LA FRASE

"ELCOMITÉ DE CRISIS POR LA GUERRA EN MEDIO ORIENTE LO DISOLVÍ AL DÍA SIGUIENTE DE CREARLO PARA QUE VEAN QUE VOY EN SERIO CON LO DE ACHICAR EL ESTADO." (JAVIER MILEI)

viernes, 29 de septiembre de 2017

SE NOTAN LAS COSTURAS


Un extranjero no muy interiorizado de la realidad de la Argentina que llegara a estas pampas y observara los principales medios podría concluir que estamos viviendo una especie de “mani pulite”, con un presidente comprometido a fondo en la lucha contra la corrupción, y que encabeza una profunda cruzada de regeneración moral del país.

Del mismo modo otro extranjero más informado por los medios de su país de origen - donde el tema tuvo más repercusión que acá- de los coletazos de los “Panamá paper’s” matizaría la percepción, acaso porque sabría que ese mismo presidente es un conspicuo representante de lo que nosotros llamamos “patria contrarista” y que ellos denominarían “capitalismo prebendario”; con una larga tradición de esquilmar al Estado en los contratos, evadir impuestos y fugar dinero a guaridas fiscales, a través de empresas off shores, cuentas ocultas y sociedades pantalla.

Para poner en el primer plano de la agenda política una presunta cruzada “contra la corrupción y las mafias” es necesario encontrar el enemigo perfecto al decir de Durán Barba, y en esto coincidimos con él: ¿Qué mejor que personajes impresentables e indefendibles como el “Pata” Medina o antes, el “Caballo” Suárez, para usarlos como muestra de que la cosa va en serio, y que nadie puede sentirse seguro y a salvo de la espada flamígera del presidente moralizador?

Claro que la cruzada moralizadora es perfectamente compatible con los negocios propios, y más aun, estrictamente funcional a ellos: mientras nos entretenían con el cinematográfico despliegue policial para detener a Medina, y en apenas los días que corren de ésta semana, “Niky” Caputo, el amigo del alma -léase testaferro- del presidente, se quedaba con contratos del gobierno para la provisión de energías renovables por 500 millones de dólares y las acciones de sus empresas volaban en la bolsa; la empresa de la familia del Jefe de Gabinete y del secretario de Comercio se veía beneficiaba con un aumento del cupo de la cuota Hilton adjudicada por el propio gobierno; y el ministro Aranguren anunciaba la liberalización total del precio de los combustibles, para beneficio del cártel de empresas petroleras que dominan el mercado, entre ellas su ex empleadora Shell, de las que hasta no hace poco conservaba (¿ o aun conserva?) acciones.

Muestras evidentes de que el “gradualismo” del que hablan para avanzar en reformas estructurales (léase ajuste) no aplica a los negocios: que éste gobierno sea el vehículo perfecto para una restauración neoliberal en el país no quita que sus miembros (empezando por el propio presidente) no aprovechen la oportunidad dorada de ocupar los dos lados del mostrador.

Dicho de otro modo, que lo necesario (“lo que hay que hacer”) no les impida lo urgente, así como la vidriera rota y la alarma desconectada en un negocio proveen a los cacos la oportunidad perfecta, que sería un pecado desaprovechar; porque podría no volver a repetirse jamás.

Y la avanzada del gobierno contra sindicalistas corruptos es también perfectamente compatible con su alianza con algunos de los más notorios en ese rubro como el “Momo” Venegas (cuya hija ventila por estas horas un entramado de plata en negro y testaferros que se quedaron con lo que no les corresponde); y también con la negociación con los “gordos” de la CGT de una enigmática “cobertura universal de salud”, que huele a negociado con la plata de las obras sociales (la principal fuente de corrupción sindical), por donde se lo mire.

Del mismo modo, con la excusa de Cristóbal López, sus deudas con el fisco y sus vínculos con el kirchenrismo y apalancados en extorsionarlo con las causas en su contra, se cargaron a Navarro, que amplificaba las denuncias de Verbitsky contra el presidente y familia, y ahora lo obligarán a venderle sus medios a los Terranova; que por medios propios no podrían comprar  ni una gacetilla parroquial.

Y también con el mismo modus operandi, cierran las tenazas sobre Víctor Santa María del SUTERH desempolvando viejos carpetazos de hace más de una década, para acallar a Página 12 (donde también y primero publica el “Perro” sus denuncias), en muestra de que no le preocupan tanto las críticas a sus políticas, como las denuncias de sus curros.

También por estos días y mientras veíamos en cadena nacional el operativo para detener a Medina el Senado aprobada la ley de responsabilidad penal empresaria, sin incluir la “cláusula Odebrecht” propuesta por el gobierno para controlar las “delaciones premiadas” de los arrepentidos; cuando ya Macri no la necesitaba porque se aseguró correr a los brasileños de la obra del Sarmiento reemplazándolos por la italiana Ghella (muy presumiblemente otra cáscara de los negocios familiares); que -oh sorpresa- conseguiría el financiamiento del HSBC (empleador del hoy asesor presidencial Martino) y el Deustche Bank (ex empleador del ministro Caputo) ambos habituales colocadores de deuda argentina con éste gobierno, para llevar adelante una obra a la que el propio Macri le asignó 45.000 millones de pesos por DNU. 

La ley sancionada les permitiría (a sugerencia de la OCDE, el “club VIP” de países al que Macri aspira que ingrese la Argentina) a las empresas zafar de su responsabilidad penal por hechos de corrupción si demuestran tener “códigos de ética internos” que penalicen esas conductas: una especie de privatización del sistema penal; mientras en el coloquio de IDEA los empresarios cargan contra los jueces para exigirles avances en las causas por corrupción (contra los corruptos, no contra los corruptores), pero para exigirle con más premura al gobierno y al Consejo de la Magistratura que depuren el fuero laboral de jueces molestos.

Mientras el periodismo servilleta marca los blancos como en los mejores tiempos de la dictadura, se exhibe sin impudicias la profunda dualidad moral de estos sepulcros blanqueados, y de buena parte de sus votantes: el “haciendo lo que hay que hacer” que es moldear una Argentina post peronista, te lo quieren vender como una cruzada moral; porque lo que les molesta no es la corrupción sino los derechos, no son los bolsos de López o el yate de Jaime, sino el aguinaldo, las vacaciones pagas o las indemnizaciones por accidente de trabajo o despido.

La jugada es de manual y se le ven las costuras, pero no por eso es menos efectiva: les ofrecen a sus electores cambiar dolores presentes (cada vez les importa menos disimular al ajustazo que harán tras las elecciones) por esperanza futuras, y por la sensación de sentirse parte de algo más grandes que ellos y que los excede, una especie de mística honestista que haga las veces de taparrabos espiritual de las desnudeces materiales.

Pero para mal de la democracia argentina, avanzan sin pausas por un sendero de autoritarismo creciente y cada vez menos reprimido, que siempre termina mal; con la construcción de una realidad alienada y alienante, acumulando múltiples facturas en el camino con la Gendarmería, los servicios de inteligencia, la patota judicial y los medios; esos mismos que hoy elogian el vestuario del rey Mauricio y mañana -de golpe- descubrirán que está desnudo, acaso si no resuelve a favor suyo la puja con las telefónicas por el cuádruple play y la convergencia, o cuando sostenerlo represente un costo que nunca están dispuestos a pagar: así como en las crisis financiera ningún banco quiebra, en los sacudones institucionales ningún Magneto debe irse de la redacción del diario en helicóptero.

2 comentarios:

Palquienque dijo...

Che..." a las empresas zafar de su responsabilidad penal por hechos de corrupción si demuestran tener “códigos de ética internos” que penalicen esas conductas: una especie de privatización del sistema penal"

Esto es muy grave..me hizo acordar a este documental. Deben verlo.
Es la punta del iceberg

https://www.youtube.com/watch?v=y3aKtcf7A1o

"Serie documental sobre el TTIP, el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones, que negocian Estados Unidos y Europa. Este capítulo se centra en el ISDS o tribunales de arbitraje privados a los que acuden las multinacionales para resolver los conflictos con los Estados. Un auténtico secuestro y privatización de la justicia por parte de las corporaciones transnacionales."

Anónimo dijo...

Pal Quienque
x ahí es mas barato q coimear o buscar el apriete a jueces, sólo sería para maximizar las ganancias q devendrán en impensables derrames...