LA FRASE

"PARA GENERAR CONFIANZA EN LOS MERCADOS ME ACABO DE AUTORIZAR A MÍ MISMO A FIRMAR UN ACUERDO CON EL FMI." (JAVIER MILEI)

miércoles, 12 de marzo de 2025

ASÍ ERA

El año pasado y a propósito de las fuertes nevadas en la Patagonia, decíamos en ésta entrada"Muchos pasos fronterizos están cerrados y hay rutas cortadas porque a las inclemencias del tiempo, hay que sumarle que el gobierno no envía los fondos para reparar y mantener en funcionamiento equipos pesados de Vialidad Nacional, o no compró -como se hace habitualmente- sal para evitar la formación del hielo sobre la calzada: delicias de la motosierra y la licuadora, que impactan en la vida cotidiana de muchos argentinos. O muestras de lo absurdo de la pretensión de vivir sin Estado, o reducirlo a su mínima expresión, tal el credo oficial impulsado por quien dice estar feliz de ser el topo que vino a destruirlo desde adentro.".

"Es muy posible que muchos de sus votantes crean en el estereotipo de lo público que se ha creado desde los medios hegemónicos afines al gobierno, y desde las oficinas de propaganda oficiales: una maquinaria pesada, enorme e inservible, compuesta en su totalidad por gordos comiendo bizcochos y tomando mate en las oficinas, mientras se acumulan los expedientes sin resolver, y contribuyentes sin nadie que atienda sus quejas, o les resuelva sus trámites. El Estado, ciertamente, puede ser eso en muchas ocasiones, pero es bastante más; y en muchos lugares de nuestra dilatado y extenso país, es casi la única muestra visible de la civilización, que permite a muchos argentinos contar con los servicios esenciales, o enfrentar los rigores del clima y la distancia.".

"También es, por supuesto -como en muchos países de los que nos ponen como ejemplo, pero desconocen como funciona en realidad- el que impulsa el conocimiento científico o el desarrollo tecnológico, las obras de infraestructura, la industria o el acceso masivo a servicios que representan una mejora en el standard de vida. Y es sobre todo -aunque le pese al fundamentalismo de Milei y sus ensoñaciones- el que se hacer cargo de los problemas que el mercado no puede ni quiere resolver porque no le reportan ganancias, y de los que ese mismo mercado crea cuando se lo deja librado a sus propios impulsos.".

"A lo que se suma el absoluto desconocimiento (que es una forma de desprecio) por la realidad concreta de un país al que en el fondo detestan, y por las condiciones concretas de vida de la mayoría de sus habitantes, a los que suponen simples cobayos que les permitirán probar las bondades de su experimento social. Es el país reducido a una planilla de Excel en la que se puede demostrar que los números cierran, sin importar las consecuencias económicas y sociales. O una simple cantera de la que los extranjeros pueden venir a extraer los recursos naturales sin límite, y sin dejar nada a cambio.".

Lo dicho aplica perfectamente a lo que sucedió con los incendios forestales de semanas atrás en la Patagonia y otros puntos del país, o con la catástrofe que por estas horas azota con sus consecuencias a Bahía Blanca, ya sacudida por un tornado apenas había asumido Milei. Tanto es así que aparecen los testimonios de las víctimas que son indicativos de un estado de resignación social, a que nada puede esperarse de un gobierno que niega el cambio climático -contra toda evidencia- y se desentiende de cualquier acción para reparar sus consecuencias dañosas, como es su obligación.

El jefe de gabinete de Milei (el que venía a darle cintura política al gobierno, según nos contaron) acaba de decir muy suelto de cuerpo que la reconstrucción de Bahía Blanca es responsabilidad del gobierno de la provincia de Buenos Aires y del municipio, como si la ciudad no fuera parte de la Argentina que ellos deben gobernar. Nada que extrañe en la gestión de un presidente que en lo que va de su gestión viajó nueve veces a los Estados Unidos, pero jamás pisó la mayoría de las provincias; y que el año pasado frente al tornado les dijo a los bahienses que confiaban en que ellos resolverían el desastre con sus propios recursos.

Pero Milei está donde está porque más de 14 millones de argentinos lo pusieron allí con su voto, seducidos -en buena medida- por el discurso de la motosierra, y la ilusión (tentadora) de vivir sin Estado, y sin tener que pagar impuestos. Sin terminar de comprender del todo (o renunciando a hacerlo) si eso era viable, se había aplicado realmente en esos términos en algún momento o lugar del mundo y de la historia, y como funcionaría en la práctica.

Un experimento social con seres vivos cuyas verdaderos alcances fueron advertidos, pero muchos no quisieron oír las advertencias como ya había pasado con Macri. Advertencia que -meses vista de la gestión que desgobierna el país- se quedaron incluso cortas.

Es posible que muchos argentinos no se hayan siquiera imaginado como era realmente vivir sin Estado, con ausencia total de éste o la deserción deliberada de sus funciones básicas, incluso aquellas que para el liberalismo justifican su existencia. 

Bueno, era así, como esto que estamos viendo, con las consecuencias prácticas que podemos comprobar. Habrá que hacerse cargo entonces.

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