SALE MÁS BARATO CONTRATAR UN ABOGADO

Resulta que las milicias rurales del comandate Etchevehere iban a montar un vivac en el predio de Palermo para resistir el desalojo montonero, invitando a sumarse a las demás columnas nucleadas en la milicia campesina más conocida como Mesa de Enlace; reeditando así las hazañas de Roca en la Campaña del Desierto.

Pero hete aquí que los inflamados llamados patrióticos dieron escasos resultados, y ya no estaban en condiciones de apelar a las levas forzosas, como Mitre en la guerra de la Triple Alianza; y es mucho más sencillo y civilizado contratar a un abogado (Cassagne, para ser más precisos, según reveló acá el Perro Verbitsky), ducho en enjuagues y desguaces menemistas; como que por entonces estaba en los dos lados del mostrador.

Mejor aun si ese abogado sabe que timbre tocar en tribunales, o sea ante que jueces acudir, aunque no tengan un pomo que ver con el asunto (en éste caso la validez de un decreto presidencial).

¡Ah, aquéllos tiempos épicos en que la causa del campo congregaba a cientos de miles de argentinos envueltos en la celeste y blanca, a los pies del Monumento a la Bandera en Rosario!

Hoy reemplazados por otros tiempos, más grises (gris oscuro, más bien) y menos heroicos, pero no por eso, menos efectivos.

¿Para qué correr el riesgo de que -quizás por tratarse de la época del año en que el pueblo se entrega a sus merecidas vacaciones en Punta del Este o el Caribe- mermara la concurrencia ciudadana a filas, para defender los valores fundantes de la nacionalidad, si se pueden obtener mejores resultados por otros métodos?

Un caso (el de la Rural, la Mesa de Enlace, el "campo" en definitiva) para recordar; porque hace menos de cinco años (un suspiro en la vida de un país) esta gente también "le había ganado la calle al gobierno" (como los cacerolos, ¿vieron?), y hoy no pueden juntar gente para armar un pijama party adentro de una carpa; y apelan a otras herramientas, más tradicionales del garquerío, como los abogados y los jueces benévolos.