Por A.C.
La despedida fue como debía ser. Con la gente. Multitudinaria. Emotiva. Con una profunda corriente de cariño, una corriente de ida y vuelta. Con las banderas, los cantos, con Patria Sí Colonia No. Es un mérito del kirchnerismo todavía difícil de dimensionar, haber reinstalado en la Argentina temas que sintetizados en consignas claras, parecían olvidados durante décadas.
Porque hay cosas que no cambian, como las dos alternativas de país que se mantienen desde hace más de 200 años, y en el camino de nuestra historia, los movimientos populares eligieron o intentaron un país independiente, digno, una patria, y no la colonia inglesa o estadounidense según la época.
Será difícil, muy difícil, que otro Presidente, y después de ocho años, pueda culminar su mandato en una plaza así, conmovedora, y no solo por el número, sino por los rostros de admiración, de identificación, de agradecimiento, por haber levantado y defendido banderas olvidadas; como la justicia social, la dignidad del trabajo, los salarios, la educación popular, la inclusión de los olvidados, la salud de los pibes y los viejos, los derechos humanos, o la defensa firme de los intereses del país frente a Repsol, al Grupo Clarín o a los fondos buitres. Y por eso la plaza de la despedida fue lo que fue.
Los sociólogos primates van a tener que encontrar otra explicación que supere la excusa del choripán y el colectivo gratis. Esos rostros, esas expresiones, esa emoción, los ojos vidriosos, no se consiguen con pasajes sin cargo.
Del otro lado, el presidente electo se ocupaba de cautelares aprovechando esa parte de la “justicia” corporativa, clasista, permeable, medieval, ávida de figuración y reconocimientos de todo tipo, y a causa del tema del bastón, mientras enviaba un cadete a Nueva York con la única actitud que conocen: la auto humillación, el entreguismo cipayo, para “negociar” con los fondos buitres. Negociarán solo la forma de la entrega, porque la entrega, la rendición, Singer y su banda ya la tienen asegurada con la llegada del enviado.Y habrá jugosas comisiones.
Mientras tanto, para nosotros se termina un período inolvidable,que viene a confirmar lo que escuchábamos decir antes a los más veteranos: “los días felices siempre fueron peronistas”. Y sí, lo pudimos comprobar.
Por eso, en estos días difíciles después de la ajustada derrota electoral, tenemos que tener presente que tuvimos la oportunidad de vivir -y con intensidad- estos años felices que empezaron con el compañero Nestor y siguieron con Cristina, en los cuales vimos y comprobamos que -como pensábamos- un país diferente, más justo, más solidario, era posible. Y lo fue. Entonces se podrá repetir. Seguramente.
Y quedará esa última imagen de nuestra Presidenta, sonriente, luminosa, saludando a su pueblo y recibiendo el abrazo imaginario de miles y miles. Y entre sus palabras de hoy, resuenan aquellas en las que resaltó que ella, después de su gobierno, puede mirar a los ojos a la gente, porque siempre trabajó para los argentinos.
Y nosotros también podemos mirar a los ojos a la gente, porque por identificación le pusimos el hombro a éste proyecto, lo hicimos por convicción, con virtudes y errores, pero siempre con la vocación política que nos llevaba a creer que un país más justo era posible. Y lo fue. Entonces se podrá repetir. Seguramente. Y para eso,desde mañana habrá que ponerse de nuevo en marcha.
3 comentarios:
La del choripan gratis que se la cuenten a otro, nada bajaba de los $40, y las columnas no eran grandes, la gente que llenaba trenes y subtes era importante mayoría, lo viví personalmente.
Nunca menos y abrazos
Daniel dijo…
Suscribo el artículo y agrego que en la marcha que empieza, no hay que dejarse acompañar por los que antes traicionaron y por los que ahora se subirán a los globos amarillos.
En Santa Fe no hay que olvidarse de los traidores como Pignata o Molina, muchos senadores provinciales y los candidatos que después de las elecciones provinciales se hicieron los boludos y se guardaron en su casa. No hay que olvidarse. Y tampoco de De la Sota, ni de Massa.
Muy bueno. Aplaudo y firmo la totalidad. Así será.
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