LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

martes, 20 de diciembre de 2011

AJUSTE DE CUENTAS


Después de horas de titular (en Internet y en las pantallas de TN) que Gendarmería "ocupó" las instalaciones de Cablevisión, alguien -en las oficinas del multimedios- advirtió que el derrape era gigantesco, y colocaron (al menos al momento de la captura de pantalla) lo que sucedió: hubo un allanamiento por orden judicial.

Sin embargo es curioso como Clarín intenta por todos los medios pasarle la factura al gobierno por el procedimiento judicial en Cablevisión, e inscribirlo en el contexto de la pelea  del kirchnerismo con el Grupo.

Tal como lo dice esta nota de La Nación (interesante: ¿una sutil advertencia de la más circunspecta familia Saguier a Magnetto y Ernestina sobre que -por voraces- han expuesto demasiado a riesgos los negocios que tienen en conjunto, como Papel Prensa o Expoagro?)  en Multimedios América (la nave insignia del Grupo Vila-Manzano) el ex ministro del Interior de Menem y el fallido aspirante a suceder a Grondona en la presidencia de la AFA tienen el 47,5 % de las acciones, exactamente el mismo porcentaje que Francisco De Narváez.

¿Alguien puede imaginar al colorado involucrado en una operación del gobierno de Cristina contra el Grupo Clarín?, ¿en qué momento De Narváez se volvió oficialista?

Incluso en el racconto de "acciones hostiles" del gobierno en su contra Clarín incluye el famoso "bloqueo" de los camioneros de Moyano, a los que hoy -como están las cosas entre el gobierno y la CGT- en cualquier momento les ofrecen un programa en TN o radio Mitre.

Que el grupo Vila-Manzano tiene sus tentáculos extendidos en la justicia federal mendocina (como denuncia ahora Clarín) no es ninguna novedad: basta recordar la cautelar express decretada en su momento por la famosa jueza Olga Pura Concepción de Arrabal (la de nombre de tango, vieron) para suspender in tótum la ley de medios, a pedido del diputado Thomas, para favorecer los intereses del grupo; o los fallos del juzgado federal de San Rafael impidiendo la instalación de una repetidora y una estación repetidora de la TV pública en el sur mendocino; a pedido expreso de Supercanal.

Pero cuando ese poder e influencia era dirigido por Vila-Manzano en el mismo sentido que Clarín (por ejemplo frenar la aplicación de las cláusulas de desinversión de la ley de medios), al diario de Magnetto y Ernestina le parecía un ejercicio de la libertad de expresión; en cambio cuando le pisan sus negocios, la cosa cambia.

Sin ir más lejos, hoy día, en que se discute la regulación del papel para diarios, el Grupo Uno (la rama gráfica del emporio Vila-Manzano) sale con los tapones de punta contra los privilegios de Papel Prensa y el manejo discrecional del papel para diarios que hacen Clarín y La Nación; como podemos ver acá en La Capital, otro diario del grupo mendocino.     

Hablábamos de Grondona y la AFA más arriba: cuando Vila virtualmente se encadenó a la puerta del edificio de calle Viamonte para impedir la reelección de Grondona, Clarín lo respaldaba porque su cuestionamiento al ferretero de Sarandí le servía para vengarse del hombre que primero le dio el negocio de la televisación del fútbol; y luego se lo quitó para negociar con el gobierno para que surgiera el Fútbol Para Todos.

La cobertura que durante el día dieron los medios del Grupo Clarín al procedimiento en Cablevisión, contrastada a su vez con sus pares del Grupo Vila-Manzano, deja una gran enseñanza pedagógica para entender como funcionan las cosas; en estos días de tapas blancas o con cita textual de los artículos de la Constitución, airados documentos de ADEPA e inflamados editoriales apelando a la defensa de la libertad de expresión y los valores de la república.

Este episodio de Cablevisión (en el que lo único que hace la Gendarmería es cumplir una orden judicial, que no sería un problema para Clarín si no estuviera tan flojito de papeles en todos sus negocios) huele por todos lados a un ajuste de cuentas entre mafiosos; y es llamativo como -apenas los morlacos están en juego- los ejecutivos del multimedios (con el propio Magnetto a la cabeza) pierden los estribos y la compostura, y reaccionan como lo haría don Corleone, si una "famiglia" rival le disputara el territorio.

Lo propio se puede decir del hólding Vila-Manzano: bajan la orden y todos (periodistas importantes o de poca monta, movileros, lo que sea) deben reportarse al comando, cuadrarse, hacer la venia y preguntar a quien hay que matar.

Las imágenes y las palabras de hoy (de uno y otro lado) hay que guardarlas en la memoria (justo hoy, 20 de diciembre) para tenerlas presente cuando vuelvan a actuar de consuno, o cuando por separado vuelvan a envolvernos con bellas palabras para que nos alineemos como cuidadanos en defensa de sus intereses y de sus negocios; que no por casualidad siempre tienen en algún punto algo turbio, y que no pueden explicar cabalmente aunque desarrollen un portal al efecto, como hace poco hizo Clarín.  

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