LA FRASE

"NO ES TAN DIFÍCIL DE ENTENDER: ESTELA DE CARLOTTO ES GOLPISTA Y EL GENERAL VIDELA LO ÚNICO QUE HIZO FUE COMBATIR AL TERRORISMO." (VICTORIA VILLARRUEL)

viernes, 21 de noviembre de 2014

EL JUSTO MEDIO


Debemos llevar mas o menos unas 30 tapas de Clarín, o 100 notas en el diario y sus otros medios, diciendo exactamente lo contrario: que esta es una ley a la medida de las telefónicas.

Sin embargo hace poco veíamos en éste post que a ellas tampoco les gustaba el proyecto; y explicábamos por qué. Para no extendernos, nos remitimos a lo dicho entonces. 

Ahora que en el Senado se le introdujeron cambios -especialmente a pedido de cableros del interior- este muñeco nos dice que sería "un traje a medida", pero de Cablevisión, es decir la empresa de cable del Grupo Clarín.

De la que -por cierto- deberá desprenderse si alguna vez se logra finalmente que se adecúe a la ley de medios.

Y al mismo tiempo y luego de los cambios introducidos en el Senado, la la ley establecería expresamente que las telefónicas no pueden prestar servicios de televisión por vía satelital, con lo cual en breve alguno (ellas, Clarín, ambos) dirá que es una ley a medida de Direct TV.

Pero el ñato éste va más lejos y expresa su preocupación por las cooperativas y pymes del sector, como si fuera de APYME o algo por el estilo; cuando justamente lo que la ley trata de hacer es permitirles competir en condiciones mas favorables contra las grandes operadoras en telecomunicaciones, como Telefónica.

Lo curioso es que desde los medios del Grupo Clarín se dice exactamente lo mismo: que están preocupados por las pymes y cooperativas del sector; y por los pequeños y medianos operadores de cable del interior.

Sí, no es chiste: esos mismos que ellos arrasaron con competencia desleal cuando manejaban la televisación del fútbol, para luego comprarles los cables por monedas.  

Los mismos -los que sobrevivieron- a los que la ley de medios les permitió seguir prestando servicios públicos (en muchos casos en el interior lo hacen con el agua, la luz, el gas o el teléfono) y tener simultáneamente licencias de medios audiovisuales; cuestión que en ocasión de discutirse la LSCA fue objetada por ambos: el Grupo Clarín y las telefónicas.

Todo indica -por lo que ha trascendido hasta acá- que los cambios introducidos en el Senado han mejorado ostensiblemente el proyecto remitido por el Ejecutivo (ver acá), en beneficio de la competencia, la regulación de las posiciones dominantes en el mercado, la compensación de las asimetrías de escala entre los diferentes operadores del sistema y la definición del concepto de "neutralidad en la red"; clave en la arquitectura del proyecto y en la conformación futura del mercado.     

Muchos historian el origen de la pelea del Grupo Clarín con el gobierno en el intento de Magnetto de presionar a Kirchner para poder ingresar en el negocio de la telefonía, y recuerdan también que en el proyecto original de la ley de medios, las telcos tenían permitido prestar servicios de comunicación audiovisual; aspecto luego eliminado a pedido de Proyecto Sur y otros grupos, como condición para apoyar el proyecto en el Congreso; algo que luego no hicieron en la votación en particular, con el artículo 161 que establecía la cláusula de desinversión para los que (como Clarín) acumulasen licencias en exceso.   

Eliminando esa cláusula del proyecto original (la que permitía a las telcos participar de medios audiovisuales), prestaron un servicio esencial a los intereses de Clarín, cuya mayor amenaza como competidoras eran -justamente- las telefónicas.

Parte necesaria del racconto histórico de todo esto es señalar que, horas antes de que el proyecto de Argentina Digital ingresara al Congreso, se licitarán las bandas del espectro radioeléctrico para los servicios de telefonía celular en 4G, previo rechazo de la justicia de una cautelar inperpuesta por el Grupo Clarín, para intentar frenar el proceso porque estar disconforme con las pautas de la licitación; que obviamente hubiera preferido que fueran a su medida, para poder participar del negocio.

Como sea, está claro que toda vez que el Estado se meta a regular mercados que han estado desregulados -o regulados en forma harto imperfecta- durante años, y afecte de ese modo ganancias de grupos empresarios poderosos y con posición dominante, o que aspiran a consolidarse en ese rol, o ampliarlo, habrá oposiciones.

Y en ese tren, esos grupos (Clarín, las telefónicas) apelarán a cualquier herramienta o argumento a su alcance para conseguir sus objetivos.

De modo que este revoleo de acusaciones cruzadas entre los dos bandos sobre a medida de cual de los dos está armado el proyecto demuestra que éste va por el camino correcto. 

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