De las cosas que se entera uno gracias al periodismo independiente: que con la pauta publicitaria oficial los dirigentes políticos que están en la función pública no difunden su labor de gobierno, sino que hacen propaganda personal.
Más aun: al parecer la pauta compraría espacios para que a esos dirigentes (Scioli, Massa, Macri, los intendentes del conurbano) los entrevisten; con lo que sería muy interesante ver como se rinde esa plata, que son dineros del Estado.
Y lo más sorprendente de todo es que esos mismos medios independientes (que en el caso de Hadad y Cristóbal López nos explican con lujo de detalle como funciona la cosa) se la pasan todo el día protestando por la distribución de la publicidad oficial, mientras reclama que la gestión pública tenga transparencia.
Es obvio que los que no gobiernan (la oposición y sus figurones mediáticos) van gratis a las radios y canales, porque trabajan de comentaristas free lance para los medios.
O gratis no: al pagarles las dietas a los que son legisladores con nuestros impuestos, estamos financiando a Clarín y otros medios, pagándoles los columnistas digamos.
Pero cuando el entrevistado gobierna (pongámosle Macri) y por ende maneja pauta oficial, si quiere salir en los medios, tiene que ponerse.
Puede ser en plata (pauta publicitaria), o en especies: algunas net books compradas por el gobierno de la ciudad de Buenos Aires por acá, algunas boletas únicas impresas por el gobierno de Santa Fe por allá.
¿Vieron que al final no es tan malo Clarín, que leyéndolo siempre se aprende algo?
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