LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

miércoles, 7 de agosto de 2019

ROSARIAZO


Que se puede decir del acto de Rosario que no se haya dicho, y que sensaciones se pueden transmitir, que no hayan sentido los que estuvimos allí, o los que lo vieron por televisión: decir que el "Frente de Todos" cerró su campaña en el interior como debía ser, como corresponde a la tradición política nacional, popular y democrática: ganando la calle, poniéndole el cuerpo con alegría a la lucha, y a la esperanza. 

Y en un lugar emblemático como que fue epicentro de las protestas del campo en el 2008, en una ciudad y una región del país de las más golpeadas por la crisis desencadenada por Macri y sus políticas, una década después.

Si de climas hablamos, el contraste con el descompuesto cierre porteño de Macri fue tan grande, como ojalá lo sea el domingo la diferencia en votos. Frente a un gobierno que pide "no volver al pasado", somos nosotros los únicos que ofrecemos futuro, y que estamos confiados porque creemos que ese futuro viene, y no hay como pararlo.

Un futuro que va a ser difícil -como bien advirtió Cristina en el acto-, de eso no caben dudas: los desastres que nos dejan y los que aun pueden perpetrar mientras estén en el gobierno, son de una magnitud imposible de cuantificar, solo con cifras. Y sin embargo, se respira esperanza, porque hay convicciones, hay candidatos, hay militancia, hay ideas y hay prioridades; como marcó Alberto en su discurso .

Dos palabras (Cristina y convicciones) que van de la mano: sin el aporte extraordinario de esa mujer extraordinaria de la que tuvimos la suerte de ser contemporáneos, nada de esto hubiera sido posible. Cristina hizo todo lo que se esperaba de ella, y más, sobre todo más: hizo lo que muchos no esperaban/mos, corriéndose del protagonismo principal; para articular una unidad opositora lo más amplia posible. 

Sin resignar una sola de sus banderas, sin renunciar a ninguna de sus convicciones, poniendo en acto y en los hechos, esa "autocrítica" que muchos le reclamaban. Con la autoridad de haber dicho lo que se iba a venir el 9 de diciembre del 2015 (todos recordamos ese discurso cuando lo mencionó), eligió no reprochar nada a nadie, y llamarnos a contener a los que se cayeron.

No estuvo sola en la tarea de construir una salida política viable al desastre macrista, claro está; porque hubo muchos otros dirigentes (dentro y fuera del peronismo y del kirchnerismo tal como era en el 2015, al dejar el gobierno, en el sindicalismo, en los movimientos sociales) que estuvieron a la altura de las circunstancias y comprendieron la gravedad de la hora, y la magnitud de los desafíos. 

Si otros se terminaron sumando al final por pragmatismo, rendidos ante la evidencia de las encuestas, es secundario: Cristina y Alberto encabezan la fórmula que presenta una construcción política que fue creciendo en todo el país, en la misma medida en la que el macrismo se iba desinflando, aun cuando contara y cuenta con poderoso aliados extra institucionales, o por fuera de la política propiamente dicha.   

Y esa coalición opositora demostró ser capaz (si es cierto lo que marcan las encuestas, y sobre todo el pulso de la calle) de convertirse en el canal para expresar el desencanto de los argentinos (entre ellos, el de no pocos que lo votaron) con el gobierno de Macri; desencanto que se traduce en hastío, porque como dice Cristina al cerrar su libro "Sinceramente", así no se puede seguir. Eso es lo que se pulsa en el ambiente, a días del primer test electoral nacional. 

Resta lo más difícil: refrendar la confianza, la serena expectativa, el domingo en las urnas. no para empezar a volver, porque ya el país no es el del 2003 ni el del 2015, y plantea nuevos y complejos desafíos, que nos demandarán nuevas respuestas, si los argentinos nos confían su voto. 

Pero sí para que empiecen a irse, y cerremos entre todos una de las páginas más oprobiosas de nuestra democracia recuperada en el 83'. Aunque más no fuera solo por eso, dan ganas de que ya sea domingo, y abran las escuelas para ir a votar. Tuits, imágenes y videos relacionados:

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