Hace muy pocos días atrás contábamos en ésta entrada que buena parte del superávit fiscal del que se ufana la gestión de Pullaro en su primer año de gobierno se sustentaba en dejar de gastar recursos afectados, o lo que es lo mismo, destinados por ley a un fin específico, en especial la obra pública.
En criollo: los recursos estaban, se tomó la decisión de no gastarlos, y en consecuencia al cerrar el ejercicio pasado impactaron en el superávit de las cuentas públicas pero tenían que transferirlos a este ejercicio para poderlos usar. De ese modo -decíamos- solo en el pasado mes de febrero Pullaro había transferido recursos que deliberadamente dejó ociosos por más de 75.000 millones de pesos, que explicaban más del 57 % del superávit de las cuentas públicas provinciales del año pasado.
Decíamos también que pese al parate de la obra pública que los propios decretos de transferencia de recursos no invertidos ponen en evidencia, "...Pullaro y su gobierno están reclamando que la Nación no cumple acuerdos ni les transfiere las rutas nacionales para poder mantenerlas; además de haber endeudado a la provincia en 50.000 millones de pesos, supuestamente con ese fin: con haber usado los recursos que tenían disponibles y no utilizaron (solo los comprendidos en esos dos decretos, puede haber más), no era necesario el endeudamiento."
El mecanismo del endeudamiento fue explicado en ésta otra entrada, y fue una idea genial de la Bolsa de Comercio de Rosario y los grandes grupos exportadores que operan desde los puertos del sur de la provincia: prestarle plata al Estado (y cobrarle interés por ello), para que les haga las obras que ellas necesitan para exportar.
En los últimos días de febrero Pullaro habilitó las partidas para pagarles a los que le prestaron plata suscribiendo los bonos (las exportadoras) por más de 4935 millones de pesos, en concepto de intereses.
Pero para que el desfalco sea absoluto (y para darnos la razón, sin decirlo, claro está) además de endeudarse y pagar intereses, no hizo las obras. ¿Y cómo podemos saberlo nosotros?
Muy sencillo: mirando el Decreto 408 firmado por Pullaro el pasado lunes 10 cuya imagen encabeza el post, por el que se transfieren a éste ejercicio porque no fueron invertidos en el anterior, más de 43.775 millones de pesos provenientes del endeudamiento que contrajo la provincia con las exportadoras, sobre un total de 50.000 millones de pesos que autorizó con ese fin la Legislatura en la ley de presupuesto.
Como dijimos hace poco más de una semana, con solo dos (2) de los dieciocho (18) decretos que firmó Pullaro en febrero transfiriendo recursos afectados no invertidos el año pasado (los Decretos 343 y 344 del pasado 24 de febrero), tenían disponibles 43.137 millones de pesos para hacer obras públicas, que por ley no se podían usar para otra cosa.
O sea, usando esa plata que estaba disponible, no había necesidad de generarles otro negocio a las exportadoras, tomando deuda. Eso debe ser lo que el gobernador entiende por "una administración eficiente de los recursos públicos" que le permite "encarar el plan de obras públicas más ambicioso de la historia de la provincia".
En realidad, si Milei no estuviera gestionando otro mega préstamo del FMI para financiar la fuga de capitales, estaríamos en presencia de la deuda más al pedo de la historia. Gracias a eso, queda relegada al segundo lugar.
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