Apenas unas horas después del fallo de la
Corte Suprema que le diera luz verde al estado policial que instauró en Jujuy
Gerardo Morales al convalidar la prisión política de Milagro Sala, el juez
Bonadío hizo la interpretación auténtica (la política, como corresponde a las
circunstancias) de la decisión de los supremos y salió de cacería: en la
madrugada, como los grupos de tareas de la dictadura, ordenó la detención de
Carlos Zannini, y horas después la de Luis D’Elía; al que apenas una semana
antes le había concedido la eximición de prisión.
La andanada
incluye el procesamiento con prisión preventiva y pedido de desafuero de Cristina para detenerla por la misma causa
(la mamarrachesca denuncia de Nisman por el memorándum con Irán), que es sin
dudas la razón por la cual Pichetto partió el bloque de senadores del FPV/PJ:
para lograr que la desafueren y detengan, si es posible antes de que pueda
sentarse en su banca a discutir las reformas previsional, fiscal y laboral que
propone el gobierno.
Esas que nadie puede defender en un debate abierto, porque no hay argumentos, tanto que la CGT no quiere hacerse cargo de la parte que le toca. Y para eso es también la fractura del bloque: para darle al gobierno un bloque de dos tercios de la Cámara que pueda insistir con las sanciones originales, si en Diputados se les ocurre hacerle "retoques" que no sean del agrado de la Casa Rosada a los proyectos.
Esas que nadie puede defender en un debate abierto, porque no hay argumentos, tanto que la CGT no quiere hacerse cargo de la parte que le toca. Y para eso es también la fractura del bloque: para darle al gobierno un bloque de dos tercios de la Cámara que pueda insistir con las sanciones originales, si en Diputados se les ocurre hacerle "retoques" que no sean del agrado de la Casa Rosada a los proyectos.
No soportan a
Cristina en el Senado cuestionando sus políticas, como no soportaban a Navarro
o Víctor Hugo en C5N o a Verbitsky en Página 12 denunciando los curros de la
famiglia presidencial; porque el tamaño del saqueo que están perpetrando y
piensan profundizar es tal, que no toleran testigos molestos. Aunque sean del
exterior, como las ONG’s a las que les negaron el ingreso al país para asistir
a la cumbre de la OMC, en la que negocian entre bambalinas la liquidación de la industria nacional.
Los tiempos apremian al gobierno, porque los
indicadores de que la chocada de la calesita económica podría estar mucho más
cerca de lo pensado se amontonan: inflación persistente para éste año y el que
viene, fracaso estrepitoso de la política de tasas altas de Sturzenegger, fin
del “veranito” de crecimiento pre-electoral, caída de la capacidad instalada
utilizada de la industria y del consumo, “lluvia” de inversiones que sigue sin
aparecer en el horizonte, déficit comercial récord, no se crea empleo de
calidad y bien remunerado y están planificando otro año más de pérdida de
salarios y jubilaciones frente a la inflación, con poda de ambos y festival de tarifazos incluidos. Como no les pueden garantizar pan dulce, les dan presos.
Por no mencionar la posibilidad de que la
creciente tensión internacional redunde en que se corte o encarezca el chorro
del financiamiento externo vía deuda; hoy por hoy la única viga que sostiene un
modelo económico insostenible por donde se lo mire, y no es que lo digamos nosotros:
se los están diciendo Espert, Broda y Melconián, insospechados de kukas.
Por tales razones
no hay tiempo para andarse con remilgos (si es que alguna vez lo tuvieron), y
apelaron al caso más inverosímil de todos (la denuncia de Nisman, rechazada tres
veces por inexistencia de delitos), con el juez más impresentable de todos (con
51 pedidos de destitución en el Consejo de la Magistratura, y denunciado el
mismo por Nisman en su momento, por encubrir el atentado a la AMIA) y la
acusación más infamante, que si a alguien le cabe es a ellos mismos: traición
a la patria.
Pero la elección es
además deliberada: tiene por objeto advertir a cualquier opositor de que
interponerse en los objetivos del gobierno les puede costar caro. Lo que denota
que el tránsito del saqueo a los jubilados y la reforma laboral flexibilizadora
por el Congreso sería bastante más difícil de lo que se pensaba: hay que
“convencer” indecisos, como sea. Los Moyano padre e hijo están en ablande, a
fuerza de carpetazos.
Y mientras nos
aturden con el desfile de presos célebres y el festival del odio revanchista
(la idea es que Cristina pase las fiestas presa, para que se humedezca las
bragas la gorilada), se aprestan a firmar un acuerdo de libre comercio con la
Unión Europea que será el golpe de gracia final para la industria nacional, con
la consecuente destrucción de más empleos.
Detenciones sin
juicio, procesamiento ni condena, causas inventadas o sacadas del archivo,
jueces elegidos a dedo para tramitarlas, censura en los medios, presos
políticos, represión de la protesta social que incluye el fusilamiento por la
espalda, agitación del fantasma del terrorismo, "fiscalías especiales" para combatir el "extremismo violento": el gobierno de la “nueva derecha democrática” repite los grandes hits
de todas las dictaduras; y si no funciona aun en condiciones de dictadura
abierta es porque no lo necesita, por ejemplo apelando al fraude como en Honduras
porque las elecciones ya pasaron y no les fue mal, pero por las dudas para
el futuro insisten con imponer el voto electrónico. Los que iban a evitar que nos convirtiéramos en Venezuela nos han transformado en Sierra Leona.
Y hasta acá con el
régimen gobernante, que no podría conseguir sus propósitos sin la complicidad
del peronismo de la cobardía, que como en el 55’ y el 76’ siempre tiene quienes
están dispuestos a entregar a sus compañeros, con tal de mantenerse a flote:
desde Tessaire a Pichetto pasando por Vandor, la historia de la traición se repite. Detrás de
Bonadío está también la larga mano del peronismo de los Corach, que viene a
cobrarse viejas cuentas, y cree poder resucitar de la mano del rionegrino.
Un señalamiento que
hay que hacer cuando se sigue apelando a abstractas convocatorias a la unidad
del peronismo, “sin sectarismos y siendo amplios”, omitiendo el contexto en el
que pasan todas estas cosas; en que la “columna vertebral del movimiento” (no
toda ella, para ser justos, por suerte hay vida en el sindicalismo más del
triunvirato de la CGT) dio su apoyo a un reforma laboral que -aun corregida-
significa pérdida de derechos para los trabajadores.
Si “para un
peronista no hay nada mejor que otro peronista”, vendría siendo hora de que más
de uno empiece a demostrarlo con hechos, en lugar de seguir repitiéndolo como
una formulación del catecismo; incluyendo a algunos que cantaban "si la tocan a Cristina, que quilombo se va a armar".
Y que nosotros hagamos algo, en lugar de contemplar como de a uno somos llevados como corderos al matadero.
1 comentario:
si. pero además, el enjuiciamiento de la cris por el pacto con irán pretende (de parte de un pescado total como bonadío) alinearse atrás de trump y su desconocimento de palestina como estado. (no al pedo sucede después del traslado de la embajada de trump a jerusalem) sigue siendo ésa cosa ciega de seguir al presidente de eeuu para donde se le ocurra ir. vista desde la política argentina, es un pedo en una reunión de la embajada, delante del embajador. o sea, nadie la entiende. vista desde la política internacional, es un alineamiento extemporáneo del jardinero de palacio que a nadie le importa. pero acá puede significar otra guerra civil. osea, dios nos asista!!! estamos gobernados por unos pelotudos totales!
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