Como todos
recordamos, esta misma semana los aranceles de las prepagas tuvieron un
“retoque” del 6 %, que lleva el aumento al 31 % en el año (14 puntos por encima
de la banda mayor de la pauta inflacionaria prevista por el gobierno), y al 42
% si se cuentan los últimos 12 meses.
Sin embargo
pareciera que no es suficiente, o al menos eso se desprende de lo que dice ésta nota de El Cronista: “Para el año próximo, se termina de definir
una medida que cambiará el panorama drásticamente. La intención oficial es
liberar el valor de las cuotas de las prepagas, una decisión que demanda una
nueva ley y que plantea un escenario para el que las empresas dicen estar
preparadas. Aunque no hubo todavía una comunicación formal a las firmas de
salud privada de cómo se planteará la apertura de los precios, el tema es
recurrente en los encuentros que las empresas mantienen con el gobierno. Los
responsables de las principales compañías del sector coinciden en que
aunque generará una mayor competencia y nuevas estrategias de negocio, la
liberalización de los valores es positiva y el sistema ya demostró que funciona
perfectamente de esa forma porque así lo hacía antes de 2011, cuando debieron
comenzar a pedir autorización para ajustar los precios.
Claudio
Belocopitt, titular de Swiss Medical, califica a la actual ley que regula el
sistema como "imposible e inviable".
En diálogo con El Cronista, el empresario aseguró que es imprescindible una ley
nueva que ordene el sector. "Desde los años 60, la medicina funcionaba
de forma desregulada perfectamente", dijo y aseguró que los problemas
comenzaron con la nueva ley y la incorporación de prácticas nuevas al PMO
(Programa Médico Obligatorio) que encarecieron notablemente las
prestaciones y "desfinanciaron el sistema", señaló.
En Osde, el argumento es
similar. Victor Cipolla, vocero de la prepaga, recordó que antes de 2011 (con
la ley 26.682) las cuotas de la medicina privada eran libres y se aumentaban si
así lo hacía la estructura de costos de la compañía. Los ajustes se planteaban
dependiendo de la coyuntura: en momentos de firmar paritarias de sanidad, por
alguna estrategia de negocios o dependiendo de los dividendos alcanzados.
"Hoy hay una distorsión de precios total generada por la intervención del
Estado. No se puede cubrir el encarecimiento que tuvo la canasta prestacional
en estos años", aseguró. La liberación de los precios en el sector vendrá
acompañado el próximo año con un requerimiento que vienen haciendo las
compañías, sin éxito hasta ahora. En el borrador de la reforma laboral
oficial está incluida la Agencia de Evaluación de Tecnologías de Salud, una
entidad presente en diferentes formas en todo el mundo que evalúa si deben
-con argumentos científicos- entregarse los nuevos medicamentos recetados.
Principalmente, en referencia a drogas de muy alto valor que al no ser
reconocidas por las prepagas como necesarias generalizan la judicialización.” (las negritas son nuestras)
Clarito ¿no?: lo
que estos buenos muchachos preocupados por la salud de los argentinos quieren
es cargarse la Ley 26.682 sancionada en 2011 por el gobierno de Cristina, y
analizada en su momento en detalle acá y acá; que establece
en su artículo 5 inciso g) que la autoridad de aplicación (el Ministerio de
Salud) debe autorizar
y revisar los valores de las cuotas y sus modificaciones que propusieren los
prestadores del sistema (las prepagas), en base a una estructura de costos que ella misma fija.
Y más importante aun: el artículo 7 de la ley establece que
las prepagas “...deben cubrir, como mínimo en sus planes de cobertura médico asistencial,
el Programa Médico Obligatorio vigente según Resolución del Ministerio de Salud
de la Nación y el Sistema de Prestaciones Básicas para Personas con
Discapacidad prevista en la ley 24.901 y sus modificatorias.”.
Pero no están solos
en la pelea: para que dentro del mamotreto de la reforma laboral pase la
creación de la AGNET (Agencia Nacional de Evaluación de Tecnologías de la
Salud) contarán con la invalorable colaboración de la dirigencia de la CGT, que
está interesada en que las obras sociales sindicales queden también exentas de
la obligación de dar cobertura al PMO, y a los tratamientos de alta complejidad
y más costosos. Más información al respecto, acá.
Y la de los medios:
por algo hace poco Belocopitt (mientras lloraba miseria porque no le cierran
los números a Swiss Medical, culpa del kirchnerismo) compró el 40 % de las
acciones del Grupo América que estaban en poder de De Narváez, gracias a lo
cual es uno de los dueños del Canal América o la radio La Red: estemos atentos
a ver como Fantino y Santiago Del Moro nos cuentan los tremendos beneficios de
dejar librada la salud a las estrictas reglas del mercado, sin ingerencia
alguna del Estado.
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