Pasan los años, pasan los dirigentes y las conducciones, y la Federación Universitaria Argentina parece condenada a quedar siempre pegada con lo peor de la Argentina, y marginada de los procesos políticos que el pueblo abraza.
Por más fraseología progresista que usen en los documentos, por más izquierdismo de pose que asuman, por más que pretendan justamente correrlo por izquierda al gobierno de Cristina, siempre terminan igual: haciendo de idiotas útiles del verdadero poder de la Argentina, como con el lamentable comunicado en defensa de los intereses de Clarín al que corresponde la imagen que encabeza el post.
Como contra Hipólito Yirigoyen en las vísperas del golpe de 1930, pese a haber sido hija dilecta de la reforma universitaria del 18' que era ni más ni menos que el reflejo del acceso del pueblo al poder a través de la ley Saénz Peña.
O al menos debió ser, pero terminó traicionando sus propios postulados fundacionales.
Como contra el pueblo trabajador en 1945, yendo del brazo con Braden a la Unión Democrática; y también como en 1955, fungiendo de comandos civiles de los masacradores del pueblo en los bombardeos de junio de ese año, y en los fusilamientos de un año más tarde.
Como con una especie de radar infalible, que siempre apunta para el lado equivocado.
Algo que ni siquiera se puede explicar por la composición de clase del estudiantado universitario, porque si algo produjo en la universidad argentina el proceso iniciado el 25 de mayo del 2003, es que por primera vez en años muchos hijos de trabajadores pudieran acceder a la educación superior, y que muchos de ellos sean los primeros miembros de sus familias en lograrlo.
Cabe preguntarse por otro lado cuál es el interés gremial concreto y puntual de los estudiantes (al fin y al cabo sus representados) que estaba en jnuego como para que los dirigentes de la FUA se sintieran obligados a pronunciarse como lo hicieron, y la respuesta en sencilla: ninguno.
Simplemente la conducción de la FUA (hegemonizada por la Franja Morada) decidió poner a la organización estudiantil en línea con el lamentable papel que viene cumpliendo la UCR, que se ausentó de la votación de la ley de medios en Diputados y votó en contra en el Senado; y que viene maniobrando por medio de sus representantes (oficiales y oficiosos) en el Consejo de la Magistratura, justamente para conseguir un juez y una sentencia: ambos, claro está, favorables a los intereses de Clarín.
Por el contrario cuando la ley de medios se discutió a lo largo y a lo ancho de todo el país (primero en los 21 puntos de la Coalición por la Radiodifusión Democrática, luego en los foros que debatieron el proyecto y en las audiencias del Congreso), los estudiantes universitarios participaron activamente, y muchos de ellos le pusieron el cuerpo a la sanción de la ley; justamente porque venía a terminar con los monopolios para democratizar la palabra.
Un penoso y triste capítulo (uno más y van) de una dirigencia que ha asumido la militancia estudiantil como una escuela de mediocridad política, que luego prolongarán en el Comité o en los cargos legislativos; si es que no toman por asalto los judiciales, como pasa en Santa Fe: de hecho al reaccionar en forma corporativa defendiendo lo indefendible del Consejo de la Magistratura (como Recondo) no están sino protegiendo una agencia de futuros empleos.
Prefirieron jugar a eso en lugar de convertirse (como lo es en todo el mundo el estudiantado) en un agente activo del cambio en la sociedad, aun dentro de las propias organizaciones partidarias.
¿Recuerdan los tiempos en los que se pensaba que la Franja Morada era la representación de una esperanza de cambio y aggiornamiento del radicalismo, para evitar que terminara convertido en un partido conservador y de derecha?
Por suerte cuando, transcurridos los años, se repase el rol de la juventud en su participación política en estos años de la Argentina, habrá muchos otros ejemplos más elogiables para recordar que el de la dirigencia de la Federación Universitaria Argentina.
2 comentarios:
Acá le pregunté a mi compañera si la Universidad es escuela de democracia y ella, que la conoce por adentro, me dijo "¡Ja, contate otro!".
Como decís, la FUA es uno de los últimos bastiones del radicalismo. Pero no hay que dar por la política universitaria más de lo que la política universitaria vale. La política en las universidades es el reino del ombligo, no tiene incidencia en la realidad del país.
Calma radicales, que no cunda el pánico, ustedes en proceso de extinción, porque están reducidos a dos o 3 lugares, mientras que el gobierno nacional posee toda la capacidad y lucidez para desarmar todas las estrategias que ustedes montan. Fíjense sino en lo de la AGN, ¿que será de Barletta cuando el juez federal de Santa Fe investigue?
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