LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

sábado, 9 de noviembre de 2013

SOCIOS Y AMIGOS


Ahí tenés clarita la diferencia: para Clarín es "socio" (lo unen simplemente negocios, no hay feeling viste), y para el gobierno es "amigo": David Martínez tiene onda con el kirchnerismo, es todo cuestión de piel.

No es que el tipo la levanta con pala, y busca todo el tiempo la mejor estrategia para levantarla con una pala más grande, sea juntándose con otros empresarios, o con el gobierno.

Lo de "amigo" es curioso porque -como pasa con los que compran y venden dólares "blue" en las cuevas de la city- supondría (por un principio de lógica elemental) que hay también empresas y empresarios, que son "enemigos" del gobierno; de los que poco se habla, o no se los menciona como tales.

Cuando el dólar ilegal baja, el titulo de los diarios suele ser "Gracias a sus cuevas amigas, el gobierno logró hacer bajar el dólar libre", o cosa por el estilo. No vas a ver que digan (cuando se dispara) que es por el accionar de las cuevas y mesas "enemigas".

El pensamiento dominante en los medios (que es a su vez el hegemónico en el mundo empresarial) es medio esquizoide con todas estas cuestiones: hace poco acá y a propósito del derrumbe de las acciones de Clarín en la bolsa por el fallo de la Corte, reflexionábamos sobre la complejidad de las relaciones entre el mundo de la política, y el de los negocios.

Decimos esquizoide porque los tipos a veces te plantean que la economía es una ciencia exacta, casi física (donde dado "A" el resultado siempre será "B"); y otras que depende de "expectativas, clima de negocios, confianza de los inversores, tranquilidad en los mercados" y cosas por el estilo.

Lo mismo pasa respecto a las relaciones de los gobiernos con el mundo empresarial: todo el tiempo están reclamando un gobierno "bussines friendly", pero cuando aparece un grupo empresario que no propone quemar la Casa Rosada y se sienta a conversar con el gobierno (por negocios, seguramente, nadie dice que estén haciendo beneficencia), automáticamente pasa a integrar la categoría de "empresario k", y estar sospechado de cosas turbias. Como si los otros fueran un modelo de transparencia, o en su hora no hubieran rondado los despachos oficiales, de éste u otros gobiernos.

Y también son bastante esquizos a la hora de separar o juntar política y negocios: vemos acá en El Cronista que desde el diario de De Narváez y con la ayuda de "líderes de opinión" (?), eligieron a los empresarios, más destacados del año, entre ellos Juan José Aranguren (CEO de Shell en Argentina), Paolo Rocca (ídem de Tenaris, la nave insignia del Grupo Techint) y Gustavo Grobocopatel.

En los tres casos, a la hora de explicar los criterios de selección, hacen hincapié en que en determinado momento, se le pararon de manos al gobierno: "Empresarios y líderes de opinión eligieron al titular de Shell, Juan José Aranguren, como CEO del año. Todo un mensaje siendo que lo seleccionaron por su liderazgo, que ejerció enfrentándose enérgicamente al gobierno kirchnerista en años en los que la política energética fue altamente cuestionada. La petrolera de capitales anglo-holandeses con fuerte presencia en la argentina, acumuló cientos de sanciones entre 2006 y 2007, cuando el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, lanzó la gesta contra la suba de precios e hizo foco en los combustibles. Aranguren, en persona, enfrentó más de 50 causas judiciales.

Rocca también tuvo su momento de discordia con el gobierno nacional, que se encendió cuando la estatización de los aportes jubilatorios dejó a las inversiones de las AFJP en manos de la ANSeS y Rocca quiso resistir la designación de Axel Kicillof como parte del directorio de su compañía.
El premio a la innovación fue para el empresario Gustavo Grobocopatel, apodado el “rey de la soja” que es crítico de las medidas del Gobierno contra el campo y fue un referente obligado durante el conflicto que enfrentó a la gestión Kirchner con ese sector, en 2008.
Es decir que lo que habría prevalecido (más que los méritos empresarios) son sus posturas políticas, salvo que se entienda que expresan un liderazgo a la hora de defender negocios, de la intromisión del Estado.

Tan subjetivo es el criterio que por caso, por estos días se supo que las ganancias de Tenaris tuvieron una caída interanual del 28 % (flojo el 2013 de Paolo Roca); y si de premiar a algún ejecutivo petrolero exitoso la mención le hubiera correspondido a Miguel Galuccio; considerando los números de YPF.

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