LA FRASE

"ME DICEN QUE ESTÁ VINIENDO PARA ACÁ EL MINISTRO CAPUTO, ASÍ QUE TRÁIGANME ESA REMERA QUE DICE "NO HAY PLATA"." (KRISTALINA GEORGIEVA)

martes, 15 de septiembre de 2015

MÁS QUE SEMBRAR SOSPECHAS, LA IDEA ES PUDRIRLA


A Joaquín Morales Solá no se lo puede tomar en serio como periodusta, pero es sin dudas uno de los principales operadores mediáticos del estalishment local; que suele exponer con total crudeza como pocos en que andan sus integrantes.

Como con su inverosímil -desde el punto de vista periodístico, claro está- columna publicada en La Nación del domingo (completa acá) respecto a las elecciones de octubre; donde va incluso más allá de dar por sentado como cosa juzgada que el gobierno hará fraude, para deslizar que la oposición desconocerá el resultado y es muy probable que el país llegue al 10 de diciembre sin tener un presidente electo que asuma su gobierno.

El caso tucumano ya dio pistas firmes de por donde vendría la cosa, pues la oposición dejó claro que no sólo desconocerá cualquier resultado de las elecciones (a propósito: Manzur estiró su ventaja final sobre Cano a más de 111.000 votos, más de 9.000 más que en el escrutinio provisorio), sino que fue a la justicia para impedir que los ganadores sean proclamados; y habla con total desparpajo golpista de resolver el bache (los electos deberían asumir el 29 de octubre) apelando a la ley de acefalía: ni más ni menos que lo que planteó el domingo Morales Solá, para la elección nacional.

Nos cuenta JMS que en las elecciones del 25 de octubre habrá que estar atentos al fraude que intenta perpetrar el gobierno para ganar en primera vuelta; frente al cual la oposición con certeza judicializaría los resultados (siguiendo el ejemplo tucumano), lo que volvería a pasar aun en caso de balotaje: según Joaco, el kirchnerismo haría fraude también en la segunda vuelta porque de lo contrario gana Macri, y la oposición iría a la justicia para impugnar el resultado; aunque se llegue al 10 de diciembre sin presidente electo que pueda asumir. 

Los voceros mediáticos de la derecha argentina -como Morales Solá- no se resignan a aceptar que la transición política y el cambio de gobierno no se produzcan en medio de una crisis política y económica de proporciones; crisis tantas veces pronosticada por ellos, como alentada y fogoneada para que la profecía se autocumpliera.

Sólo desde enero para acá y desde el caso Nisman hasta las denuncias de corrupción y fraude, pasando por los movimientos con el dólar blue y los pronósticos apocalípticos sobre la economía o la sensacionalización de la pobreza, no han ahorrado medios para empiojar el clima de la campaña electoral primero; y los resultados del comicio, después.

Pero ahora demuestran que van por más que simplemente incidir en el humor con el que los argentinos irán a las urnas, y quieren crear un clima de inestabilidad institucional donde lo hay, así como agitan el fantasma del fraude para deslegitimar de antemano un triunfo del FPV del que -por momentos- parecen tener más certezas ellos que nosotros mismos.

No es casual que operen en ese sentido: sus mandantes siempre han medrado con las crisis, y es en los momentos de excepcionalidad institucional donde han obtenido los mayores beneficios económicos para sus intereses; y no sólo durante las dictaduras que gestaron y apoyaron: pensemos en quiénes salieron ganando con las crisis de 1989 y 2001 que eyectaron del gobierno a la UCR.

O en términos de fenomenales transferencias de ingresos a los sectores más concentrados de la economía, recordemos las megadevaluaciones, los procesos híperinflacionarios, la estatización de la deuda externa privada, la pesificación asimétrica, la licuación de pasivos empresarios, el remate en beneficio de los grandes grupos económicos del patrimonio público o la ley de bienes culturales, y haremos una constatación: a cada mega-estafa de ésas, cometida en perjuicio de la mayoría del pueblo argentino, le correspondió una situación de crisis política, o de quiebre o tensión extrema de las instituciones.

En medio de una campaña electoral que no se ha caracterizado precisamente por el debate político, están intentando fogonear un clima en el que la más mínima chispa provoque un incendio de proporciones; y si no se enciende sola, allí estarán ellos prestos a hacerlo; sin ponerse colorados.

Necesitan desesperadamente que lo que entienden como una anomalía política (el kirchnerismo) cuya duración se les ha tornado ya insoportable termine mal, en medio de una crisis y si es posible, con protestas, represión y muertes; con gente enfurecida reclamando en las plazas y las calles porque hubo fraude, y con las instituciones sacudidas porque no se sabe quien ganó las elecciones; o si se sabe no es aceptado o cargará con el estigma del fraude durante todo su mandato.

En una confesión indirecta de su impotencia política porque el tantas veces anunciado "fin de ciclo" se pospone (una y otra vez) quieren clausurar ese ciclo de un modo abrupto, y borrar de un plumazo su permanencia en la memoria colectiva (tal como ensayaran con el primer peronismo), o dejarlo registrado en el archivo del oprobio; porque le temen además a la proyección política a futuro de una presidenta que se retira del poder con niveles de popularidad inéditos para nuestra transición democrática.

Buscan también erosionar al futuro presidente (si es Scioli) antes de que asuma su mandato, y debilitar de antemano su legitimidad, para poder imponerle su pliego de condiciones; y así lograr que el ganador aplique en el gobierno el programa electoral derrotado en las urnas.

Para eso apelarán a todas las herramientas que tiene a su alcance (desde los fierros mediáticos hasta los instrumentos de desestabilización económica), con el invalorable aporte de una oposición absolutamente desertora de su compromiso democrático; de la que a esta altura está muy claro que poco y nada puede esperarse, como no sea fungir -una y otra vez- de comparsa del operativo desestabilizador en marcha.

Habrá que estar atentos entonces, porque así como tenemos la responsabilidad de seguir gobernando hasta el último día para honrar el mandato que nos dieron las urnas en el 2011, y redoblar el esfuerzo desde ahora hasta el 25 de octubre para conseguir que los argentinos nos vuelvan a confiar los destinos del país, también tendremos que garantizar -llegado ese caso, y si fuera necesario- que se respete su voluntad. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay que ubicar urgente al novio irlandés de Morales Solá.
Urgente.La abstinencia lo encamina al delirio.

La Corriente Kirchnerista de Santa Fe dijo...

¿Cómo irlandés, no era un marinero ruso? que promiscuo había sido