La imagen de apertura corresponde a ésta nota de Diario Bae de la semana pasada, en la que se daba cuenta del progresivo desguace del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la ANSES, para atender los pagos de la "reparación histórica a los jubilados". La curva roja marca precisamente (y de un modo gráfico y preocupante) la caída progresiva de los activos del Fondo.
De acuerdo con el "cronograma" elaborado por la ANSES, a partir del 2019 se agotarían los fondos ingresados por el blanqueo (por el pago del impuesto especial que pagan los que blanqueaban), y el organismo debería empezar a liquidar los activos del FGS para atender los pagos de la "reparación".
En realidad, a seguir liquidándolos, porque por lo pronto en la misma nota se da cuenta de que la ANSES ya prácticamente no tiene en el Fondo disponibilidades en depósitos a plazo fijo; cosa que se puede corroborar acá en el portal respectivo, con el informe del primer trimestre de éste año (el último disponible).
La misma oscuridad existe en general, respecto a la "reparación histórica": hace unos tres meses atrás veíamos en ésta entrada como el propio diario La Nación la calificaba como un fracaso, dado que había alcanzado apenas a un 37 % de los jubilados prometidos por el gobierno al impulsar la ley, o lo que es lo mismo, a poco más del 13 % del total de los jubilados.
En realidad todo es puramente especulativo porque la "reparación" como tal no aparece discriminada como programa en el presupuesto de ANSES (pese a que fue aprobada por una ley del Congreso), y en consecuencia no se sabe cuanto representa, ni en el presupuesto de éste año ni en el del que viene
De los informes de evolución del FGS (también retaceados, como se dijo) se infiere que parte de sus recursos se están destinados a los préstamos a las provincias previstos en la Ley 27.260 de blanqueo de capitales, para que los gobernadores instruyeran a sus legisladores para votarla.
Y no mucho más, hasta que apareció esta proyección a futuro de como se irían gastando los recursos del Fondo, que respalda el pago de las jubilaciones y pensiones por si no alcanzasen los recursos ordinarios y corrientes de la ANSES.
Y es allí donde la cosa empieza a preocupar más: desde diciembre del 2015 y tras el fallo de la Corte en los reclamos de algunas provincias (entre ellas, Santa Fe) la ANSES ya no cuenta como recursos con el 15 % de la masa precoparticipable de impuestos nacionales, se rebajaron o eliminaron otros impuestos que le estaban afectados (como Bienes Personales o Ganancia Mínima Presunta), y se prometen rebajas en otros, como alguna baja del IVA a cambio de que las provincias eliminen Ingresos Brutos, o el ajuste por inflación de Ganancias para las empresas; que significaría licuarles parte de la carga impositiva por un lado, y disminuir los ingresos de la ANSES por el otro.
Aclaremos que toda rebaja o eliminación de impuestos perjudica a la seguridad social, sea porque parte de su recaudación le está especialmente afectada; o porque financia desde Rentas Generales la brecha que la ANSES no cubre con sus recursos propios: la "caja" al final es una sola.
Mientras tanto, el empleo sigue retrocediendo o como mínimo permanece estancado, el gobierno promete rebaja a granel de aportes patronales con la excusa de "bajar el costo salarial", y fuerza paritarias al baja, que pierdan frente a la inflación.
Todo lo cual significa restarle recursos genuinos a la seguridad social, mientras por otro lado progresivamente la ANSES se iría quedando sin el respaldo del Fondo para eventuales contingencias como las que precisamente se están dando: estancamiento o caída de sus recursos ordinarios.
¿Será que se fumarán las "joyas de la abuela" que recibieron de la "pesada herencia", para luego justificar la vuelta a las AFJP? Algo de eso hay, a juzgar por esta nota por ejemplo.
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