En el video de apertura lo tienen a Julián De Diego, el abogado de las grandes empresas y autor intelectual y material de la reforma laboral enviada por Milei al Congreso, reconociendo que no va a generar nuevos empleos registrados; mientras sanatea por el lado de los cambios tecnológicos porque no puede reconocer abiertamente el propósito verdadero: consolidar jurídicamente un proceso sostenido de salarios a la baja y destrucción de puestos de trabajo, y de profundización de las asimetrías de poder al interior de las empresas, entre las partes de la relación laboral, en beneficio del capital.
Que son precisamente los puntos en los que se intersectan la matriz ideológica del experimento libertario y los intereses de todas las fracciones del capital, que se valen de aquel como mascarón de proa para tutelarlos. Esa es la razón por la cual apoyan -con mayor o menor entusiasmo en público- la reforma todos los empresarios, aun los que se quejan de que no venden porque cayó el consumo porque la gente no tiene plata en los bolsillos, y cada vez le cuesta más llegar a fin de mes.
Los cierres de empresas, la pérdida de puestos de trabajo y la caída sostenida de los salarios reales que vienen siendo sostenidos hace dos años no son efectos secundarios no deseados de las políticas económicas, sino su consecuencia directa: cualquiera que haya analizado como funciona la ley del salario sabe que en ese contexto éste no hará sino bajar, profundizando el sesgo regresivo en la distribución social del ingreso y las ganancias del capital, a costa de los trabajadores; proceso que la reforma laboral viene a profundizar y consolidar, no a revertir.
Incluso en el supuesto -.que está sucediendo- de que la prolongación en el tiempo de la recesión destruya el valor de las empresas y aniquile su tasa de ganancias, buena parte de los empresarios (por no decir casi todos) esperan que una reforma laboral flexibilizadora, regresiva y destructora de derechos consolide su poder al interior de las unidades de producción, para resistir -cuando el ciclo económico cambie- las demandas por mejores salarios y condiciones de trabajo. Por allí hay que entender el ataque sistemático y organizado que la reforma plantea a la organización sindical, los convenios colectivos, la negociación en paritarias y el derecho de huelga.
El sincericidio de De Diego nos ahorra perder el tiempo en un debate inconducente, que ya el contexto económico y social del país hace innecesario: ¿alguien en su sano juicio podría creer que un gobierno que lleva dos años destruyendo sistemática y deliberadamente empleos, salarios y derechos laborales y reprimiendo la protesta social podría impulsar una reforma laboral que favorezca a los trabajadores, o mejore su situación?
Por esa razón no es cuestión de ponerse a pensar en propuestas alternativas, como si la reforma propuesta por el gobierno pudiera "mejorarse" sacando una coma, o poniendo un inciso. El debate que plantean es además falso desde el inicio, cuando por ejemplo dicen que los cambios solo afectarán a los nuevos trabajadores registrados (algo que el propio Sturzenegger acaba de desmentir), como si abaratar las indemnizaciones por despido o que las subsidie el Estado con recursos que hoy van a la ANSES no fuera precisamente para facilitar los despidos, y en caso de tomar nuevos trabajadores (o a los mismos despedidos) hacerlo con salarios menores y peores condiciones de trabajo.
Lo mismo cuando centran la discusión en las "cajas sindicales" o los sindicalistas corruptos, como si los más corruptos no fueran justamente los que con mayor frecuencia traicionan a sus representados, y no los que los defienden: ¿o acaso quieren suprimir el derecho de huelga o limitar las asambleas porque algún delegado se queda con un vuelto, o algún dirigente se volvió millonario de golpe?
Pero sería necio desconocer que las reformas que impulsa el gobierno gozan de consenso social en determinados sectores, tanto que incluso el pasado 26 de octubre (como en el balotaje del 2023) votaron en contra de sus propios intereses: decíamos acá a propósito del Día del Trabajador "No hay (al menos no se percibe con la fuerza de otros tiempos) unidad ni solidaridad de clase entre los propios trabajadores, muchos de los cuales no se autoperciben como tales en tanto sujetos de derechos, cuando antes serlo era un motivo de orgullo. Vivimos en tiempos en que todos dicen que trabajan, pero pocos dicen ser trabajadores, o lo que es más importante, pocos reclaman con decisión ser tratados con la dignidad que merecen como tales.".
"La que fuera la columna vertebral del peronismo y del movimiento nacional y popular hoy está rota rota y enflaquecida por deserciones y traiciones sindicales, el crecimiento de la informalidad y la precarización y -sobre todo- la deriva conceptual y política de representantes y representados; pero trabajadores son todos, aun los que ni siquiera se perciben como tales o no tienen reconocida la plenitud de los derechos que corresponden a la condición. Y todos necesitan ser representados, aunque muchos no lo verbalicen y crean que es posible la utopía de una sociedad en la que todos sean sus propios patrones, empresarios o emprendedores. Podrá ser cierto -como se estila decir en estos tiempos- que ya no existe la sociedad salarial tal como la conocimos desde los tiempos en los que surgió el peronismo, pero sigue habiendo explotación del hombre por el hombre como antes de que naciera, y en ciertos sectores, incluso más.".
En 1945 los trabajadores comprendieron que conquistar (a través de Perón) el poder político era también conquistar mejores salarios y condiciones de trabajo, dinámica que también funciona al revés: defendiendo empleos, salarios y derechos, se reconquista el poder político perdido, más allá de lo que digan los que proponen seguir lo cantos de sirena y "adaptarse a los climas de época". Reconociendo -eso sí- las dificultades presentes: venimos de la campaña electoral más interferida desde 1945 por la disyuntiva "Patria sí, colonia no" que los trabajadores argentinos hicieron suya, pero los resultados indican que no pocos trabajadores terminaron votando a Braden.
La propia dinámica que se avizora en el Congreso cuando se trate la reforma indica que no es cuestión de debate, ni de quien aporta mejores argumentos: están los que se opondrán de plano (la mayor parte del peronismo, la izquierda y algunos más), los oficialistas ampliados (por su cosecha electoral y por cooptaciones puntuales, que en no pocos casos disfrazan coincidencias ideológicas con los cambios que propone Milei) y para todos los demás, existe Banelco. Como en los tiempos de De La Rúa y Flamarique, y con el mismo objetivo: imponer una flexibilización laboral esclavista. Y si no creen en coincidencias, allí están Patricia Bullrich y Sturzenegger para tratar de conseguir lo que entonces no pudieron, o no perduró.
Pero así como el debate es innecesario (lo que no quita que el que lo quiera dar, bienvenido a darlo), la pelea para detener la reforma es imprescindible, en las calles, en las fábricas, en el Congreso e incluso en los tribunales: De hecho la misma reforma que busca tornar nulo el derecho de huelga busca casi suprimir la justicia laboral, con el pretexto de la industria del juicio; porque saben que es un fuero hostil a las trapisondas del capital.
Y la pelea es imprescindible porque la reforma laboral es la figurita difícil que -con esta extensión y profundidad regresiva y feroz- han venido buscando todas las fracciones del capital desde hace décadas, para concluir definitivamente con el ciclo de la Argentina que gestó al peronismo, y fue a su vez gestada por él. Por eso están en juego muchas más cosas que los derechos de los trabajadores, o sus salarios y condiciones de trabajo.
Tuits relacionados:
1. ¿En qué consiste la reforma laboral? En realidad, son tres reformas. Una que transfiere recursos multimillonarios del trabajo al capital; otra que debilita la acción colectiva; y otra que fortalece la disciplina laboral en los lugares de trabajo. Vamos con un hilo largo
— Luis Campos (@luiscampos76) December 11, 2025
3. El fondo de cese de la Ley Bases fracasó porque para los empleadores era muy caro. Estaba mal diseñado. El gobierno cortó por lo sano: el nuevo fondo de cese va a ser gratuito para la patronal y se va a financiar en su totalidad con recursos que dejará de recibir la ANSES
— Luis Campos (@luiscampos76) December 11, 2025
5. Los jubilados y los beneficiarios de las asignaciones familiares (incluida la AUH) serán los encargados de poner el hombro para sostener el Fondo de Asistencia Laboral a cargo de pagar estas indemnizaciones. Suena a chicana, pero es el frío texto de la ley
— Luis Campos (@luiscampos76) December 11, 2025
7. En plata estamos hablando aproximadamente de entre 2000 y 2500 millones de dólares al año que los trabajadores les transfieren a los empleadores. El número fino se lo dejamos a la Oficina de Presupuesto del Congreso
— Luis Campos (@luiscampos76) December 11, 2025
9. En materia de derecho de huelga no hay novedades. El proyecto insiste con el texto del DNU 70/23 y reglamenta los servicios esenciales de manera tal que sea prácticamente imposible hacer una huelga
— Luis Campos (@luiscampos76) December 11, 2025
11. Si este proyecto se aprueba los trabajadores van a tener que garantizar, durante una huelga, un servicio mínimo de entre el 50% y el 75% del que corresponda para un día normal. Esto transforma el derecho de huelga en papel mojado
— Luis Campos (@luiscampos76) December 11, 2025
13. La negociación colectiva recibe múltiples ataques. El proyecto otorga primacía al convenio por empresa o región, por sobre el convenio por actividad o nacional; debilita la ultra actividad; y abre un procedimiento que amenaza a todos los convenios vigentes en la actualidad
— Luis Campos (@luiscampos76) December 11, 2025
15. En la práctica esto podrá afectar a los derechos consagrados en los CCT por encima de la ley: categorías laborales, cantidad de delegados, licencias, día del trabajador de la actividad, comisiones paritarias, límites a las sanciones, derecho a ocupar puestos superiores, etc
— Luis Campos (@luiscampos76) December 11, 2025
17. En materia de recursos, los empleadores dejan de estar obligados a ser agentes de retención. Habrá que negociarlo caso por caso con cada empleador, y solo correrá para las cuotas de afiliación (no para otros aportes que tengan que hacer los trabajadores)
— Luis Campos (@luiscampos76) December 11, 2025
19. La descentralización de la estructura sindical es toda una novedad. La reforma promueve la formación de sindicatos de empresa y en muchos casos habilita a que las comisiones internas o los propios trabajadores negocien a la baja cuestiones como la jornada o las vacaciones
— Luis Campos (@luiscampos76) December 11, 2025
21. El contenido de estos cambios es quirúrgico. Algunos son groseros, otros más sutiles, pero en todos los casos se busca fortalecer la posición de los empleadores en el día a día de la relación laboral, y limitar la posterior capacidad de reclamo
— Luis Campos (@luiscampos76) December 11, 2025
23. El proyecto busca individualizar los vínculos laborales. Por ejemplo, se habilita a establecer bancos de horas y el fraccionamiento de las vacaciones por acuerdo individual. No hace falta reiterar que esa negociación, en casi todos los casos, no existe
— Luis Campos (@luiscampos76) December 11, 2025
25. Los cambios en la LCT van mucho más allá. Dejamos por acá para no aburrir. Párrafo aparte para los trabajadores de plataformas. La ley les dedica un capítulo entero para garantizar que nada cambie. No avanza un milímetro respecto de la situación actual
— Luis Campos (@luiscampos76) December 11, 2025
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