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Mauricio Macri, Marcos Peña y Jaime Durán Barba lo hicieron de nuevo. (¿Antes también manipularon escrutinios? Al final tiene razón Lousteau) Algunos escépticos se lo adjudicarán a la suerte. (Pero claro: la designación del juez electoral y la elección de la empresa que hizo el escrutinio fueron estrictamente obra del azar) Otros dirán que el Gobierno necesitó ocultar, deliberadamente, lo que sabía que sucedería en la provincia de Buenos Aires para que la paridad voto a voto, con alto riesgo de sufrir una derrota, antes o después de la medianoche, no eclipsara el imponente triunfo que Cambiemos obtuvo a nivel nacional. (La idea era que no se note Luis, pero no lo consiguieron ni ellos, ni vos en la nota)
Pero lo cierto es que el Presidente, el jefe de Gabinete y el asesor ecuatoriano no sólo impusieron su estrategia electoral. También hicieron prevalecer su impronta política. (Exacto: dejaron huellas por todos lados) Y así lograron el éxito aferrados a su estilo y sus valores. Con audacia, micromarketing y redes sociales. (Y un poco de ayuda de Indra, que no vino mal) Sin necesidad de aliarse ni con Sergio Massa (Obvio, les bastó con chuparle votos, pero el trabajo se los hizo Massa armando alianza con la piedra Stolbizer) ni con ningún intendente del conurbano como Martín Insaurralde o Gabriel Katopodis,(Es cierto, prefirieron trabajar con ex intendentes prestigiosos, como Cariglino y Aldo Rico) quienes durante 2016 parecían estar prestos a sellar un acuerdo político con la gobernadora María Eugenia Vidal o el propio Macri. (Es que fueron viendo que el que se acercaba a Macri, era cartera. Si hasta a Usain Bolt le pasó)
Es legítimo preguntarse, a esta altura del partido, si fue casualidad o parte de un mecanismo de relojería que la gobernadora le imprimiera a las últimas 48 horas de campaña una mística y una fuerza que nadie le había puesto hasta el momento. (O de las encuestas que les daban que venían perdiendo feo. Igual, lo de Brancatelli se lo tienen que agradecer a Vila, que resistió su impulso de cepillarlo) Estaba desesperada porque sentía que perdía o eligió el momento y el escenario oportuno para apretar el acelerador? Es lógico interrogarse si también fue parte del azar la tenida entre Vidal y Diego Brancatelli (Hicieron un focus group preguntando "¿Cuál es el kirchnerista más pelotudo que aun queda en los medios, para sacudirlo como en bolsa?") o si los asesores de campaña de Cambiemos encontraron un cajón de Herminio Iglesias a medida y lo viralizaron ellos en las redes sociales, como quien apuesta durante la última mano de dados o de pócker. ¿Tenían cronometrado y perfectamente medido que el asfalto, las cloacas, el agua potable, las obras hidraúlicas y el Metrobús,(El de La Matanza les dio un rédito tremendo, a juzgar por los resultados) iban a alcanzar justo para lograr el "empate técnico" ("Empate técnico" en una elección debe ser la pelotudez atómica mayor del siglo) contra la ex presidenta? (Es que venían con la experiencia de los 10 kilómetros de subte por año que hicieron en la CABA)
¿Sabían de antemano que los brotes verdes o el tenue crecimiento que estaba experimentando la economía, les iba a alcanzar para ganar en los distritos claves como Córdoba, (Donde tuvieron que remontar de abajo, desde el 71 % que sacaron en el balotaje) Mendoza, (Donde ganaron por la mitad de diferencia que en el 2015) casi casi, en la provincia de Santa Fe, ("Casi" no cuenta, Luis: acá perdieron. ¿Te fuiste a dormir temprano o le preguntaste a Corral como fue la cosa?) La Pampa y en Corrientes? ¿O lo sabían desde el principio, desde antes del comienzo de campaña, cuando el mismo jefe del Estado sostenía que iban a ganar, incluso en Buenos Aires, (Donde perdieron, recalquémoslo por las dudas) por más "que el círculo rojo quiera mostrar un país peor que el real"? (El "círculo rojo" es el más interesado en mostrar un país que no es real, o sea uno donde crecemos, baja la inflación y crece el empleo, Luis) ¿Es mito o realidad que Durán Barba es un gran alquimista que sostiene que no conviene ir ganando desde mucho tiempo antes las elecciones porque es más efectiva una arremetida final que la sensación cómoda de un triunfo cantado? (Cosa que aprendió manejando las campañas del PRO en la CABA, donde todos sabemos que la mano siempre vino peliaguda, pero al final terminaban pegando el batacazo)
Sí se puede afirmar que Cambiemos es, desde hace tiempo, una máquina electoral casi perfecta. (Como el crimen: casi perfecto, una pena que dejen huellas) Una máquina que no deja casi nada librado al azar. (Ni siquiera la designación por la ventana de un juez electoral) Que es capaz de "couchear" a sus candidatos hasta desnaturalizarlos, como pasó con Esteban Bullrich o Gladys González; (¿Vos decís que los terminaron haciendo parecer inteligentes? Lo disimularon bastante bien te digo ¿O es al revés, lo de los pibes presos y las cervecerías artesanales estaba todo coacheado?) o de transformar a Jorge Macri en el jefe de campaña de los "sin tierra" para bajar abruptamente la diferencia de votos entre Unidad Ciudadana y Cambiemos en los distritos donde el partido oficialista no tiene intendentes. (Viendo los resultados del conurbano, muy bien que digamos no le fue) La comparación de los votos entre estas PASO y las de 2015 en distritos como La Matanza, Mar del Plata, Bahía Blanca o La Plata indica que los referentes territoriales de Cambiemos trabajaron finito (Sobre todo Arroyo en Mar del Plata, trabajó finísimo, un orfebre que reíte de Marcos Peña) para lograr que Cristina no superara la cantidad de electores que supo conseguir Aníbal Fernández. (Con tanta dedicación que se le escaparon cinco puntos que perdió Vidal, en el conurbano, donde operaba el primo "transformado" en jefe de campaña)
El trabajo de orfebrería que hicieron juntos Marcos Peña y Claudio Poggi (Una orfebrería bárbara: le mostraron la billetera a Poggi, o lo amenazaron con un carpetazo, y listo) para derrotar a los Rodríguez Saá en San Luis, por primera vez en 34 años, no debería ser minimizado. Lo que pasó en Santa Cruz bien puede ser leído como otra estrepitosa derrota de Cristina,(Ahí la orfebrería corrió por cuenta de Aranguren e YPF, que levantaron pozos y paralizaron las obras de las represas. Casi ni se notó de fino que fue el trabajo) apenas empañada por el ruido que generó la paridad casi eterna (¿Vos decís que no piensan terminar nunca con el escrutinio, Luis?) en la provincia de Buenos Aires, pero también es verdad que por primera vez Eduardo Costa aceptó compartir la estrategia de campaña que le propuso el disciplinado equipo de Cambiemos. (O sea, aparecer por Santa Cruz el día de las elecciones, para ir a votar, y listo) Alguna vez oí decir al Presidente que a veces lo subestiman, pero que él aprendió a tomar eso como una ventaja. (Lo aprendió de chiquito en su familia: el padre siempre lo consideró un pelotudo, y él aprovechó para vivir de arriba, sin trabajar) Una vez más: cuesta discernir, con los números en la mano, si la baja de votos de Sergio Massa en Tigre y la pobre perfomance de Martin Lousteau en la Ciudad se deben a sus propios errores o a la energía extra que le dedicaron Macri por un lado y Horacio Rodríguez Larreta por el otro, para esmerilarlos sistemáticamente. (Claro, porque los dos eran fortalezas inconmovibles, liderazgos de masas de larga data, de estatura colosal. Dejáte de joder, Luis)
Sí parece claro que nada es improvisado. Ni siquiera la hora, la puesta ni el contenido de los discursos de agradecimiento que pronunciaron Rodríguez Larreta, Vidal y Macri. (Exacto: estaban coordinados vía whatssap con los muchachos de Indra) Me tomé el trabajo de revisarlos. (¿A Mariú la palpaste vos o llamaste a una policía femenina?) En ningún caso declararon formalmente que Cambiemos le había ganado a Cristina Fernández. (Porque sabían que perdieron. Y Vidal estaba ahí para festejar que ganaron en La Pampa. Una pena que en las redes pintaron Buenos Aires de amarillo, y quedó el mapita. Siempre hay algún boludo que se descuelga) Sin embargo, a esa altura de la noche, a la mayoría de los argentinos les quedó la sensación de que el oficialismo había logrado casi una epopeya. (Y al resto, que habían consumado un choreo descomunal) Y cuando los candidatos de Cambiemos terminaron en Costa Salguero se fueron muy rápido (Es que tenían miedo que pintara otra time warp y la cosa se descontrolara) y así indujeron a los medios a dar casi por culminada la jornada. ("Indujeron", claro, porque los medios son completamente inocente y bajo ningún concepto fueron parte de la movida)
No hubo fraude. (Apenas 270 meses donde Cristina figura con cero voto, una pavada subsanable) Ni siquiera se puede afirmar que manipularon la carga de datos. Sólo hicieron un poco de marketing político. ("Yo no hago fraude, solo hago márketing electoral, para divertirme") O, para ponerlo en términos más precisos: Cristina Fernández y su equipo de campaña fueron primeriados. (Sería "primereados", asno analfabestia) Los madrugaron. (Y sí, los hicieron quedar hasta la madrugada) Y eso también debe ser considerado parte de la maquinaria electoral. (Que usen los recursos del Estado y pongan en juego la transparencia del proceso, son detalles, que a nadie le interesan) Por eso la ex presidenta ahora está penando. (Sí, le está dando pena haber ganado) Y los jefes de campaña de Cambiemos ya se apuran a hacer la comparación barrio por barrio, esquina por esquina, para ganarle en octubre, ya de manera definitiva, (De manera real, sería en todo caso, porque ahora perdieron) montados a la ola del mejoramiento de la economía (Van a tener que surfearla lindo, entonces) y en las dificultades objetivas de Cristina para romper su propio techo electoral. (Sí, lo mismo nos comentaba hace un rato Randazzo)
(*) Las negritas son nuestras, el original acá.
2 comentarios:
Es imposibl romper el cerco mediatico al que esta sometida gran parte de la poblacion. Estan trabajando a destajo y ademas por las redes no paran de incentivar el odio de los sujetos hacia cristina, milagros salas, santiago maldonado, senadores q no votan como ellos quieren. Y la gente lo toma como valido. Esta muy jodida la cosa. El fraude en Octubre va a ser alevoso, estan desatados porque vieron que no tienen condena social. Solo Union Ciudadana se planto, el resto de los partidos de la oposicion, incluido el FIT, ni reaccionaron. El establishment no va a ceder el poder por las buenas nunca. Asi se comporto historicamente.
Entonces... Que hacer frente a este Goliat ..astuto..taimado.. que las tiene todas a favor???!!!!como enfrentarlo??..parece un juego endemoniado
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