LA FRASE

"LA CANTIDAD DE PERROS DEL PRESIDENTE ES UNA DE LAS CUATRO O CINCO COSAS EN LAS QUE LOS ARGENTINOS NOS TENDRÍAMOS QUE PONER DE ACUERDO." (MANUEL ADORNI)

viernes, 16 de agosto de 2019

CONGELAMIENTO CONGELADO


Pocos ejemplos más demostrativos del grado de descomposición terminal del gobierno y de la licuación de la autoridad presidencial de Macri, que el sainete con las idas y vueltas sobre el congelamiento del precio de los combustibles por 90 días.

En el mensaje grabado desde Olivos después del papelonazo de Macri en la conferencia de prensa del lunes, él mismo anunció la medida como algo resuelto, sin explicar como se instrumentaría. Al rato, Frigerio decía que en realidad lo que iban a hacer era congelar el precio de los combustibles que vende YPF (aprovechando que el Estado es el accionista mayoritario, por una ley que todo el PRO votó en contra durante el gobierno de Cristina), y esperaban que las demás petroleras la imitaran

Y para redondear el sinsentido, Lopetégui  primero anunció que saldría una resolución suya en el Boletín Oficial de ayer, para luego desmentirse a sí mismo y aclarar que la medida debía consensuarse con las petroleras, sin dar mayores precisiones al respecto: recapitulando, el martes el presidente de la nación, en un mensaje grabado tras una categórica derrota electoral, anunció como cosa resuelta algo que no estaba ni en pañales, y sus propios funcionarios lo “explicaron” primero”, y lo desmintieron después. Y después le echan la culpa a lo que diga Alberto Fernández: uno los quiere ayudar pero no se dejan, muchachos.

Lo cierto es que, pasando en limpio y como dijo uno, la única verdad es la realidad: el mercado de los combustibles en el país está completamente desregulado desde el 1º de enero del 2018, como consecuencia de lo dispuesto por Macri en el Decreto 962/17, que limitó al 31 de diciembre del 2017 la vigencia del registro de operaciones de importación de petróleos crudos y sus derivados; creado por el Decreto 192 del mismo año.

Según dijo Macri en su decreto, esa medida (abrir un registro para que se inscriban las operaciones de importación, y que el gobierno las autorice fue “...una situación coyuntural, hasta tanto los precios locales converjan con los precios internacionales...”; situación que entendían Aranguren y los suyos (o sea, las petroleras) se produciría a principios del 2018.

No es necesario recordar lo que pasó desde entonces: los argentinos fuimos sacudidos por una catarata de aumentos de las naftas, por la suba del petróleo o la del dólar (las dos variables que forman el precio, en un mercado desregulado); sin que bajaran cuando alguno de los dos bajaba: ventajas del Estado ausente, que se repliega para darle lugar al mercado, como pregona el credo oficial.

Sin embargo, la Ley 17.319 de hidrocarburos dispone en su artículo 6 que “Los permisionarios y concesionarios tendrán el dominio sobre los hidrocarburos que extraigan y, consecuentemente, podrán transportarlos, comercializarlos, industrializarlos y comercializar sus derivados, cumpliendo las reglamentaciones que dicte el Poder Ejecutivo sobre bases técnico-económicas razonables que contemplen la conveniencia del mercado interno y procuren estimular la exploración y explotación de hidrocarburos.”. (las negritas son nuestras)

Eso significa que el Estado tiene facultades legales para regular los precios del mercado de combustibles, teniendo en cuenta entre otros factores la situación del mercado interno, no solo en lo que hace a los niveles de producción de hidrocarburos, sino teniendo en cuenta además que se trata de un insumo difundido, que impacta en toda la estructura de costos de los bienes que se producen y comercializan en el país. Que decida abandonarla como ha hecho el macrismo, es otra cuestión.

Más aun, el mismo artículo 6 agrega que “Cuando los precios de petróleos importados se incrementaren significativamente por circunstancias excepcionales, no serán considerados para la fijación de los precios de comercialización en el mercado interno, y, en ese caso, éstos podrán fijarse sobre la base de los reales costos de explotación de la empresa estatal, las amortizaciones que técnicamente correspondan, y un razonable interés sobre las inversiones actualizadas y depreciadas que dicha empresa estatal hubiere realizado. Si fijara precios para subproductos, éstos deberán ser compatibles con los de petróleos valorizados según los criterios precedentes.” (las negritas son otra vez nuestras).

Es decir que además de poder regular, tiene criterios sobre la base de los cuáles hacerlo, de modo de desacoplar los precios internos de los internacionales, y tomar en cuenta los reales costos de producción de las petroleras (que son en pesos) y una tasa “razonable” de ganancia sobre los mismos.

Lo que hizo Macri al desregular es simplemente “enganchar” los precios internos a los internacionales, que son en dólares;·y luego llevar el dólar hasta los 61 pesos, con lo cual los aumentos se gatillan solos, con independencia de la evolución de los costos de producción; además de permitir además la exportación de hidrocarburos sin asegurar previamente el abastecimiento interno, que se cubre con importaciones, porque ambos precios (internos e internacionales) están acoplados.

Ese es el negocio que las petroleras defienden, y desde la óptica de su interés, es lógico. Lo que no es lógico que un gobierno diluido y que se está yendo anuncie (impulsado por la fuerza de las circunstancias: léase un piñazo electoral) medidas que no está en condiciones políticas de imponer, porque ya carece de la fuerza y autoridad necesaria para cortar los nudos gordianos de intereses creados que construyó en estos cuatro años.

Ni hablar (como han dicho también) de que apliquen la Ley de Abastecimiento 20.680, porque ellos "no creen en eso", y siempre han sostenido (como las petroleras, y contra la jurisprudencia) que es inconstitucional; tanto que cuando Cristina la amplió en el 20124, votaron en contra. Tuits relacionados:
Actualización: Al final, lo terminaron haciendo por un DNU, que va a durar menos que un pedo en un canasto. ¿Apostamos?

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