LA FRASE

"INDUDABLEMENTE QUE MI FOTO SIGUIERA EN LA BOLETA FUE EL FACTOR DECISIVO PARA QUE GANÁRAMOS EN LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES." (JOSÉ LUIS ESPERT)

miércoles, 29 de octubre de 2025

MINI PULLARO

 

Entre los grandes perdedores de las elecciones del domingo pasado estuvo sin dudas Maximiliano Pullaro: la lista que él mismo armó (sacándose de encima a su vicegobernadora para que la encabezara) y cuya campaña se puso al hombro en persona como si él mismo fuera candidato, obtuvo apenas 307.000 votos, un poco por encima del 18 %.

Con lo que terminaron terceros cómodos detrás de LLA y Fuerza Patria (en éste caso a 10 puntos y unos 173.000 votos de distancia), y ganaron solo en uno (1) de los diecinueve (19) departamentos de la provincia. En la mayoría de los que perdieron además terminaron terceros, y solo lograron colocar dos (2) de las nueves (9) bancas de diputados que estaban en juego, ninguna de ellas para alguien de la UCR, el partido del gobernador que tendrá a partir de diciembre solo tres (3) diputados en la Cámara de Diputados de la Nación. Esos son los números, como se dice: datos, no opinión.

Pullaro fue parte del fracaso nacional de "Provincias Unidas", el experimento de Seita que el círculo rojo (y la embajada) armaron a las apuradas ante el temor de que Milei se desinflara y terminara ganando el peronismo, pero que solo logró ganar en Corrientes, de todos los distritos de los gobernadores radicales y del PRO que lo integran. En campaña, el gobernador santafesino (al que algunos lameculos locales veían como posible presidenciable) se envalentó al punto de pronosticar que ese espacio pondría el próximo presidente de los argentinos. En fin, que decir.

El gobernador embarcó en el experimento al mendigante socialismo santafesino que logró colocar un diputado nacional (Pablo Farías) en la lista, que será a partir de diciembre el único de esa fuerza en todo el país, en el Congreso nacional, porque suponemos que el otro (Esteban Paulón) renunciará a los dos años que le quedan de mandato, luego de haber fracasado en su intento por ser elegido senador....por la CABA. 

Claro que los dos legisladores que hoy tiene el socialismo en la Cámara de Diputados de la nación (Paulón y Mónica Fein) venían votando con la oposición en todos los temas, y Farías entra por una lista (Provincias Unidas) cuyos integrantes ya se comprometieron a votar las reformas estructurales (laboral, previsional y tributaria) que propondrá Milei: si París bien valía una misa, una banca y dos ministerios en el gabinete de Pullaro, también.

Pero volvamos a Pullaro, el gran derrotado en su provincia que el domingo a la noche eligió festejar...la derrota del kirchnerismo: así de mínimo es Maxi. Que hizo toda su campaña (que fue la de su lista, la que encabezaba Scaglia) prometiendo terminar...con el kirchnerismo, que si nos ponemos a ver en Santa Fe a él lo derrotó, como se dijo, por 10 puntos y 173.000 votos; aunque perdiera con Milei. A menos que el gobernador haya salido del clóset, y lo que en realidad festeje sea el triunfo de LLA. 

Lo que no le deja mucho margen para el festejo -y si para la preocupación- es la evolución de sus propios números: de los 1.023.000 votos que obtuvo en 2023 para llegar a la Casa Gris pasó a los 484.000 de hace unos meses cuando encabezó la lista de convencionales constituyentes que reformarían la Constitución provincial para asegurarle la reelección, y de ahí a los 307.000 de su lista de diputados el domingo pasado: si perder siete (7) de cada diez (10) votos de los que lo hicieron gobernador en 22 meses de gobierno no es un claro balance de como ven los santafesinos su gestión, se le parece bastante.

Los números finales acaso expliquen como se lo vio a Pullaro durante toda la campaña: nervioso, irascible y -aunque esto es permanente- embarcado en su cruzada contra....el kirchnerismo. Cautivo de su electorado pelo cocker que no le permite distracciones ni desmayos en esa empresa, solo le quedó tiempo para ensayar ya avanzada la campaña una tibia crítica a las políticas de un gobierno nacional que son tremendamente nocivas para la provincia que gobierna, sin que su propia administración acierte a instrumentar medidas para compensarlas. Críticas que de inmediato tuvo que matizar advirtiendo que el día después del comicio ellos (Provincias Unidas) iban a sentarse a dialogar con el régimen libertario para viabilizar las reformas "que el país necesita".

Pullaro (como Provincias Unidas) estuvieron toda la campaña buscando el lugar en el que ponerse, sin terminar de encontrar ninguno, hasta que se abrieron las urnas y se los asignaron: terceros, cómodos, y calentitos. Pensando si de acá a 2027 (cuando intentará su reelección para la que hizo reformar la Constitución provincial) Milei sigue con ínfulas, encuentra un Del Sel o un Poletti (otro cachado de la elección del domingo, por acompañar a Pullaro) de escala provincial (es decir un absoluto invento al que casi nadie conocía hasta entonces en la política), y le termina arrebatando el premio.  

O peor aún (porque eso le dolería más) si la dirigencia de las fuerzas políticas gorilas de la provincia defrauda a su base electoral y se embarca en una disputa que divide votos, y le termina dando el triunfo al peronismo. Acaso por eso el sábado (a horas de la elección y violando la veda) Pullaro dio un reportaje a "El Litoral" hablando de introducir en la provincias el balotaje o segunda vuelta electoral para elegir gobernador: un absurdo absoluto cuando acaba de reformar la Constitución, y no lo puso entonces allí (como sería necesario) porque creía que manteniendo el sistema vigente (el gobernador se elige a simple pluralidad de sufragios), ganaba en 2027 de orejitas paradas su reelección.

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