LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

lunes, 5 de diciembre de 2011

MEDITACIÓN DEL ELEGIDO


El título del post no remeda aquél célebre opúsculo de Mariano Grondona elogiando a López Rega, sino a esta nota de La Nación de hoy sobre Macri y su vínculo con el gobierno nacional.

Es notable como los grandes medios se comportan como órganos de prensa no ya del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, sino del propio Macri en su condición de eterno aspirante en las sombras a la presidencia de la república.

No se trata sólo de que disimulen las indiscutibles zonas grises de su gestión de gobierno, o silencien bochornos como la agresión a los docentes en la Legislatura, sino que contribuyen decisivamente a construir la imagen del pobre niño Mauricio, constantemente víctima de las  agresiones del torvo y pérfido kirchnerismo que ve en él un rival peligroso a futuro; algo que vienen diciendo desde el 2003.

El episodio del traspaso del subte (que mereció certeros dardos de Cristina en la conferencia de la UIA) revela en buena medida las incapacidades del líder del PRO no ya para gestionar la cosa pública, sino para lidiar con el componente conflictivo que es inamanente a la actividad política.

Es como si todos conviniesen en crear alrededor de Macri Jefe de Gobierno o potencial candidato a presidente, un mundo ideal despoblado de problemas, como aquél en el que se acostumbró a vivir desde su infancia, incluyendo su paso de próspero heredero por las empresas de papá Franco.

Y en ese tren, en esfuerzo parejo con el estratega Durán Barba, construyen un Macri ficcional: reflexivo, pensante, casi con dotes de estadista; con una estatura moral que lo lleva a poner siempre la otra mejilla ante las agresiones, con una actitud casi gandhiana.

Muy poco que ver con el Macri real de carne y hueso, un caprichoso frío y calculador, que no puede ocultar su fastidio porque el mundo de la política no es como una reunión de directorio o el club de golf; rodeado de otros zánganos a los que conoció en el Cardenal Newman o su paso por Boca, de cara imperturbable y excusa fácil; como Rodríguez Larreta o María Eugenia Vidal.

Pero en cierto punto es lógico que sigan con la estrategia, porque al menos hasta acá y en cuanto refiere a la consolidación del PRO en la ciudad de Buenos Aires ha sido efectiva; y porque Macri es -hoy por hoy- el principal (si no único) prospecto de candidato opositor perfilado para el 2015.

También es cierto que no hay que olvidar que Macri quedó colocado en esa posición por el simple hecho de haberle hecho caso al gurú ecuatoriano y no jugar su candidatura presidencial el 23 de octubre, ante el previsible triunfo de Cristina.

Esa actitud prudente (en Macri el límite entre reflexión y abulia es siempre difuso) sirvió entonces, pero para afirmarse en la pelea nacional a futuro es insuficiente: si desea agrandar sus bases de sustentación política con un ojo en la pelea interna del radicalismo, y el otro en la caza de los dispersos del peronismo federal, el niño Mauricio va a tener que mostrar algún otro atributo que hacer pucheritos porque no le dan lo que pide.

Por no mencionar que el caso del subte, y la queja por la "discriminación" a los porteños en el tema subsidios pueden poner en duda para muchos potenciales votantes (entre ellos, incluso quienes compartan la visión ideológica de Macri) si el candidato está a la altura del desafío que supone competir por la presidencia, y ejercerla llegado el caso. 

Y si eso fuera así, tal como Néstor y Cristina demostraron que se puede sobrevivir a más de cuatro tapas de Clarín, Macri podría descubrir que no hay red de protección mediática que alcance cuando lo que falta es estatura política. 

1 comentario:

Minaverry dijo...

Como dice mi compañera, la autonomía de la Capital solamente sirvió para que cualquier pánfilo (que en condiciones normales llegaría a lo sumo a concejal) pueda aspirar a la presidencia del país, que a esta altura podríamos calificar de generoso.