Ayer estuvimos acompañando a los compañeros y compañeros de FM Chalet, en el acto en el que inauguraron sus nuevos estudios de transmisión con la presencia de Martín Sabatella.
Una ocasión para la celebración y el festejo no sólo de quiénes hacen a diario la radio y la vienen sosteniendo con su esfuerzo desde el 2002 (cuando comenzaron a transmitir en plena crisis), sino de todos los vecinos del barrio; para los cuáles la radio es mucho más que un medio de comunicación: es un ícono de lo que son capaces de hacer cuando se organizan tras un objetivo, aun en medio de la desidia y el abandono al que los someten los que deberían estar presentes.
Como estuvo presente el Estado nacional a través de la AFSCA, aportando los recursos del Fondo de Fomento Concursable de la ley de medios, recursos que los compañeros y compañeros de Chalet estiraron al inifinito poniendo su propio esfuerzo personal en el proyecto.
Recursos que dieron el impulso imprescindible para que la radio pudiera renovar sus instalaciones y equipos de transmisión, que hoy son un orgullo para el barrio y para todos los compañeros y compañeras que llevan adelante con su esfuerzo militante un proyecto de auténtica comunicación alternativa.
Que como bien dijo Sabatella al inaugurar las instalaciones, es la otra cara (la profunda y verdadera) de la ley de medios, que suele quedar a diario oscurecida por el espacio que ocupa en el debate público la lucha contra los grupos mediáticos dominantes, en especial Clarín.
Emocionaba comprobar la alegría de todos los compañeros y compañeras de la radio y de la gente del barrio por haber alcanzado un logro tan importante como merecido.
Emociona y contagia, porque en barrio Chalet y en su FM se puede comprobar de un modo palpable y con hechos concretos, como se le pelea a la adversidad, y se la vence.
Como ellos mismos lo dicen -sin falsa modestia- una radio de primera, hecha por gente de primera; que ser merece largamente todo lo que están viviendo.
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