Parece que Barletta no quiere despedirse de la gestión sin lograr que su trencito de al menos una vuelta más, y de paso aprovechar para echarle la culpa de todo a la nación, que no le autoriza el funcionamiento.
Desde el primer momento en que la idea fue planteada, el tren urbano de Barletta fue un auténtico disparate: sin marco regulatorio, sin intervención alguna del Concejo municipal, sin autorizaciones nacionales, sin estudio de costos y tarifas, sin analizar la estructura de subsidios que demandaría el precio del boleto.
Acá pueden abundar en detalles al respecto, y piensen que insiste con el tren urbano el mismo Barletta que dice que los subsidios nacionales al transporte de pasajeros por colectivo no alcanzan, y por eso hay que aumentar el boleto.
Y en su afán de defender lo indefendible, El Litoral miente: los dos cochecitos del tío Mario costaron 4,2 millones de pesos, no 2,4. Más de cuatro millones de pesos que se restaron -por ejemplo- a las obras de desagüe que son tan necesarias en Santa Fe.
Para tener una idea del delirio de Barletta (que siendo intendente de Santa Fe hablaba de hacer trenes para otras ciudades), acá pueden acceder en la página de la Municipalidad al "Plan Ferrovial": háganlo, vale la pena.
Es de esperar que todos estos delirios ferroviarios sin sustento alguno no se repitan en la provincia, con el proyecto de Pablo Javkin para que la provincia opere algunos ramales ferroviarios, que la Legislatura sancionó la semana pasada.
Porque todos coincidimos en la necesidad de que vuelva el tren como medio de transporte, pero lo que no queremos es que todo termine en un fiasco por improvisar, o en echarle la culpa a la Nación porque no subsidia los trenes provinciales, o no manda plata para obras.
Porque en la provincia tenemos un ejemplo modesto y poco feliz al respecto: en el año 2001 se firmó un convenio con la provincia del Chaco (aprobado por la Ley 11932), por el que Santa Fe autoriza que SEFECHA S.A. (Servicios Ferroviarios Chaqueños S.A.), una empresa estatal de la vecina provincia, extienda su servicio de pasajeros por las vías del ferrocarril Belgrano hasta Los Amores y Vera en el norte provincial.
A cambio del servicio (que usan básicamente los peones golondrina que van a la cosecha del algodón) Santa Fe paga un costo por kilómetro de vía que se extiende por su territorio, y que se debe actualizar cada seis meses, de común acuerdo entre ambas provincias.
Para tener una idea, para el año 2012 el monto del aporte provincial a ese servicio ferroviario (un subsidio al boleto a sectores muy humildes) es de apenas $ 350.000 para todo el años (menos de $ 30.000 por mes), y el gobierno de Binner llegó a acumular un atraso de seis meses en los pagos.
Y para terminar, acá les dejamos para el recuerdo (porque probablemente no lo volvamos a ver andar por un tiempo), aquel histórico viaje inaugural del tren de Barletta:
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