El ya celebérrimo autor de las nuevas tablas del Sinaí que sacarán a la Argentina de la postración en la que la sumergió el populismo, el hombre que se pierde en el jardín de los modelos que se bifurcan, se anota en Clarín de hoy con una predicción sobre el futuro económico que se las trae: el superávit comercial del país éste año será de 5000 o 6000 millones de dólares.
Lo que implica que en los últimos ocho meses (a partir del 1º de mayo), el superávit sería de apenas 205 o 1205 millones de dólares, porque al 30 de abril el acumulado ya era de 4795 millones de verdes, como vemos acá:
Lo curioso es que el diario (ultra oficialista seguramente, tal vez con el ingreso de Cristóbal López u otro empresario K) Ambito Financiero de hoy dice acá que es prematuro aventurar cual será el resultado final del superávit comercial del año, pero que las proyecciones darían unos 12.000 millones de dólares, tomando en cuenta los datos del primer trimestre.
Y dice más Ambito: que hay que hacerse a la idea que tanto los controles sobre el dólar como las restricciones a las importaciones llegaron para quedarse (como mínimo hasta agosto dice la nota: ¿no querían reglas de juego estables, eh?, ahí tienen), por la necesidad del gobierno de atesorar verdes para hacer frente a los pagos de la deuda y (agregamos nosotros) de poner una barrera defensiva de la industria nacional, frente a los intentos de los países centrales de exportarnos su crisis vendiéndonos cualquier cosa.
Veremos dijo Stevie Wonder, pero dejamos documentado desde éste humilde blog para la posteridad el piletazo del amigo Ferreres, no sea cosa que después diga que lo sacaron de contexto, ¿no Artemio?
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