LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

domingo, 3 de septiembre de 2017

CURIOSO MODO DE CERRAR EL DÉFICIT FISCAL


No hay prácticamente ninguna entidad empresarial de las más importantes (y hasta algunas de las en teoría "progres") que no ponga en la lista de prioridades de temas económicos a resolver la reducción del déficit fiscal, algo que se puede conseguir achicando los gastos del Estado, aumentando sus ingresos o haciendo un poco de cada cosa al mismo tiempo.

Sin embargo, también se puede comprobar que son los mismos empresarios y sus organizaciones que reclaman por el déficit en las cuentas públicas, los que se quejan por "la excesiva presión tributaria", con lo cual lo que están diciendo sin decirlo es muy claro: el ajuste debe venir por el lado de los gastos.

Ahora bien, en estos días vimos como el comportamiento del sector público nacional en los casi 8 primeros meses del año demuestra que el gasto viene creciendo en menor medida que los ingresos, pero igual se acrecienta el déficit por una razón muy sencilla: suben los pagos por intereses y amortización de la deuda, que este gobierno contrae en abundancia y a diario, en el país y en el exterior.

Tanto que lo que "ahorra" por el lado de la baja de los subsidios a las tarifas de los servicios públicos ante los aumentos de luz, gas y agua, se va por la canaleta del pago de intereses de la deuda.

Pero como si todo eso fuera poco, ahora el gobierno anuncia que enviará al Congreso un proyecto permitiendo la actualización por inflación de los balances de las empresas, para pagar menos en concepto de Impuestos a las Ganancias.

Ellos mismos calculan que de ese modo el Estado dejará de recaudar unos 45.000 millones de pesos anuales, que lo compensarían el año que viene con una "multa" que las empresas pagarían por única vez, con lo cual pasaría exactamente lo mismo que con el impuesto especial por ingresar al blanqueo: el Estado resigna recursos permanentes, a cambio de un ingreso extraordinario.

En su momento y respecto al ajuste por inflación de los balances, decíamos acá: "Según nos comentaba nuestro amigo Diego Rubinzal (al que consultamos sobre el tema) el ajuste por inflación para las empresas en Ganancias es algo muy complejo porque la ley ya lo contempla para ciertos aspectos que tienen que ver con rubros que componen el patrimonio o activo de las empresas, y el pasivo.

Y también nos decía que el ajuste generalizado por inflación terminaría favoreciendo a las empresas que están más "líquidas", es decir que más allá de su situación patrimonial, tienen gran flujo de facturación constante.

No hace falta ser Diego Rubinzal para darse cuenta que en esa situación están muchas de las empresas que tienen posición dominante en el mercado, y por ende captan niveles de facturación importante, que se traducen obviamente en utilidades significativas.

Y que además en muchos casos son formadoras de precios, y pueden a su vez (como compradores con poder privilegiado de negociación) minimizar sus costos, fijando precios para los insumos que necesitan. Algo que un trabajador no puede hacer con su salario, o sus bienes patrimoniales.".

Es decir entonces que un gobierno preocupado por la inflación generaría un mecanismo que hace que los que ganan produciéndola, paguen menos impuestos; y ese mismo gobierno preocupado por el déficit, le estaría restando recursos al Estado; de los que aportan los sectores con mayor capacidad contributiva.

Como ya hizo con la eliminación o rebaja de retenciones, y los cambios en Bienes Personales y Ganancia Mínima Presunta que -eso sí- se produjeron en medio de las promesas de "impulsar una reforma tributaria integral de carácter progresivo, para que los que más tienen, más paguen".

A juzgar por los hechos, hasta acá no lo estarían logrando mucho que digamos.  

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