NADIE LES AVISÓ

Vemos en la portada del Cronista Comercial de hoy que el senador Reutemann y Mario Llambías, el presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), y el referente más duro de la Mesa de Enlace, fueron suspendidos por la AFIP del registro de exportadores de granos por incumplimientos de normas fiscales e "inconducta fiscal".

Aquí en el desarrollo de la nota están explicados en detalles los alcances de la medida, y los beneficios económicos (importantes) que dejan de gozar quienes sufren este tipo de sanciones. 

La noticia tiene dos costados para el análisis: por un lado expone en público algo que no es muy conocido, y que son las enormes degravaciones impositivas y beneficios fiscales que reciben los exportadores (algo que en una imprescindible reforma fiscal deberá revisarse); beneficios que perciben sin protestar porque vengan del Estado, y sin dejar de pedir otros como por ejemplo la eliminación de las retenciones.

Juzguen incluso la seriedad del reclamo de reemplazarlas por el Impuesto a las Ganancias, que directamente evaden o por el cual pagan una alícuota menor, y verán cuáles son las reales intenciones de esta gente cuando habla de diálogo, consenso, instituciones y bajar la crispación.

Y el otro costado de análisis del asunto tiene que ver con los negocios de Reutemann: la noticia sólo aparece en un diario, y los restantes no la reflejan ni siquiera para acusar al gobierno de persecución política.

Un burdo intento por invisibilizar que el ex gobernador y actual senador, más que un dirigente político, es un lobbista de muy fuertes intereses económicos, en primer lugar los suyos propios. Desde ahí es desde donde Reutemann votó en contra la Resolución 125, no desde la defensa "del corazón productivo de la provincia" como nos quiere hacer creer.

Comparen esta actitud con la lectura que hacen los medios de los reclamos de los trabajadores por participar de las ganancias de las empresas, o de la Anses por ocupar lugares en los directorios de aquéllas de las que posee acciones; o con la moralina difusa que enfoca los cañones en la corrupción administrativa, como si fuera ése el único o principal problema del país.

Por cosas como ésta (su capacidad de ponerse al servicio de los grandes intereses económicos del país, porque los expresa aun en forma personal) es que Reutemann es tentado recurrentemente para ser la esperanza blanca de la derecha argentina.

A menos claro que todo sea culpa de su contador (¿Mercier?) -y del de Llambías- que no le avisó que tenía que presentar algún que otro papel.