Parece que vienen durísimas, entre los jóvenes de La Monseñor Plaza, que expresarían una línea progresista como la actual -preocupada por la trata de personas, mientras no sean seminaristas- por un lado; y los de La Torquemada, que apoyan la candidatura del arzobispo de La Plata, Héctor Aguer; por el otro.
Tan duras que ya están jugando el duhaldismo:
Y el binnerismo, sin descartar al radicalismo progresista de Ricardito:
Y nosotros en la palmera, boludeando con que sacamos diez millones de votos, en lugar de lanzar ya mismo la candidatura de Farinello.
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