LA FRASE

"DE MI ASCENSO A SECRETARIO DE ESTADO SOLO DIRÉ QUE SI UNO ES BUENO EN LO SUYO, EL RECONOCIMIENTO SIEMPRE LLEGA." (MANUEL ADORNI)

viernes, 3 de septiembre de 2021

¿SÍ, SE PUEDE?

 


¿Se puede ganar una elección con salarios y jubilaciones a la baja, perdiendo frente a la inflación y sin mecanismos compensatorios a la vista, que operen con eficacia antes de que la gente vote?

Hace unos días Artemio López se hacía la misma pregunta acá, y concluía en que es posible por una serie de factores que enumera: la memoria reciente del daño social inmenso infringido por el macrismo durante sus cuatro años de gobierno, la ausencia en la oposición de una línea argumental para desplegar una campaña y una exitosa campaña de vacunación que hizo que Argentina sea el país número 17 en el mundo que más cantidad de dosis está aplicando.

En líneas generales se puede coincidir con el diagnóstico, precisando que en la oposición, además de una crisis de discurso, hay otra de liderazgo, que es la que impacta sobre la primera. Y posibilidades concretas de fuga de votos por derecha, por opciones marginales con capacidad de drenarlos como Milei o Espert.

Sin embargo, hay factores que no se deben desconsiderar en el presente proceso electoral, como una posible merma en la concurrencia a votar (que perjudicaría más al oficialismo que a la oposición), sea por desencanto o por prevenciones frente a posibles contagios en el marco de la pandemia. También es posible que haya exteriorización de cierto "voto bronca" por la vía del voto en blanco, a lo que hay que sumar la mayor fragmentación que siempre opera en las elecciones legislativas. 

Se podrá argüir que esos factores -a excepción del último- no inciden en el resultado institucional específico de los comicios, que es distribuir las bancas en ambas Cámaras del Congreso de la Nación. Sin embargo, una mayor o menor concurrencia y un mayor o menor porcentaje de votos positivos afirmativos inciden sí en la legitimidad política que arrojan las urnas, y por ende en la capacidad del gobierno (si es que logra imponerse) para avanzar en reformas de fondo, que puedan lesionar intereses.

No se trata entonces solo de ganar, sino de hacerlo del modo más contundente posible, por las consecuencias políticas del resultado: pensemos en las presiones o obstáculos que debe enfrentar un gobierno nacido de un triunfo electoral en primera vuelta, para entender que no es igual ganar por poco o por mucho, más allá del reparto de bancas y como quede la correlación de fuerzas legislativas.

Más allá de la chicana (conceptualmente idiota) del "ah, pero Macri", la campaña del oficialismo parece concentrarse casi exclusivamente en los factores que señala Artemio, profundizando el plan de vacunación para dejar atrás la pandemia lo más pronto posible, y esperando que la bizarra oposición haga el resto.

Hasta la propia recuperación de la economía (a esta altura indiscutible) se nota más en perspectiva macro, que en beneficios concretos y tangibles en el nivel de vida y consumo de la gente común que éste año debe concurrir a las urnas; y no se ven iniciativas del gobierno para corregir esa situación.

De hecho, más allá de que los funcionarios sostengan en público el concepto de que éste año los salarios le terminarán ganando a la inflación, no se vislumbran medidas o políticas concretas por las que ello sería posible, transcurridas las dos terceras partes del 2021, con la pauta inflacionaria planteada en el presupuesto ya superada con amplitud.

4 comentarios:

Agustín dijo...

No sólo eso. Los candidatos de uno y otro lado son una verdadera basura. No tenemos a quién votar, seamos honestos.
Y el caso de Milei, que no deja de sorprenderme en los debates: destruyó a los candidatos de la izquierda casi sin esfuerzo, es decir los del fdt y el fit. A la carilinda de Castiñeira la dejó como una burra, como lo que es, bah! El único que le dió pelea hasta ahora fue el radical Santoro, pero con golpes bajos, eso sí.
Lamentablemente por acá aún no llegó el partido de Milei.
Ojalá hubiera verdaderos peronistas como candidatos: que peleen por la familia, el laburante, dentro de la fe cristiana... no esta inmundicia que hay ahora en el gobierno. Que sigan inaugurando banquitos rojos y peleando contra dibujos animados, así les va a ir (y a nosotros).

Anónimo dijo...

La recuperación económica sin recuperación del ingreso resulta en una peor distribución de la riqueza.
Esto que hay en el pueblo es hambre. Vamos a ganar, pero no entiendo cómo la verdad. Y peor, no se para que.

El salario no puede ganarle a la inflación este año. Imposible. Pero aun si decidieran rifar la economía y equiparar salarios con inflación este año, no compensaría el aumento en dólares de los bienes en los últimos 2 años.

No se puede comprar nada en argentina. Zapatillas en 12 cuotas

Juan Ignacio Pividori dijo...

La misma pregunta vale para sta fe... para que convocan a paritarias diciendo que no se va a discutir salarios? Son o se hacen?

Anónimo dijo...

Agustín: pestañeá si estás secuestrado. Pedí ayuda.