Uno de los
caballitos de batalla de Bonfatti y el socialismo en la campaña de las últimas
elecciones provinciales fue la presunta “extinción de dominio” que regía en
Santa Fe, por la cual el Estado “confiscaba los bienes de los
narcotraficantes”, y otras paparruchadas por el estilo.
Nos referimos
varias veces al tema acá señalando que se trata de un mamarracho descomunal,
por ejemplo en esta entrada; y tanto es así, que hace pocos días un
fallo de la justicia provincial dejó sin efecto un remate de bienes
secuestrados en procedimientos que pretendía llevar adelante el gobierno
provincial, porque las personas a las que pertenecían no habían sido condenadas
por sentencia firme en sede judicial.
Pero tal parece que
cierta gente no escarmienta en su constante fabricación de cortinas de humo, ni
siquiera cuando las elecciones ya pasaron, le quedan poco más de cuatro meses
de gobierno y a la campaña de Lavagna le vienen poniendo menos ganas que a
frenar los tarifazos de la EPE.
Como muestra el
decreto de apertura, lo que ha hecho ahora Lifschitz es crear una especie de
“Unidad de Información Financiera” (UIF) provincial, para detectar casos
posibles de lavado de dinero. Una expresión esta (la del lavado) que no se
utiliza nunca en todo el decreto, porque bien saben que es un delito federal,
sobre el que la provincia carece de competencia y jurisdicción.
No es la primera
vez que incursionan en el tema: en tiempos de Bonfatti y en medio del escándalo
Tognoli, habían creado la “Secretaría de Delitos Complejos”, la que pusieron a
cargo de Ana Viglione, una funcionaria policial que luego terminó procesada por
falso testimonio en causas de narcotráfico.
Pero si de lo que se trataba era de detectar posibles movimientos patrimoniales o financiero irregulares, hubieran empezado por casa: tienen un montón de jefes policiales que ellos mismos encumbraron a cargos de jerarquía en la fuerza (como Cristian Sola, el reemplazante de Tognoli designado por Bonfatti) investigados por enriquecimiento ilícito, o por no poder justificar su patrimonio con sus ingresos.
Eso, sin contar que tienen tres ex ministros de Binner y Bonfatti (abogados ellos) que se especializan en asesorar a los imputados en la justicia por lavado de dinero, justamente; o que cuando durante el gobierno de Cristina se reformó el Código Penal para tipificar el lavado de dinero como delito autónomo, los diputados del socialismo estuvieron ausentes.
Pero si de lo que se trataba era de detectar posibles movimientos patrimoniales o financiero irregulares, hubieran empezado por casa: tienen un montón de jefes policiales que ellos mismos encumbraron a cargos de jerarquía en la fuerza (como Cristian Sola, el reemplazante de Tognoli designado por Bonfatti) investigados por enriquecimiento ilícito, o por no poder justificar su patrimonio con sus ingresos.
Eso, sin contar que tienen tres ex ministros de Binner y Bonfatti (abogados ellos) que se especializan en asesorar a los imputados en la justicia por lavado de dinero, justamente; o que cuando durante el gobierno de Cristina se reformó el Código Penal para tipificar el lavado de dinero como delito autónomo, los diputados del socialismo estuvieron ausentes.
El decreto enumera
en su artículo 8 las cosas que tendría que ponerse a investigar el Ministerio
de Seguridad de Pullaro (el mismo que se desentendió de sus obligaciones
elementales tras haber perdido el socialismo las elecciones), para detectar
“movimientos sospechosos”: 1. Inconsistencias relevantes entre una situación de
exteriorización de activos y el perfil patrimonial o fiscal de una persona
humana o jurídica, 2. Situación de transferencias sucesivas de bienes
registrables, de participación societarias, de la posición de administración
fiduciaria, con una velocidad, frecuencias o inestabilidad que resulten
inusuales dentro de la respectiva actividad, 3. Cualquier hecho económico que no
guarde debida relación con las actividades declaradas y realizadas por las
personas humanas y jurídicas correspondientes, 4. Movimientos de sumas de
dinero en efectivo superiores a cuatrocientos cincuenta (450) Salarios Mínimos
Vitales y Móviles (SMVM), 5. Operaciones o hechos económicos desarrollados por
personas físicas o jurídicas que, sin tener capacidad patrimonial verificada,
declaran como propias manifestaciones económicas, que pertenezcan a otra
persona humana o jurídica, que no justifique o no pueda justificar las mismas,
6. Operaciones de compra, venta y recompra de activos que no se correspondan
con el verdadero valor de los bienes involucrados, 7. Operaciones de préstamos,
remesas o ingresos de dinero por otros conceptos, provenientes de entidades
bancarias, financieras o comerciales domiciliadas en territorios considerados
guaridas fiscales o países no cooperantes por el GAFI, 8. Situaciones en las
que se verifique la generación de resultados significativamente superiores al promedio de la actividad desarrollada por una persona humana o jurídica.
Cualquier persona
con dos dedos de frente que viva en Santa Fe sabe que la provincia en general,
el Ministerio de Seguridad en particular y Pullaro más que nadie, no tienen ni
la infraestructura ni la capacidad para investigar nada de eso, y llegar a algo
que pueda servir como prueba contundente en un proceso penal, que además
debería ventilarse en la justicia federal; como lo reconoce incluso el propio
decreto.
El asunto entonces es más sencillo: irse del
gobierno como vinieron (vendiendo humo hasta el final), para no hacerse cargo
de sus responsabilidades concretas, las que en 12 años demostraron cabalmente
no ser capaces de afrontar, como garantizar una mejor seguridad para los
santafesinos. Y por eso -entre otras cosas- perdieron las elecciones.
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