LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

sábado, 31 de agosto de 2019

EL ESQUEMA MACRI


En los 90' buena parte de la progresía política, intelectual y periodística cayó en el reduccionismo de explicar al menemismo a partir de los hechos más sonados de corrupción protagonizados por funcionarios del gobierno. De ese modo, soslayaban el análisis más provechoso de los aspectos más relevantes del proceso: cuáles eran las clases o fracciones de clases hegemónicas que se beneficiaron con el modelo de acumulación capitalista puesto en marcha entonces, y cuáles eran los cambios estructurales que este introducía en la sociedad, y en el modelo de desarrollo. 

Fruto de esa lectura errónea fue la respuesta política articulada en consecuencia, la Alianza UCR-Frepaso, cuyo programa se reducía a poco más que sostener el modelo con respirador artificial, pero administrado con pulcritud y presunta honestidad. Hoy, cuando el macrismo, la nueva reencarnación del modelo neoliberal de valorización financiera y fuga de capitales se halla en sus estertores finales, pareciera que no se cometió el mismo error, al menos si se juzga la cuestión desde la óptica de la generación de alternativas políticas: el "Frente de Todos" es una construcción política y social con mucho mayor volumen que la Alianza, aunque por supuesta no exenta de sus riesgos.

Sin embargo, que los múltiples episodios de corrupción o rapiña producidos durante un determinado proceso político (como ha pasado también con el macrismo) no lo definan por sí, no implica que también permitan comprenderlo; y que esos modos de rapiña no sean más frecuentes según sea el modelo de acumulación capitalista que se elija poner en marcha: mientras nos entretenía con su cruzada moralizadora contra la presunta "corrupción artesanal" del kirchnerismo (con bóvedas, bolsos y tesoros enterrados), el macrismo y sus principales figuras se forraban los bolsillos; al par que atendían el objetivo prioritario de su clase de bajar brutalmente el costo salarial en dólares, o flexibilizar la fuerza de trabajo.

Como hemos dicho otras veces, "desregulaban regulando" en beneficio propio, colonizaron al Estado con precisión quirúrgica haciendo como si no existieran los "conflictos de intereses" y -sobre todo- eliminaron prolija y concienzudamente todas las mínimas regulaciones del sistema financiero y del control del flujo de capitales, que existen incluso en muchos de los países que nos ponen como modelo. En esas condiciones, las posibilidades de obtener pingües ganancias en poco tiempo sin arriesgar invirtiendo capital en infraestructura productiva o desarrollo científico y tecnológico estaban disponibles para muchos, entre ellos los integrantes del elenco gobernante. Y no la iban a dejar pasar.

En un modelo de valorización financiera con apertura absoluta de la cuenta capital como el ejecutado desde diciembre del 2015, no debería asombrar que haya quienes ganan fortunas en días o semanas sin más trabajo que el de apretar un botón, y puedan fugar impunemente esas fortunas al exterior, no pocas veces a paraísos fiscales. Es la consecuencia lógica del esquema de acumulación, porque para eso fue pensado: en un modelo de desarrollo productivo con regulaciones públicas inteligentes y eficaces, el crédito y el sistema financiero son funciones derivadas de los demás factores de la producción y a ellos deben subordinarse; por ende esas cosas -si pasan- son marginales y no tienen efectos sistémicos.

Si se quisiera extremar la simplificación de la explicación de como funciona el modelo de valorización financiera, bien se podría decir que es como un gigantesco esquema de Ponzi, una suerte de estafa piramidal o "telar de la abundancia" al que son atraídos todos los que están ávidos de ganancias fáciles; aunque no todos manejen el mismo nivel de información ni tengan las mismas espaldas financieras como para poder escapar a tiempo y a salvo, cuanto todo se derrumba como ahora. Daría la impresión que el "esquema Macri" agonizante trata de sobrevivir a como de lugar, para permitir que todos los que tengan que acceder a un bote salvavidas en el Titanic por "privilegios de clase", lo puedan hacer. 

Tampoco debería sorprender que sobresalgan en ese departamento Macri y sus funcionarios, siendo como son cabales exponentes de una clase que construyó su fortuna en base a esas prácticas: de hecho, hemos destacado múltiples casos de regulaciones dictadas estos años por organismos estatales cooptados por el macrismo (la CNV, la Inspección de Justicia, la UIF, el Banco Central, la AFIP), tendientes a promover un proceso de "offshorización" de la Argentina, con la meta de convertirlo a mediano plazo en un paraíso fiscal.

Veamos entonces desde esta óptica lo que está pasando en el país en estos días: el fracaso del modelo neoliberal es estrepitoso incluso bajo sus propios parámetros de éxito (la "confianza de los mercados" y de los inversores), y el gobierno no atina a tomar ninguna medida defensiva mínima como reponer los controles de capitales con encajes bancarios, las restricciones a la compra de divisas, o la obligación de liquidar exportaciones en el país. Y no lo hace ni siquiera cuando está en juego su hegemonía política con elecciones a la vista, y nos dicen desde el discurso que confían en remontar el resultado de las PASO.

A falta de otra explicación plausible para un comportamiento en apariencia irracional, cabe suponer que proceden de ese modo (y quisieron comprometer al candidato ganador de las PASO en el sostenimiento del esquema) porque todavía hay quienes no consiguieron fugar sus dólares del país, valorizando las ganancias que les dio el esquema de la bicicleta financiera. Entre ellos, miembros connotados del propio elenco gobernante, o sectores empresariales que apostaron fuerte por este gobierno, a los que les pidieron que "aguantaran" el raje porque era una señal de confianza, en pleno proceso electoral; y ahora los come el león: la misma maquinaria que los hizo ganar fortunas de la nada, se las está devorando, hora tras hora; destruyendo el valor de sus inversiones y sus empresas.

Por ahí anda Claudio Belocoppit (de Swiss Medical y América TV) llorando sangre porque lo empernaron con las letras del Tesoro "reperfiladas", por ejemplo; o Clarín, que consiguió del gobierno la anhelada fusión entre Cablevisión y Telecom, pero al costo de contraer una abultadísima deuda en dólares ¿que buscará en el futuro próximo pesificar o estatizar, y de allí los acercamientos con Alberto Fernández?

Sin perjuicio de reiterar que las visiones reduccionistas o conspirativas de los procesos históricos aportan poco para su comprensión profunda, este es un aspecto al cual el futuro gobierno deberá prestarle atención, porque hace a la ampliación de sus bases de sustentación política: dejando de lado la discusión sobre la oportunidad de instaurar o no un "ministerio de la venganza", habrá que reconstruir ciertos movimientos de capitales -en especial de estos últimos meses, mientras la crisis se llevaba puestos salarios, empresas y empleos-, quienes los hicieron, quienes de ellos contaban con información privilegiada para hacerlos a tiempo y ponerse a resguardo.

Y con esa información poner todo en manos de la justicia para que los que delinquieron (porque sin dudas se han cometido y están cometiendo muchos delitos, en estas mismas horas) vayan presos; porque si salen impunes lo volverán a hacer, poniendo otra vez en riesgo al conjunto de la economía, y con ella a la sociedad argentina toda. Tuits relacionados: 

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