Sobre el
acercamiento de posiciones entre el gobierno y la CGT en torno a la reforma
laboral, leemos en Ambito Financiero: “Los motivos para el acercamiento
pueden resumirse en uno técnico y otro político: en el primer aspecto, los
funcionarios admitieron que será factible eliminar del texto del proyecto el
párrafo que le agregaba a la noción de "trabajo" un concepto que
tendía a poner en un pie de igualdad a trabajadores con empleadores, y que
si bien podía no tener efectos inmediatos las posibles repercusiones en los
tribunales laborales amenazaban con desarticular toda la jurisprudencia
-nacional e internacional- que señala al contrato de trabajo como una relación
entre desiguales, y por tanto con una carga mayor de responsabilidades por
parte del empresario y más garantías y derechos a favor del asalariado.
Además de la eliminación del cambio
conceptual sobre el vínculo entre empresarios y trabajadores los
funcionarios reconocieron también la posibilidad de introducir modificaciones
sobre otros puntos para hacer el texto más digerible para los gremialistas. Por
caso, el ítem que restringía la aplicación del criterio de "ius
variandi" (modificación unilateral de las condiciones de trabajo por parte
del empleador) podrá flexibilizarse, así como el plazo de prescripción para las
acciones judiciales contra los empresarios, que hasta ahora es de dos años y
que en el proyecto se acorta a un año. De igual modo en Trabajo reconocen
que la baja generalizada de contribuciones patronales (además de la eliminación
para los primeros 10 mil pesos netos de sueldo se promueve un reducción del 21
al 19% en cinco años) y la suba en sentido contrario para pyme hasta hoy
beneficiadas (aumentaría de 17% al 19% en igual plazo) será revisada tras las
críticas de los sindicalistas por entenderla irrazonable.
En cambio,
cerca de Jorge Triaca identificaron algunos puntos que serán inmunes a las
objeciones sindicales. Uno de ellos, la redefinición de "salario"
pensada para eliminar de los rubros para calcular las indemnizaciones las horas
extra, los premios, beneficios como un vehículo o celular de la empresa o una
prepaga o el pago de comisiones o premios. Otro será el cambio en la noción de
"irrenunciabilidad" que establece que ningún trabajador puede aceptar
condiciones peores en su contrato individual. La
eliminación de ese concepto es, para los autores del proyecto, condición
indispensable para habilitar el blanqueo laboral que establece una amplia
inmunidad penal y administrativa para los empleadores informales.
Y un punto
más sobre el que se sostendrá con firmeza el Gobierno: la facilitación de
tercerización y subcontratación en algunos rubros dentro de las empresas como
limpieza, seguridad, transporte interno, gastronomía o informática.” (las negritas son nuestras)
Hablando de las
reformas propuestas por el gobierno en general, y en particular de la reforma
laboral, decíamos acá hace algunos días: “...el macrismo tiene siempre la astucia de colar temas “cazabobos” en medio de las discusiones para que todos nos prendamos de allí, y luego los elimina para dar una muestra de apertura al diálogo para la búsqueda de consensos, mientras sigue adelante con lo central de sus proyectos, o lo que más le interesa obtener en cada caso. El cazabobos funciona en un doble sentido: proponiendo temas que se sabe de antemano generarán fuertes polémicas, o metiendo otros que operan como anzuelo o gancho para captar voluntades, y vencer su resistencia a los cambios más perniciosos, incluso para sus propios intereses.
En el caso de la reforma laboral, los “ganchos” están puestos en el aumento a 15 días de la licencia por paternidad, la creación de la “Agencia Nacional de Evaluación de Tecnologías Médicas” (AGNET) pactada con la CGT y las prepagas, y el generoso blanqueo por los aportes evadidos a la seguridad social, manteniendo empleados en negro.
No está muy claro en éste caso cuáles de los aspectos “intragables” del proyecto (que son casi todos) estaría dispuesto a ceder el gobierno, para conservar lo principal de la propuesta: la rebaja sustancial en la base de cálculo de las indemnizaciones por despido sin causa, la ampliación de los límites del “ius variandi” del empleador, la redefinición del concepto de “trabajo” (este punto pareciera ser “lo horrible a entregar”), el “banco de horas” (virtual eliminación de las horas extras), el fondo de despido financiado con los aportes de los propios trabajadores de sus salarios, la reducción del plazo de prescripción de las acciones para demandar en la justicia laboral (otro posible “cazabobos”), la eliminación de la solidaridad empresarial en caso de tercerización o subcontratación, o la figura del "trabajador independiente". ”. (las negritas son otras vez nuestras)
Lo triste de la ignominia -como de la traición- es cuando se vuelve previsibles.
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