Nunca pasan de los significantes vacíos. Cero cosas concretas, con datos o cifras que se puedan corroborar. Y se los permiten, al no repreguntarles nada, nunca. https://t.co/75RiXmyMnc
— La Corriente K (@lacorrientek) November 27, 2025
Son bastante comunes en los medios digamos que "del palo" (C5N, El Destape) las notas de los movileros a la gente en la calle preguntándole su opinión sobre la marcha del país, como los afectan las políticas del gobierno de Milei y que opinan en general del presidente y su gestión.
En las respuestas hay de todo como en botica, pero hay un grupo en especial que nos llama la atención, y que para simplificar un poco en las cosas podríamos denominar el "voto blando" del oficialismo nacional: no parecen ser trolls que agitan en las redes sociales, ni militantes convencidos de LLA, ni fanáticos del modelo libertario. Menos los gorilas que en la primera vuelta del 2023 votaron a Bullrich, y migraron en masa a Milei en el balotaje para evitar que ganara el peronismo.
Es gente común que dice que votó al gobierno, o que lo apoya y confía en él, con una primera característica distintiva en común que enseguida salta a la vista: ninguno nunca puede enumerar una medida concreta del gobierno con la que estén de acuerdo, o que los favorezca o los haya beneficiado. En estos días en que se dio a conocer (por caso) que Milei aumentó el valor de la AUH bastante por encima de la inflación (desmintiendo en los hechos el discurso anti-planes), ni siquiera aparecen testimonios rescatando esa medida en particular.
El apoyo (al menos el que exponen estas personas) para ser simplemente cuestión de fe: creo en Milei, le tengo confianza, hay que darle tiempo suelen decir, sin mayores precisiones. Otro factor común es la referencia al pasado, así de un modo impreciso: como estábamos no podíamos seguir, buscaba un cambio, aspectos éste que se repite en relación a la experiencia del gobierno de Macri.
Como el punto de partida de éstas reflexiones son cosas que circulan por los medios, lo primero que cabría preguntarse es que buscan estos exponiendo esos testimonios, como una especie de medición del pulso de la calle, o testeo del humor social de los argentinos. ¿Para qué sirven que nos cuenten lo que ya sabemos y las recientes elecciones nos acaban de confirmar, y que es que el gobierno cuenta con una importante base de apoyos en la población pese a sus estropicios?
Casi todos los movileros (por no decir todos) los que abordan a gente en la calle jamás repreguntan, buscando profundizar en el sentido de las respuestas, y en el caso de los que manifiestan apoyar al gobierno o confiar en él, darle contenido a cada significante vacío de esos que suelen utilizar.
¿En qué se basa la fe en el gobierno que dicen tenerle los que le tienen fe, qué es lo que les inspira confianza?
¿Qué significa "darle tiempo", cuanto tiempo es el que hay que darle, tiempo para qué, cuáles son los cambios que -siguiendo por el mismo camino que vamos- se van a producir por el mero transcurso del tiempo y por qué serían indefectiblemente positivos?
¿Por qué no podíamos seguir como estábamos, que era específicamente lo que ya no se podía tolerar (porque que había cosas que estaban mal no hay dudas, pero a lo mejor no todos pensamos en las mismas), y cómo eso se corrigió desde diciembre del 2023?
¿"Como estábamos no podíamos seguir" significa sumidos en la pobreza y cagando en baldes, en una fiesta de consumo insostenible que no podía durar, o ambas cosas al mismo tiempo?. Como no se explicitan las razones (ni se inquiere al respecto), solo se puede adivinar.
¿Hay que dejar gobernar al gobierno aunque gobierne mal y nos perjudique, cuál sería la ventaja o la virtud de esa idea, qué cosas buenas no pudo hacer el gobierno porque no lo dejaron, quiénes no lo dejaron?
Preguntar o repreguntar de modo socrático, sin agredir, sin cuestionar, valiéndose simplemente de lo que los propios interesados acaban de decir, dudando sin afirmar, y ayudando a dudar, o mejor dicho a pensar: sería un experimento didáctico y pedagógico en términos sociales no necesariamente para los entrevistados (aunque estos podrían verse luego y comprobar como se ve y oye lo que dicen), sino para los demás, que están mirando.
Y que podrían reconocerse ellos mismos en los entrevistados, repitiendo a diario los mismos lugares comunes, las mismas frases vacías, los mismos conceptos tan genéricos que cualquiera podría estar de acuerdo con ellos, o nadie estarlo, al mismo tiempo.
Antes (mucho antes) de ingresar al terreno de argumentar con datos y cifras concretas (un modo de discusión que hasta acá se ha revelado poco eficaz ante gente que conoce e interpreta el mundo de otro modo, basada en otros factores), hay que llevarlos al terreno de sus propias afirmaciones, más que de las nuestras.
De última ¿Qué se pierde con probar? Tuit relacionado:
Cuál es la idea de darles micrófono a éstos pelotudos sin repreguntarles nunca nada? https://t.co/WO0sT6gt0P
— La Corriente K (@lacorrientek) December 2, 2025
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