Y al final -y como era previsible- los diputados del socialismo y de las demás fuerzas que integran el Frente Amplio Progresista concurrirán hoy al Congreso, al talk show organizado por Patricia Bullrich y Graciela Camaño, con la presencia estelar de Sergio Schoklender.
Pese a las declaraciones de Margarita Stolbizer, que cuestionó la movida sobre la base de que no se le podía otorgar credibilidad a los dichos de un imputado ante la justicia que actuaba con fines extorsivos para ganar impunidad; y a pesar de las enfáticas declaraciones de hace un par de días de Alicia Ciciliani, desmentidas ahora con total naturalidad.
Y el origen de la voltereta es muy clarito: la cagada a pedos de Magdalena Ruiz Guiñazú al aire a Binner en este reportaje; donde lo zamarreó junto con Edgardo Alfano hasta que logró lo que quería: que Hermes se diera vuelta en el aire, y dijera que iban a ir hoy al Congreso.
Todo lo demás, todo el palabrerío del comunicado de prensa del FAP, es puro chamuyo: la verdad desnuda es que al candidato a presidente de Lozano y De Genaro (dos que se comen los chicos crudos, y te hacen la revolución en un santiamén) se lo llevó puesto una concheta de barrio Norte que mata el aburrimiento de señora gorda (aunque sea flaca, tiene grasa en los sesos) haciendo un programa de radio, y vive de las rentas del prestigio de haber sido miembro de la Conadep.
Más aun: el comunicado del FAP dice un par de barbaridades propias de Patricia Bullrich, como este párrafo: “El nuevo episodio del escándalo del manejo totalmente irregular de los fondos públicos por parte de Sergio Schoklender y altos funcionarios del gobierno, confirma una vez más que el modelo K incluye aspectos que violan todas las normas de transparencia y honestidad. Schoklender es parte de un esquema de poder y manejo irregular de los fondos públicos del que participan altos funcionarios del gobierno”.
Ya está, listo: en el mismo comunicado en el que piden que actúe la justicia (en el que es nítida la pluma de Lozano), ellos ya dieron un veredicto exprés, ya determinaron que Schoklender y los funcionarios son una sola y misma cosa, y que el ex apoderado de Sueños Compartidos es prácticamente un funcionario, y sin dudas parte del esquema político y de poder del kirchnerismo.
Para eso no hacía falta ir a escucharlo, si la conclusión ya la habían tomado.
Que le avisen a Miguel Lifschiz, el intendente socialista de Rosario; que firmó un convenio con el gobierno nacional y las Madres, por el cual se lleva adelante un plan de 256 viviendas de Sueños Compartidos en Rosario; lanzado en un acto con la presencia de José López, el Secretario de Obras Públicas al que Schoklender salpica con sus denuncias.
Pero volvamos a Binner y su zamarreo por Magdalena: para los que están tentados de votarlo (o ya lo hicieron el pasado 14 de agosto), sirva el caso como ejemplo para calibrar los kilates del candidato y su capacidad de maniobra bajo presión.
Para los que creen que representa un kirchnerismo prolijo, de buenos modales, que se saquen la venda y le dejen sólo la prolijidad y los buenos modales.
¿O acaso alguno se imagina a Néstor Kirchner o a Cristina conducidos de la nariz por Magdalena Ruiz Guiñazú?
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