LA FRASE

"NO ES TAN DIFÍCIL DE ENTENDER: ESTELA DE CARLOTTO ES GOLPISTA Y EL GENERAL VIDELA LO ÚNICO QUE HIZO FUE COMBATIR AL TERRORISMO." (VICTORIA VILLARRUEL)

miércoles, 21 de agosto de 2019

LOS RIESGOS DE LA TRANSICIÓN



Tal como dijimos acá las PASO (esa "encuesta cara" que el gobierno quería suprimir) terminaron funcionando en la práctica como la primera vuelta de las elecciones, y a sus efectos nos remitimos: el piñazo que el "Frente de Todos" le propinó al oficialismo fue de knock out, y desde entoncess Macri deambula por el ring mirando al rincón para que alguien le tire la toalla; mientras se abraza a los ganadores, para no terminar de caerse al piso.

Desde el 11 de agosto para acá y en ese estado de conmoción, el presidente pasó por todas las fases: la ira destemplada contra el electorado por haber votado mayoritariamente a la oposición (a la que le echó la culpa de la agudización de la crisis), el pedido de disculpas coacheado, las medidas incoherentes tomadas a las apuradas, las reuniones de autoayuda en el CCK, la conversación con Alberto Fernández, la salida de Dujovne y la llegada de Lacunza, y el traspaso del mando formal de la campaña de Marcos Peña, a Elisa Carrió.

Las medidas que tomó Macri desde que las urnas lo trompearon fueron restringiendo aun más sus bases materiales de apoyo: redujo IVA y Ganancias sin consultar con los gobernadores de las provincias que desfinanciaba, congeló los precios de los combustibles sin consenso con las petroleras y así iba, hasta que la intentonta de subir las retenciones chocó contra la oposición cerrada de la Mesa de Enlace de las entidades agropecuarias, y quedó para otra oportunidad. 

Por otro lado y siguiendo con las metáforas boxísticas, los "mercados" le sacaron el banquito y lo dejaron solo: los bancos que le habían prestado un REPO de 2600 millones de dólares gatillaron la cláusula de pago anticipado por la caída vertical del precio de los bonos caucionados en garantía, y otro grupo de bancos está por hacer lo mismo, por otros 3000 palos verdes más. Los muchachos se apuran a cobrar su parte, antes de que no quede nada con que hacerlo.

En ese marco, el nuevo ministro Lacunza se estrenó con una convocatoria a los referentes económicos de los candidatos opositores cuya finalidad no está del todo clara, pero que tiene toda la pinta de ser un intento por comprometerlos con las medidas (desesperadas) que un gobierno de salida intentará tomar a las apuradas, para salvar el agonizante acuerdo con el FMI, y asegurarse el desembolso pendiente de 5400 millones de dólares, que debería llegar en septiembre. 

Es decir, a esa misma oposición (sobre todo al "Frente de Todos") a la que culpabilizan por la crisis, las están convocando para que preste apoyo político al plan que nos ha llevado al desastre actual, porque de los anuncios de Lacunza y Sandleris no se puede inferir ningún cambio de rumbo, sino todo lo contrario: seguirán apostando a subir las tasas, e intervenir en el mercado vendiendo las reservas del Banco Central para frenar el dólar, con una estrategia poco clara.

El llamado a cogobernar, disfrazado de pedido de "sostener la institucionalidad", llega luego de haber hecho campaña planteando la elección como un dilema en el que estaba en riesgo la democracia, si ganaba la oposición. Es decir, el macrismo repite la misma estrategia extorsiva con la que ellos y sus socios en "Cambiemos" comprometieron a sectores del peronismo como "dadores voluntarios de gobernabilidad, en el comienzo de su gestión; agitando el fantasma de que ningún gobierno que no sea peronista logra concluir su mandato desde 1928, cosa que -por supuesto- sería culpa del peronismo, y no de su propia incapacidad.

Pero hete aquí que mientas tanto el presidente juega al fútbol despreocupado, y las reuniones entre sus funcionarios se dilatan, hasta acomodarse a horarios más convenientes y sobre todo, menos madrugadores, como si nada hubiera pasado; y Carrió -lo dijimos, en los hechos la jefa de campaña del oficialismo de cara a octubre- sigue repitiendo en cuanto micrófono le ponen enfrente el mismo discurso acusatorio de Macri del lunes posterior a la elección, con argumentos bizarros e inverosímiles que nadie en la Casa Rosada se preocupa por desmentir.

 A favor de esta burda intentona del gobierno y como si fuera una maniobra de pinzas pero en defensa de sus propios intereses, los "mercados" (bancos y fondos de inversión) están presionando a Alberto Fernández para obligarlo de mínima a mostrar las cartas (su equipo económico, sus eventuales medidas), y de máxima a comprometerse públicamente a dar ciertas garantías de que no hará determinadas cosas, y por el contrario, "hará lo que hay que hacer": es el "Plan Calvo" por otros medios, es decir el intento de que el nuevo gobierno de continuidad a las políticas de Macri, pero con espaldas políticas más anchas para poder aplicarlas. 

La prueba de que las cosas son más o menos así, es que ninguna de las medidas mínimas e indispensables que aconseja el sentido común para enderezar el rumbo de la economía está siquiera en estudio por parte del gobierno, o sometida a consulta con la oposición: reponer los controles de capitales, restringir la compra de divisas, obligar a los exportadores a liquidar las divisas en un plazo perentorio, desdolarizar precios de la economía como las tarifas, los combustibles o los alimentos, recomponer ingresos de trabajadores y jubilados. 

Un "acá las elecciones no existieron" más grande que una casa, como si también al programa económico lo manejara Carrió. ¿Qué cosas se pueden acordar en esas condiciones, que no sean compartir los costos de una transición dolorosa con un gobierno derrotado y de salida, pero no dispuesto a cambiar de rumbo?  

En síntesis, una encerrona peligrosa para la principal fuerza opositora, y futuro gobierno del país, en la que no se puede permitir caer, dejando en el camino de acá a diciembre (que está lejísimos) jirones de la legitimidad que consiguió en las urnas en las PASO, y que todo indica va a revalidar y ampliar en las elecciones de un 27 de octubre que también está lejos.

En términos políticos la oposición -dijimos- le dio al proyecto de la continuidad del régimen un golpe de knock out, y tiene que tener la inteligencia necesaria para correrse a un costado, e impedir que un gobierno tambaleante la arrastre en su caída hacia la lona. Tuit relacionado: 

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