LA FRASE

"PARA LOS QUE DICEN QUE SOY EL MONJE NEGRO DEL GOBIERNO, EN EL ASUNTO DE LAS PREPAGAS NO ME DIERON NI CINCO DE PELOTA." (FEDERICO STURZENEGGER)

domingo, 18 de julio de 2021

COMPLEJIDADES

 


No debe haber muchas cosas que permitan ilustrar en mejor medida las complejidades de la política, la economía y el peronismo, por estos momentos, que el régimen de los biocombustibles. Y si no veamos:

* El régimen original de promoción de la industria de los biocombustibles fue una iniciativa de Julio De Vido durante el gobierno de Néstor Kirchner, que se terminó convirtiendo en la Ley 26093, con una vigencia de 15 años que precisamente caducaba éste año, y por eso se estuvo discutiendo el nuevo régimen en el Congreso. Mientras el nuevo régimen se aprobada, hace pocos días (el 12 de éste mes, para ser más precisos) Alberto lo prorrogó por el Decreto 456 (completo acá en el Boletín Oficial), hasta el 27 de agosto o la entrada en vigencia del nuevo régimen, lo que ocurriera primero.

* Como vemos en el tuit de apertura, ésta semana el Senado le dio sanción definitiva al nuevo régimen, cuyo cambio más relevante -y problemático- es que el Poder Ejecutivo, a través de la Secretaría de Energía, podría reducir el mínimo de corte obligatorio en las naftas de los biocombustibles, del 5 % que fija la ley vigente que viene de los tiempos de Kirchner, al 3 %. La iniciativa fue impulsada en Diputados por Máximo Kirchner, y contó con el apoyo de las provincias petroleras (el alza de los biocombustibles afecta los costos de las empresas que procesan hidrocarburos para producir naftas, en el país, la principal YPF).

* La reacción provino de las dos provincias que albergan los principales complejos de producción de biocombustibles a base de oleaginosas o maíz: Santa Fe y Córdoba, en ese orden. En Diputados al FDT los números le dieron para aprobar el proyecto de Máximo con el apoyo de los diputados de las provincias petroleras, y de Tucumán y las azucareras, porque los cambios no afectarían al bioetanol proveniente de la caña de azúcar. 

* Para que se entienda: Santa Fe y Córdoba abogaron para sostener el régimen de Kirchner (Néstor)-De Vido, porque en base a él se desarrollaron las plantas productoras que tienen en su territorio, asegurándoles una salida y mercado a la producción, vía los cortes mínimos obligatorios de las naftas. Y las provincias petroleras y azucareras (lo que incluye al Jujuy de Morales, por caso) aportaron votos de sus legisladores para aprobar los cambios.

* El propósito de las reformas que impulsó Máximo (y terminaron aprobadas) es contar con otra herramienta (como las retenciones) para desacoplar los precios internos de los internacionales,  para evitar que el alza de precios de los commodities se traslade al aumento de los combustibles en el mercado interno. O sea, una herramienta como la que el propio gobierno nacional no ha querido aplicar en el caso de la carne, el trigo, el maíz, o los productos lácteos.

* Y una idea acertada en teoría, pero hasta acá los precios de los combustibles en el mercado interno han venido aumentando al compás de los precios internacionales del petróleo, y de la decisión del gobierno nacional de darle "señales de precios" a la industria, para aumentar la producción; lo cual por un lado se logra (YPF por ejemplo ha aumentado un 126 % la producción de shale gas en Vaca Muerta), pero si se afecta a la industria de los biocombustibles cambiándole las reglas de juego, habrá que importar más combustibles (drenando divisas) para sostener la producción de naftas.

* Todo lo que se diga sobre posibles riesgos ambientales, grados de concentración económica o presencia gravitante de empresas multinacionales en la producción de biocombustibles, vale para las industrias petrolera y azucarera, cuyo lobby evidentemente ha sido más efectivo. Hay sí, en el caso de los biocombustibles y en especial en la provincia de Santa Fe, un fuerte entramado de Pymes que se desarrollaron en éstos años al amparo del régimen promocional impulsado por Néstor Kirchner, que contempla para ellas beneficios impositivos.

* Todo lo que se diga al respecto del costo fiscal de tales beneficios (que, reiteramos, alcanzan a las Pymes del sector), se puede decir corregido y aumentado para los estímulos fiscales del Estado nacional a la producción petrolera y gasífera, en la que la escala de los jugadores es otra pero -para ser justos- el Estado tiene presencia a través de un actor relevante como YPF, cosa que no sucede en el caso de los biocombustibles; y se frustró en potencial al desistirse de la expropiación de Vicentín.

* Ambos sectores (biocombustibles y petróleo/gas) aportan a un modelo integrado de desarrollo económico, con entramado industrial y uso de tecnología e incorporación de valor agregado. Ambos pagan buenos salarios (considerando la media del mercado laboral), en blanco. Y ambos sectores captan -según las circunstancias y su capacidad de presión- rentas extraordinarias por lo general, y demandan protección y asistencia del Estado (a través de regulaciones o subsidios) cuando la cosa se complica.

* La ley terminó siendo sancionada con la promesa del Secretario de Energía de la nación  a las provincias con presencia gravitante de industrias que producen biocombuastibles (como Santa Fe y Córdoba) de "morigerar" en la reglamentación el hachazo al corte mínimo obligatorio de biocombustibles a las naftas, y está bien. Porque armonizar (las perspectivas de desarrollo del país, el crecimiento de sus regiones, la economía en general, los intereses de las distintas fracciones del oficialismo o sus nichos de representación electoral) es la tarea. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El de la foto ¿Es Mirabella o Eladio Garcia?

profemarcos dijo...

Sale una ley
La "reglamentación" le cambia el sentido