LA FRASE

"EL IPC ES UN DESASTREY MIDE MAL LA INFLACIÓN, PERO NO LO PODEMOS CAMBIAR HASTA DESPUÉS DE LAS ELECCIONES, QUE ESPERAMOS GANAR PORQUE BAJAMOS LA INFLACIÓN." (MARCOS LAVAGNA)

martes, 12 de noviembre de 2024

TWEETS POLÉMICOS

 

NECESIDADES

 

En campaña y también en el gobierno, Milei definió a la justicia social como una aberración. Antes Carlos Rosenkrantz había descalificado la idea de Evita de que donde hay una necesidad, existe un derecho.

Ahora se suma Federico Sturzenegger tratando de reversionar brutalmente la idea de la abanderada de los humildes, para que no queden dudas: en donde exista una necesidad, el mercado tendrá una oportunidad de generar negocios para resolverla. Aunque en realidad no lo dijo así, porque al mercado lo que le interesa esencialmente es la primera parte: generar el negocio.

Estas idioteces no son nuevas, y son del mismo cuño de otras, como la idea de que, desaparecida la obra pública, los vecinos deberían organizarse para resolver los problemas de infraestructura si necesitan asfalto, agua potable o cloacas, o a escala mayor, rutas, hospitales o centrales energéticas.

En un punto habría que agradecerle al Ministro de Cosas su sinceridad brutal, que nos evita entrar en las discusiones bizantinas y gaseosas a las que nos quieren llevar todo el tiempo sobre la transparencia, la corrupción o los presuntos curros que denuncian por todos lados, mientras los perpetran ellos.

Sturzenegger está exponiendo -con la impunidad que lo caracteriza y lo ha protegido hasta acá de un destino carcelario harto merecido- la idea básica del neoliberalismo: el mercado como nuevo Dios, como elemento rector central organizador de la sociedad, que asigna prioridades, recursos...y hasta necesidades. Porque es sabido que en su máxima expresión en la sociedad de consumo la especialidad del mercado es ésa: crear necesidades, para luego ofrecer los productos que pueden resolverlas.  

Que no haya podido hasta acá -básicamente porque no quiso y porque al contrario las creó- resolver necesidades básicas insatisfechas como el hambre o la pobreza, nos debería dar una pista clara de la trampa: el proyecto político, económico y social de ésta gente es imponer a sangre y fuego la ley de la selva, pero en esta oportunidad con la trampa publicitaria -no hay producto exitoso de mercado que se precie que no venga precedido de una eficaz propaganda- necesaria para convencernos a todos (o a la mayoría) de que estaremos entre los más fuertes, los que podrán sobrevivir en la feroz competencia. 

De hecho, el éxito electoral de Milei se basó precisamente en eso: la percepción de millones de argentinos de que los ajustados por la motosierra serían otros, y de que ellos poseían las habilidades necesarias para sobrevivir y prosperar en la selva, y más aun, que esas habilidades eran necesarias porque eran las que requería el mercado.

Que gente como Milei, Rosenkrantz o Sturzenegger defiendan y apologicen como justo y necesario un orden social que los tiene entre los ganadores es hasta cierto punto lógico, esa defensa es pura racionalidad lógica instrumental. Que lo hagan pelagatos que son la carne social que ese modelo tritura cada vez que se pone a andar porque están entre los costos prescindibles -necesariamente prescindibles- de su aplicación, es más complejo de entender.

Cuando Evita decía que donde existe una necesidad -es decir, una demanda insatisfecha de cosas esenciales- nace un derecho, estaba marcando todo un camino para la praxis política en la misma línea de aquello -también de su cosecha- de que el peronismo sería revolucionario, o no sería nada: el derecho a ser satisfecho en las necesidades básicas que nace para todos los que carecían -y carecen- de lo básico le impone a la política la obligación de hacer lo indispensable para hacerlo realidad.

Y en la sociedad capitalista desigual, desequilibrada e injusta siempre -siempre- los medios para satisfacer esas necesidades los tienen los que no padecen ninguna, y por eso proponen -como Sturzenegger- que el que mejor (si no el único) las puede resolver es el mercado, que son ellos. 

De allí que la tarea de la política (al menos la que se piensa en clave nacional, popular y democrática) es romper con esa lógica, para sacarles a los que más tienen, lo que no están dispuestos a dar. Todo lo demás es puro cuento, como el del mercado que resuelve todas las necesidades.

Tuit relacionado:

lunes, 11 de noviembre de 2024

TWEETS POLÉMICOS

 

¿MODUS OPERANDI?

 

Hace poco y a propósito de la publicitada decisión del gobierno de Pullaro de dejar de cobrar los pliegos en las licitaciones públicas, decíamos nosotros en ésta entrada: "Lo que muy probablemente puede ocurrir haciendo que sean gratis los pliegos -como serán ahora- es que se presenten empresas "groupíes" (como en los remates) que inflen artificialmente sus cotizaciones sin ninguna responsabilidad ni costo, para crear una apariencia de concurrencia y competitividad; y que termine ganando el caballo del comisario, aunque cotice caro, pero pareciendo -por comparación- que lo hizo barato.".

Y agregábamos un ejemplo: "Como sucedió hace poco (Decreto 1560 del 9 de septiembre de Pullaro), cuando se adjudicaron las obras para la provisión de agua y la demolición de la antigua torre tanque en la cárcel de Coronda con un plazo de ejecución de 150 días (muy poco tratándose de obras públicas); licitación a la que se presentaron siete (7) empresas, con una diferencia de precios del 49,46 % entre la más cara, y la finalmente adjudicada. ¿Tanto le podés errar en el cálculo, con cotización por precios unitarios y ese plazo de ejecución?".

La semana pasada y con el inusitado despliegue publicitario e institucional de que da cuenta el tuit de apertura, se abrieron los sobres para licitar la ejecución de doce (12) cuadras de asfalto en calle Larrea acá en Santa Fe.

Al respecto leemos en el portal de la provincia: "Para la ejecución de los trabajos se presentaron 7 oferentes. La primera oferta correspondió a la firma Luis Losi SA, que cotizó por $ 1.832.781.672,74; la segunda fue de Conhormaq Srl, por $ 1.343.666,66; la tercera de Dragados Santa Fe SA, por $ 1.212.493.344,34; la cuarta de Néstor Julio Guerechet SA, por $ 1.558.021.988,55; la quinta de Savyc SA, por $ 1.263.429.335,96; la sexta de Inar Vial SA, por $ 1.238.400.004,48; y la última fue de Angel Boscarino Construcciones SA, por $ 1.741.756.384,82. El presupuesto oficial es de $1.290.070.442,3, a valores de julio 2024; y el plazo de ejecución de 6 meses.".

Repasemos: el presupuesto oficial está hecho sobre la base de unos 107 millones por cuadra (?), y de las siete (7) ofertas presentadas, tres (3) (de empresas poco conocidas) estuvieron por debajo, y las otras cuatro (4) por arriba; estas últimas todas de empresas conocidas por ser frecuentes adjudicatarias de obra pública en la provincia.  

Pero mientras las ofertas que estuvieron por debajo del presupuesto oficial se separaron de éste en un rango que va del 2,07 % al 6,06 %, las que estuvieron por arriba difieren de él en rangos que van del 4,10 % al 42,07 %. Las tres más altas estuvieron por encima del presupuesto oficial en un rango que va del 20,77 % al ya citado 42,07 %, en una obra contratada por el sistema de precios unitarios, y con un plazo de ejecución de solo seis (6) meses.

¿Estamos, conforme a lo sospechado, ante un modus operandi? Lo debatimos después del corte.

domingo, 10 de noviembre de 2024

TWEETS POLÉMICOS

 

sábado, 9 de noviembre de 2024

TWEETS POLÉMICOS

 

viernes, 8 de noviembre de 2024

GRANDEZAS

 

El nuevo experimento gorila (porque ante todo eso son, aunque se pongan nuevas etiquetas) que desgobierna la Argentina vuelve a incurrir en unos de sus vicios más arraigados, desde Mitre para acá: intentar reescribir la historia para absolverse de sus propios pecados, y echarle la culpa de la decadencia nacional y las crisis recurrentes del país a los intentos por liberarlo de sus ataduras, y pretender para él y la mayoría de sus habitantes, un destino digno.

En ese intento andan por ahí renombrando cosas como el CCK o la costanera Kirchner acá en Santa Fe, como si la historia se pudiera cambiar o corregir por decreto. O como Braun Menéndez, el garca dueño de La Anónima, que dice que los argentinos tienen mala imagen de los empresarios por culpa de las estrofas de la marcha peronista, cuando en realidad el peronismo surgió como respuesta política al hecho incontrastable ya para 1945 de que los empresarios argentinos eran -en su gran mayoría- chupa sangres y explotadores.

Milei y su servilismo obsceno y cipayo con Trump son herederos directos de esa lectura idiota según la cual que el problema argentino se originó en haber mantenido la neutralidad durante casi toda la Segunda Guerra Mundial, o yendo más lejos en el tiempo, en haber corrido a los ingleses con agua y aceite hirviendo. 

Con la rusticidad conceptual que caracteriza a la derecha argentina en sus sucesivas encarnaciones electorales, Milei aplica la teoría del derrame a las relaciones internacionales, y supone que "contribuyendo" por nuestra parte a que los Estados Unidos sean más grandes (cuando su declive es ostensible, y su influencia no alcanza ni para evitar que Israel empuje al Medio Oriente a una confrontación global), estará contribuyendo a la grandeza de la Argentina, cuando es exactamente al revés: históricamente en todas las relaciones conocidas entre imperios y colonias, para que unos fueran más fuertes, era imprescindibles que las otras sean mas débiles, y fáciles de dominar.

El presidente y el timbero que funge de ministro de Economía apuestan a que, chupando las medias y otras partes del presidente electo en Yanquilandia, éste intercederá ante el FMI para que vuelva a abrir la billetera como lo hizo con Macri, para financiar su fallido intento de reelección; olvidando que ellos te prestan guita por sus propios fines, pero más que nada para poder condicionarte políticamente en su beneficio: ¿por qué pagarían entonces por algo que ya están obteniendo gratis, como lo demuestran los gestos ostentosos de servilismo de Milei? 

Las "nuevas" derechas (antes el PRO, ahora LLA) han demostrado hasta el hartazgo que no tienen nada nuevo para ofrecer al país y sus habitantes, que no sea el destino de granja colonial, simple apéndice del despliegue a escala mundial del proyecto político de la potencia dominante, que ni siquiera eso es ya, en un mundo crecientemente pluripolar. Aspiran -como destino de "grandeza"- a convertirnos en Puerto Rico, una colonia de menor nivel, o un "Estado libre asociado", al que no se le permite ni siquiera participar en la elección del gobierno de la metrópoli.

La disyuntiva "Braden o Perón" (hoy dramáticamente revertida por la gestualidad servil de Milei) no fue simplemente la hábil explotación electoral del sentimiento anti-norteamericano arraigado por entonces en el pueblo argentino, sino la expresión conceptual de la condición de posibilidad necesaria para emprender la obra de reparación de la injusticia social que atravesaba el cuerpo de la Argentina colonial del Centenario, que hoy muchos añoran como ejemplo de una presunta grandeza pasada.

Las tres banderas históricas del peronismo nacieron desde su misma formulación íntimamente relacionadas entre sí; porque la afirmación de la soberanía política tanto en el plano interno (que el gobierno fuera resultado de la voluntad popular y no del fraude electoral) como exterior (que afirmara su dignidad e independencia rechazando todo tutelaje exterior) fue la condición necesaria para conseguir la independencia económica, recuperando para los argentinos el control de sus propios recursos; y esto a su vez posibilitó la justicia social, distribuyendo la riqueza que el país era capaz de generar, primero y antes que nada, entre sus propios habitantes.

Ese y no otro es el verdadero "derrame" que hay que provocar, y para ello es más necesario que nunca -en éste presente de sumisión y oprobio- retomar las banderas históricas, porque aunque el contexto sea otro, la lucha mirada en perspectiva histórica es la misma de siempre: liberación o dependencia. Y ya se dijo que la derecha de nuevo solo tiene el circunstancial nombre de fantasía, y solo tiene para ofrecer el mismo proyecto de siempre, en el que no hay lugar para todos, aunque hoy posea astucias para convencer a muchos de que tendrán su bote en el Titanic. 

Y esa percepción clara de como son las cosas impone a su vez toda una hoja de ruta en materia de praxis política, superada la etapa de las riñas de gallinero de la interna del PJ: tomar nota de la polarización real de la sociedad, de la disputa política y de la distribución social de las cargas y beneficios de la crisis, para abandonar centros ilusorios, terceras vías inviables, mensajes dirigidos a una audiencia/electorado que ya no existe, si es que alguna vez estuvo allí. 

Sin que eso suponga plantear que para defender algunos derechos y banderas (como los de los trabajadores) haya que resignar otros (como los de los feminismos o disidencias): si de algo sirven las elecciones en EEUU, ahí está Bernie Sanders diciéndoles a los demócratas que perdieron con Trump por haber abandonado a los trabajadores y a los sindicatos para intentar componerse con las fracciones del capital o garantizar los negocios de Wall Street, no por haber apoyado el aborto o el matrimonio igualitario

La conclusión aplica como anillo al dedo a la Argentina, al peronismo y a las fuerzas nacionales y populares. Tuits relacionados: