LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

jueves, 27 de diciembre de 2018

LA TERCERA VÍA MUERTA


¿Qué tienen en común Pichetto, Massa, Bossio, Urtubey, Schiaretti, Ricardito Alfonsín, Stolbizer, Lifschitz,. Lousteau, Lavagna, Duhalde y buena parte de los gobernadores del PJ? En apariencia nada; pero si se indaga un poco más, hay cosas: mostrarse más preocupados por un posible retorno de Cristina y el kirchnerismo al poder que por construir una alternativa opositora que desplace al macrismo del poder, por ejemplo.

También que, aunque algunos (el PJ "alternativo", el socialismo) parezcan llevar tras de sí estructuras partidarias o parte de ellas, son mascaritas sueltas, en su mayoría sellos de goma unipersonales, que practican la política del "fotismo" y los encuentros bilaterales "para sumar a X al armado de N"; en una sucesión vertiginosa de "tres empanadas para dos" electorales a la que a veces se hace imposible seguirle el rastro.

Puestos a analizar la cosa, también tienen en común que parecen haber hecho la misma lectura de los dos fenómenos políticos emergentes de la crisis del 2001: el kirchnerismo primero, y el macrismo después.

Según esa visión, el kirchnerismo sería una excepcionalidad histórica, fruto de una coyuntura concreta, desparecida la cual debería disolverse de modo tal que ni siquiera queden registro histórico de su paso, y todo vuelva lentamente a la "normalidad"; y el macrismo, nuestra "nueva derecha moderna y democrática", como tienen todos los países "serios"; con la que incluso se puede coincidir y compartir ideas, como de hecho lo hicieron.

Lo dicho no cambia por el hecho de que algunos (como Pichetto y los gobernadores) hayan compartido hasta el fin la experiencia kirchnerista, y porque otros (como Lousteau y Lavagna) hayan sido funcionarios de sus gobiernos. En el caso del "peronismo alternativo", queda claro que se trató de estrictas razones de pragmatismo político más que de una visión ideológica compartida, y en algunos casos como Pichetto y Urtubey, queda claro que  fue a disgusto en su fuero interior, porque hoy se los ve como liberados y más a gusto en el nuevo clima de época.

Lavagna y Lousteu, por su parte, son las mayores supersticiones electorales argentinas junto con el mito del eterno retorno de Sergio Massa; y es curioso que quienes reniegan de asociarse al kirchnerismo "porque sería volver al pasado" (lo que se parece más a una mera constatación cronólogica que a una definición política), busquen como posibles "fronts mans" electorales a dos ex ministros de Economía de ese pasado del cual abjuran, justo cuando los problemas principales del país vienen por el lado de la economía: algo no cierra del todo ahí.

Por otro lado, abstracción hecha de los "pragmáticos" del PJ (los gobernadores, Pichetto) que son oficialistas de todos los gobiernos, los demás fueron tan férreamente opositores durante el kirchnerismo, como amables "cogobernantes" de hecho durante el macrismo; donde hasta el tono de las críticas bajaron, como corresponde entre comunes, con diferencias de matices entre sí.

Estos tanteos entre todas las piezas sueltas por fuera del macrismo y la coalición en gestación en torno al kirchnerismo y Cristina se presentan como una tentativa de armar un rompecabezas para cobrar volumen , pero sin que quede claro con que electorado, y para que. 

Para gobernar, es impensable: sería una versión empeorada de la alianza del 2001, en tanto collage político sin sustento real, y con un muy posible choque por el liderazgo, a poco de arrancar; y todo indica que replicarían al macrismo en un punto esencial, que fue el que nos trajo hasta la crisis actual: ofrecerse como vehículo político para canalizar las demandas y los intereses del poder "real".

Para lograr meterse en el balotaje, improbable, por la dinámica propia de la polarización entre un macrismo que capta el núcleo duro del voto antiperonista como decíamos acá, y un peronismo y aliados organizados en torno a la candidatura de Cristina: el tercio restante es de menor volumen que cualquiera de los dos, y para peor, no parece que cuente con un candidato capaz de unificar sus votos.

Lo más probable -más allá de lo que crean los impulsores del ensayo- es que un rejunte de todo lo "suelto" sirva para terciar en el balotaje inclinando la balanza hacia un lado u otro, si fuera posible que las estructuras políticas disciplinen al votante "suelto", cosa harto discutible en los tiempos que corren.

En esa hipótesis, habría que pensar con que perfil se armaría esta tercera oferta: anti K o anti M; y desde allí, es un hecho que ninguno de los que picotean alrededor de ella se planteó nunca como posibilidad tender puentes con el kirchnerismo (como han hecho y están haciendo otros, como Moyano, Pino Solanas, los movimientos sociales o sectores del sindicalismo), para sumarse a la construcción de la oposición real y socialmente existente: no está en su ADN, simplemente; con la posible excepción de los gobernadores del PJ, que si el mecano no termina de encastrar y como no comen vidrio, olfatearán encuestas y decidirán en consecuencia; algo de lo cual ya adelantaron algunos, desdoblando las elecciones provinciales de las nacionales.

En la respuesta a estos interrogantes está el rol que los "terceristas" están dispuestos a jugar, en función del cual articularán sus alianzas electorales, y todo indica que no es otro que conducir a una vía muerta una porción del voto disconforme con el macrismo, impidiendo un triunfo de Cristina en primera vuelta (o tratando de hacerlo), o "dejando en libertad de acción" a sus electores para un posible balotaje (como ya lo hicieron en el 2015), en otro inocultable guiño para que en esa instancia voten a Macri; porque lo prefieren al retorno del kirchnerismo. De eso se trata en definitivas todo esto, y no mucho más. Tiut relacionado:

1 comentario:

claudio maxl dijo...

"¿Qué tienen en común Pichetto, Massa, Bossio, Urtubey, Schiaretti, Ricardito Alfonsín, Stolbizer, Lifschitz,. Lousteau, Lavagna, Duhalde y buena parte de los gobernadores del PJ?": son todos creyentes en la mano invisible del marcado....