LA FRASE

"NO ES TAN DIFÍCIL DE ENTENDER: ESTELA DE CARLOTTO ES GOLPISTA Y EL GENERAL VIDELA LO ÚNICO QUE HIZO FUE COMBATIR AL TERRORISMO." (VICTORIA VILLARRUEL)

domingo, 7 de abril de 2013

APLICACIÓN PRÁCTICA DE LA DOCTRINA GELBLUNG


¿Era Chiche Gelblung el que decía algo así como "No permitas que algo tan poco importante como la verdad se interponga entre vos y una primicia", o algo por el estilo?

Acá paso algo vinculado a esto con el asunto éste de los supuestos pedidos de audiencia de Bergoglio a Cristina cuando era obispo de Buenos Aires (catorce, según nos informaban con precisión y exactitud, aunque otros hablaban de diez), y (supuestamente también) sistemáticamente denegados.

Que la relación del kirchnerismo con la iglesia fue y es tirante no es ninguna novedad, y para afirmar eso, era innecesario llevar una seudo contabilidad de pedidos de audiencia supuestamente denegados en forma sistemática, de lo que por otra parte el propio Episcopado nunca se quejaba, por lo menos en público.

Sin embargo la ¿noticia? (¿vále llamarla así cuando se habla de algo que no pasó, sin fuentes corroborables?) apuntaba a una idea: la falsedad intrínseca de Cristina al apresurarse a saludar a Bergoglio por su designación como Papa, cuando antes lo había desairado, "y catorce veces": el número refuerza el argumento, para darle consistencia.

Pero resulta que tanto se batió el parche con los pedidos de audiencia denegados (obviando el dato antes apuntado: desde el Episcopado no hubo quejas al respecto), que forzaron a la propia iglesia católica argentina, a desmentir públicamente que hubiera existido tal cosa.

Incluso aunque la desmentida fuera parte del operativo de replanteo de las relaciones entre la curia local y romana, y el Estado argentino (en el cual los purpurados están tan embarcados como el gobierno, otro dato que soslayan ex profeso las plumas de los medios hegemónicos), lo cierto es que, producido el comunicado de la Conferencia Episcopal con la desmentida, los que propalaron mediáticamente la ¿noticia? de las catorce audiencias denegadas, quedaron pedaleando en el aire.

Y como no son de recular fácilmente, ahora acuden al recurso más a mano del que siempre disponen: echarle la culpa a una supuesta apretada del gobierno a la iglesia (como si los curas fueran fáciles de apretar para decir lo que no quieren decir, y si no pregúntenle a Bergoglio cuando declaró por lo de los dos jesuitas), para que saliera a publicar la desmentida.

Que es más o menos lo mismo (en términos periodísticos) que recursos como "un empresario que no quiso dar su nombre por temor a represalias oficiales" o "altas fuentes del gobierno que pidieron anonimato".

Truchadas, berretadas propias del peor periodismo amarillo de chimentos; pero en éste caso usadas por los supuestos "cronistas serios".   

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