Si alguno creí que con el insólito fallo de los camaristas tucumanos que se arrogaron el derecho de decidir que voto vale y cual no a partir de la "libertad" con que votan o no los ciudadanos se había visto todo en materia de derrapes de sus señorías, acá aparece éste muchacho para sacarlo del error.
Y va más allá, estableciendo que provincias están en condiciones de hacer una eleccción, y cuáles no: una variante del "voto de baja calidad" de Pino Solanas, pero dicho por un juez, y no cualquiera: nada menos que uno de los miembros de la Cámara Nacional Electoral, el máximo tribunal del país justamente en materia de elecciones.
Cuyos miembros (incluyendo al propio Dalla Vía) no es la primera vez que derrapan, incursionando abiertamente en cuestiones políticas ajenas a su estricta competencia, y sobre las que deberían abstenerse de opinar: hace poco veíamos acá como opinaban con soltura sobre sistema electorales y reformas políticas, quejándose de que el gobierno y el Congreso no les dan pelota; como si estuvieran obligados a prestarles atención.
Si uno repasa el listado de provincias "inviables electoralmente" (por decirlo en términos de Cavallo) a criterio del juez, vemos que se trata en todos los casos de aquéllas en las que la oposición al gobierno nacional pierde feo, con la sola excepción de la provincia de Buenos Aires; donde también pierde, pero al parecer, pasaría el test del magistrado y estaría capacitada para organizar una elección.
Subido al púlpito desde el cual distingue entre réprobos y elegidos en materia electoral (con un criterio que sugestivamente coincide con los lugares donde la oposición y los medios hegemónicos denuncian o no fraude o clientelismo), su señoría se ocupa de aclarar con generosidad que no es que en esas provincias no tendrían que votar, sino simplemente reformar sus sistemas electorales; que son "mayoritarios": dado que por regla general gana el que tiene más votos, vaya uno a saber que ha querido decir realmente don Dalla Vía.
Como también vaya a saber que catzo tienen que ver los sistemas electorales provinciales (o en todo caso, la forma como cada provincia elige a sus autoridades) con la elección nacional de octubre en la que tiene que intervenir la Cámara que integra Dalla Vía (que se ocupa de aclararnos que nos quedemos tranquilos, que están en el tema), en la que en el tramo presidencial y de un tramo de diputados al Parlasur el país funciona como distrito único; y en todas las categorías se vota en todo el territorio nacional con las mismas reglas.
Disparates en los que incurren los jueces cuando incursionan fuera de sus labores específicas, que en el caso de la Cámara Nacional Electoral están delimitadas por la Ley 19.108: entre las más importantes dirigir y fiscalizar el funcionamiento del Registro Nacional de electores y fiscalizar los de los distritos de acuerdo con las disposiciones de la Ley Electoral; dirigir y fiscalizar el funcionamiento del Registro Nacional de Afiliados de los Partidos Políticos y fiscalizar los de los distritos, dictar las normas a que deberá sujetarse la formación y funcionamiento de los Registros Generales de inhabilitados, de faltas electorales, y controlar el uso que hacen los partidos políticos de los recursos provenientes del Fondo Partidario Permanente.
Además por supuesto de entender en grado de apelación, de las resoluciones definitivas recaídas en las cuestiones iniciadas ante los jueces nacionales de primera instancia en lo Federal con competencia electoral; o fiscalizar la labor de las consultoras que publican encuestas y sondeos de opinión, tal como lo manda la Ley 26.571 que creara las PASO.
Como se ve, trabajo no les falta y tienen para entretenerse; como para que no les quede tiempo para andar haciendo declaraciones por los medios, sobre temas ajenos a su esfera.
Sería bueno que Lorenzetti y los cada vez más escasos cortesanos supremos -que ejercen la superintendencia de la Cámara- nos cuenten a todo si vigilan a los camaristas, para ver si tienen su despacho al día; y que piensan respecto a estas opiniones, a menos que cuenten con un guiño de su parte.
A muchos otros jueces por mucho menos que esto les llovieron pedidos de jury en el Consejo de la Magistratura.
2 comentarios:
Ustedes, que tienen la mala costumbre de averiguar ciertas casualidades no muy casuales, creo que debieran fijarse si hay relación entre la temorada de declaraciones de jueces y aledaños, con la temporada de becas, viajecitos de fin de curso, congresos all inclusive y otras actividades recreativas para público leguleyo, organizadas por filántropos como mañeto.
Dada mi habitual tendencia a pensar mal, me parece que hay plena coincidencia
Pan de trotyl.
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