso por la Secretaría de Finanzas del gobierno de Macri.
Desde el Estado facilitaba negocios al Deutsche Bank, banco donde se
desempeñaba al asumir el cargo público. Pero cuando se anunció que Milei lo nombraría
titular del Banco Central, en el tribunal de Comodoro Py revocaron rápidamente su
procesamiento y archivaron la causa.
Por su parte para
recordar el desempeño de don Caputo en la gestión de Macri, exi҃ste el informe de la Auditoría General de la
Nación, informe aprobado por unanimidad y a
cargo de la Comisión de Supervisión de la Deuda Pública. En ese trabajo se evaluó
la gestión de las colocaciones de bonos en el mercado de Nueva York durante el
período 2016-2018. Durante ese período,
con Caputo a cargo de la gestión, Argentina colocó un total de 18 nuevos bonos bajo ley extranjera, emisión
equivalente al 64% del total de títulos de deuda externa, y por su magnitud, con
un impacto similar al del préstamo récord del FMI tomado en el año 2018.
En síntesis, en dos años de gobierno macrista,
Caputo emitió deuda con privados por más de 80.000 millones de dólares, incluyendo -recordemos- un bono a cien
años. Esa monumental fortuna en deuda y en moneda extranjera, fue fugada
del país a través de conocidos operadores y participación directa de don
Caputo, a punto tal que el FMI le pidió a Macri que lo eyectara del cargo. En
un país normal, con un poder judicial que aplicara la ley y la Constitución,
Caputo estaría disfrutando de una larga estadía en el penal de Ezeiza.
Volviendo al actual Decreto 602 y ya destacados
sus autores e intérpretes, es inevitable señalar los altos riesgos de ésta volátil
maniobra que transfiere los pasivos del Banco Central
al Tesoro. En primer término, señalemos que éstas letras se emiten para cubrir
y/o financiar la deuda que el Estado mantiene con las entidades bancarias. Invocan sus autores que con ésta norma, el
Banco Central se ahorra el pago mensual mediante emisión de más de 700.000
millones de pesos para cubrir los intereses.
Pero esto es un infantilismo, porque
esa deuda no desaparece, y por lo
tanto por estas nuevas letras que entrega el Tesoro a los Bancos, se deberá
también pagar los intereses, solo que ahora se pagará a través del Tesoro en
lugar de pagar el Banco Central.
Un
pasamanos de deuda que no soluciona la situación de endeudamiento y que genera
un riesgo concreto. Como quien paga es el Tesoro, es necesario que en cada
vencimiento de las nuevas letras exista un superávit fiscal suficiente para
cubrir los pagos. ¿Y si ese superávit no existiera? ¿Se va defaultear? Porque
si se recurriera a la emisión de pesos vía Banco Central para pagar, estaríamos
en el mismo punto que antes de dictar el decreto.
Y
otro problema sería que para obtener el superávit necesario para cumplir con
los Bancos, éste gobierno aumentara aún
más el ajuste demencial que ya viene aplicando, y que en solo siete meses ya produjo consecuencias
desastrosas para la economía y para la gran mayoría de la población.
Por último, otro aspecto preocupante es que entre los pasivos remunerados que se transfieren del Banco Central al Tesoro, se encuentran los depósitos de los ahorristas, los plazos fijos en pesos, que hasta ahora tenían la garantía que ofrecía el Banco Central sobre esos depósitos.
Ahora, éstos depósitos que son transferidos quedan expuestos a que el Tesoro caiga en default. Y esto no es ciencia ficción, porque ya ocurrió en el año 2019 durante el gobierno de Macri y la pésima gestión en economía de Hernán Lacunza, cuando se declaró en default la deuda en pesos.
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