En ésta época donde a muchos se les despierta el interés por las comparaciones históricas, leemos en el diario del Loco Lindo, a otro conspicuo representante de la familia propietaria (en el círculo verde en la foto):
"Creer que la revolución social de signo populista puede realizarse destruyendo los supuestos íconos representativos del enemigo corporativo es un infantilismo que desconoce la verdadera trama del capitalismo argentino, que es mucho más desarrollado y fuerte que lo que el gobierno supone."
"A simple modo de ejemplo cabe consignar que las contradicciones sindicales, industriales o de servicios, traducidas en pugnas salariales y condiciones de trabajo, se desarrollan en un marco donde el valor del salario es determinante del consumo de los bienes que ese salario contribuye a producir. De igual modo, el valor del salario puede ser causa excluyente de la competitividad de esos productos tanto en el mercado interno como en el internacional."
"Por eso la actividad económica es un permanente juego de disensos y consensos entre los distintos actores, tensión que no pocas veces se traduce en transferencias de ingresos de un sector a otro para posibilitar la viabilidad del conjunto."
"Por lo tanto, salvo que se persiga aquella siniestra frase de Gramsci -”cuanto peor mejor”- como vía para la creación de condiciones revolucionarias, el cúmulo de torpezas producido por el gobierno de Cristina F. de Kirchner afecta la vida cotidiana de muchos argentinos que podrían vivir mejor. Sin embargo, no logra romper la matriz productiva que, año tras año, supera las adversidades provocadas por el gobierno, aunque es indiscutible que éstas perturban su expansión.
Afortunadamente ya hay amplios sectores del partido gobernante que empiezan a darse cuenta del preocupante destino al que nos conduce esta experiencia, que recuerda contradicciones de los 70 a las que Perón trató de mitigar en su retorno al país. Aquella confrontación, que terminó en un desastre nacional, se sintetizaba en dos consignas políticas opuestas voceadas dentro del propio peronismo: la “patria socialista” del proyecto juvenil frente al proyecto histórico de la “patria peronista”. Ahora, la ampliación constante de la corporación estatal pareciera ser el camino hacia la “patria socialista”, proceso que se impulsa en desmedro de la actividad económica privada. No obstante, algunos de los grandes actores económico-sociales, como los gremios y otros sectores de peso, ya han olfateado ese rumbo y comienzan a plantear su oposición rectificadora."
El firmante de la columna (Néstor Víttori) es uno de los dirigentes de CARSFE que suscribieron éste comunicado que comenta Barricada; en el que -como él lo señala- se está cuestionando subrepticiamente la legitimidad del gobierno de Cristina, que sería legítimo cuando lo eligieron, pero ya no; comunicado parecido (como dos gotas de agua) a aquellos de APEGE contra el gobierno de Isabel, en los meses previos al golpe del 76'.
Entre las barbaridades varias que se deslizan en la nota, nos enteramos que no existiría lo que el marxismo caracteriza como lucha de clases, u otros denominan conflictos entre el capital y el trabajo: se trata simplemente de disensos entre actores (ojo: Darín y Luppi no tendrían nada que ver), que ocasionalmente generan tensiones y transferencia de ingresos, de uno a otro sector.
No vayan a creer que las transferencias son -por lo general- siempre para el mismo lado, o que los empresarios la levantan con pala, no señor: por el contrario, se insiste en la conocida idea de que el salario es un costo excluyente de la competitividad; lejos de lo que Marx denominara plusvalía, o cosas por el estilo.
Lo que nos deja un poco perplejos es el entusiasmo que expresa el columnista con la reacción de "algunos sectores del partido gobernante", léase el peronismo, y específicamente los gremios (¿los actores de peso serán los gordos de la CGT oficialista?).
¿Qué nos está queriendo decir: que los sindicatos pondrán freno a la políica de intervención del Estado en la economía, en defensa de los intereses empresariales privados, o que los empresarios están dispuestos a dar aumentos salariales, pero el gobierno no los deja?
¿Volverá la Triple A, reforzada convenientemente por patotas sindicales, para hacer tronar el escarmiento?
¿Será antes o después del "Rodrigazo" versión 2013?
Si había algo en lo que todos los sectores del peronismo duramente enfrentados en los 70' estaban de acuerdo, era en la idea de una fuerte intervención del Estado en la economía, pero en ésta versión revisionista, al parecer, también eso los diferenciaba: curioso como funciona el peronómetro de algunos gorilas consuetudinarios (en la foto, con un par de peronistas a su gusto).
Dada la alternativa de hierro que plantea Víttori, ¿se habrá enterado Alaniz que uno de sus patrones de golpe se volvió peronista, y ortodoxo; y en tal caso como tomará la noticia?
1 comentario:
Que lindas ensaladas que arman. Hay para todos los gustos. Total, siempre hay gente ávida por comerse cualquier engendro.
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