LA FRASE

"ME DICEN QUE ESTÁ VINIENDO PARA ACÁ EL MINISTRO CAPUTO, ASÍ QUE TRÁIGANME ESA REMERA QUE DICE "NO HAY PLATA"." (KRISTALINA GEORGIEVA)

viernes, 8 de mayo de 2015

ESPECULACIONES SOBRE EL DEDO PRESIDENCIAL


Por Raúl Degrossi

Antes de que sigan en la lectura, avisamos: en éste post no se intentará develar quien será el candidato preferido de Cristina para las PASO de agosto. Mucho menos se presume de saber si hay uno, y quien es. Intentaremos simplemente analizar el panorama que se le presenta a CFK para determinar de que modo incide en la selección del candidato del oficialismo, cuando restan poco más de 40 días para el cierre de listas.

Todo parece indicar que habrá competencia en las PASO en el FPV: nunca existió la posibilidad real de que Cristina consagrara un "delfín" al que  habrían salido a destrozar de inmediato; y toda decisión anticipada en esa materia la debilitaría también a ella, por los roces internos y porque entonces sí hubiera sido el "pato rengo": lo que no pudieron lograr las maniobras desestabilizadoras del poder económico y del partido judicial, lo haría la resolución equivocada de la interna.

Scioli estaba lanzado como candidato (y nunca ocultó su intención de serlo) desde el mismo momento en que se supo que Cristina no podría optar por otro mandato; es decir al día siguiente del 54 % del 2011.

Suponer que existían chances reales de forzar la reforma constitucional fue un recurso retórico de los medios opositores para debilitar al gobierno, y de algunos opositores como Massa para rodear de cierta épica su aventura electoral; tanto como un error en el que cayeron no pocos kirchneristas (algunos con despacho en la Rosada), con el previsible resultado de demorar la instalación de un candidato "propio", o peor aun: retacear el esfuerzo por construir en serio "fuerza propia", esperándolo todo del magnetismo presidencial.

Pero del mismo modo que Scioli fue el primero en lanzarse (y el único en no "pedir permiso" para hacerlo), también fracasó en su intento de ser aceptado por Cristina y el conjunto del kirchnerismo (en especial los sectores de "paladar negro") como el "candidato natural" e inevitable; un fracaso que él mismo fue aceptando con el tiempo, al abandonar la ilusión de "ganar con votos propios"; o la quimera (alentada por parte de su entorno) de "jugar por afuera".

Se contuvo y lo contuvieron, y está bien: para ganar todos los votos son necesarios; y marginarlo hubiera sido ir en contra de la propia construcción histórica del kirchnerismo, de la que forma parte desde sus orígenes. Tanto entendió Scioli que no podía "ganar solo" (ni siquiera con los apoyos importantes que viene construyendo en el peronismo, en especial entre los gobernadores) o por afuera (captando un dudoso "voto independiente"), que de un tiempo a ésta parte viene haciendo esfuerzos notorios por sobreactuar discursivamente su kirchnerismo; movida más destinada a seducir al voto "propio" que al ajeno.

Los últimos tiempos marcan que la (excesivamente) nutrida grilla de precandidatos presidenciales del kirchnerismo tiende a reducirse, con los pases de Julián Domínguez y Aníbal Fernández a la competencia bonaerense, con la misma venia presidencial con la que en su momento se lanzaron a la pelea presidencial

Algo que parece perfectamente lógico, aunque deba complementarse con un ordenamiento similar de la también poblada grilla bonaerense; puesto que siendo imposible a esta altura (e inconveniente en términos políticos, porque no reflejaría la realidad de las relaciones de fuerza hacia el interior del kirchnerismo) confluir en un sólo candidato (como en Santa Fe), la experiencia porteña indica que la sobreabundancia de oferta no potencia al espacio, sino que lo debilita. La "invitación a la humildad" en ésta materia que hizo ayer Cristina en el Chaco, no pudo ser más clara.

Lo más probable es que la interna presidencial del FPV se limite a dos fórmulas, siendo raro que sean tres, porque en ése supuesto crecerían las chances de Scioli; en una competencia en la que -por razones obvias- CFK no puede jugar abiertamente: si lo hiciera y perdiera, su autoridad política e institucional se vería afectada. Del hecho de que Cristina deba "ganar sí o sí" la interna se derivan otros, como la especulación de que "cuele" los vices en ambas fórmulas, pero hasta acá es -como casi todo éste post- sólo eso: pura especulación. 

Lo mismo cabe para quienes dicen que se mantendría al margen; algo que parece mucho más improbable: en su reunión con los gobernadores peronistas esta semana transmitió su deseo de participar activamente en la campaña; amén que la suerte del candidato oficialista está indisolublemente ligada a la gestión del gobierno nacional, y que Cristina sigue siendo -por lejos- la dirigente política con mayor imagen positiva tanto del oficialismo, como de la oposición.

CFK no puede jugar "abiertamente" dijimos, lo que no significa que le sean indiferentes las PASO, o sus resultados: si los candidatos son dos, y sentado que uno sea Scioli (nada parece indicar lo contrario, aunque desde el dispositivo mediático opositor agiten la idea de la "bolilla negra" presidencial a último momento, y alguno pueda ver en el discurso de CFK en el Chaco alguna insinuación en ese sentido), la entronización de un contendiente será leída seguramente por muchos kirchneristas como un dato indicativo de la preferencia presidencial. 

El resto -como debe ser- lo harán los votos, pero el modo en que Cristina elija participar en el proceso dirá además mucho sobre su rol político a futuro, cuando concluya su mandato, y -por carácter transitivo- sobre lo que será del kirchnerismo también en esa instancia.

El kirchnerismo (impulsor en su momento de de las PASO en el Congreso, casi en soledad) no debe desdeñar la competencia interna para potenciarse y contener a todos sus sectores, pero al mismo tiempo tener en claro que del mismo modo que el mecanismo legitima al ganador, compromete al perdedor con sus resultados: bien sabemos por experiencia propia en Santa Fe lo que ocurre cuando no se asume esta cuestión elemental.

Comprometerse con las PASO es comprometerse con sus resultados, y si todos los participantes se asumen como parte de un mismo espacio político (con gestualidad notoria para dejarlo en claro en algunos casos), esos resultados comprometen también al ganador a futuro con el eventual rumbo de su gobierno, si gana la general.

Un rumbo que no puede ser otro que el de la continuidad y profundización del modelo que iniciara Néstor en el 2003, y hoy conduce Cristina: no se trata de predicar el kirchnerismo, sino de practicarlo; una conclusión que se traduce -en términos de elementales razones de racionalidad instrumental- en que ese debe ser el norte de la campaña electoral y del discurso político del oficialismo; tal como se apuntaba acá, y tal como lo dijo ayer Cristina cuando habló de "blandos y tibios a los que los corren con la tapa de un diario". 

De otro modo, apartándose de ese rumbo, el candidato del FPV que surja de las PASO -aun legitimado por el voto- correrá serios riesgos de comprometer su base electoral, y sus chances de ganar en la elección general.

Sin embargo, tampoco puede caerse en la simplificación de señalar que "el candidato es el proyecto", porque eso significa subestimar la dimensión de lo específicamente electoral; que es esencial en la política en general, y la única fuente de legitimación en la política democrática. El candidato que salga de las PASO tiene que ser capaz de captar votos por sí mismo, más allá del apoyo de Cristina.

Del mismo modo pensar en la construcción de un "Cámpora" kirchnerista que recree aquélla célebre fórmula del 73' que disociaba el gobierno del poder, es por ahora un ejercicio teórico que no puede confrontarse con la realidad; y que plantea serios interrogantes a futuro, máxime cuando hablamos de política y peronismo, la fuerza vertebral de la coalición oficialista, por peso electoral y gravitación institucional.

Porque no se nos escapa que todo este asunto de la elección del candidato del FPV para las presidenciales de octubre está atravesado por la discusión del futuro de la coalición política que viene sustentando el proceso político abierto en la Argentina a partir del 25 de mayo del 2003; y el rol que asumirá Cristina cuando ya no esté en la Casa Rosada

4 comentarios:

Comandante Cansado dijo...

¿Vos decís que Uribarri se baja después de anunciar delante del interesado (quien calla otorga)que Kicillof sería su vice? Mhhh....

La Corriente Kirchnerista de Santa Fe dijo...

¿Dónde dice eso?

Comandante Cansado dijo...

Lo deduzco de "Lo más probable es que la interna presidencial del FPV se limite a dos fórmulas, siendo raro que sean tres". A menos que pienses que es Randazzo el que se baja. Saludos.

Comandante Cansado dijo...

Y parece que tenías razón, nomás... (se bajó el entrerriano).