LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

sábado, 26 de octubre de 2013

LES PASÓ LA POLÍTICA


Leemos en el diario del Loco Lindo: "Los llamados “agrodiputados” van a retroceder -ahora también numéricamente- con la renovación de los mandatos de diciembre próximo en el Congreso de la Nación.
No menos de la mitad de los dirigentes agropecuarios que, en 2009, llegaron al Poder Legislativo se va a quedar sin su banca, sea porque no tuvieron el envión suficiente al disputar espacios partidarios internos, porque no contaron con los votos necesarios en las Paso, o porque sencillamente consideraron que sus posibilidades de participación en el mundo de las cómodas poltronas de las Cámaras legislativas está agotada.
Debe advertirse que antes que en cantidad, los “agrodiputados” ya habían retrocedido en términos políticos.
La base de su programa -su consigna- era lograr que el gobierno nacional retroceda con las retenciones a las exportaciones de productos agropecuarios, un mandato que no lograron hacer realidad aún cuando en el Congreso el kirchnerismo perdió la mayoría, durante toda la segunda mitad del gobierno anterior.
En 2013 los partidos políticos opositores ya no los buscaron, ni les rogaron que ocuparan los primeros lugares en sus listas.".

En el copete de la nota, al mejor estilo Tenenbaum, el diario de Víttori se pregunta "¿qué les pasó"?, y la respuesta es bastante sencilla: les pasó la política.

Luego de haber cortado rutas por meses en el 2008 (con un estilo más afín a su modus operandi habitual que eso de hacer campaña y juntar votos), con considerable apoyo social, creyeron en serio que "el campo" era lo mismo que el país; y descontaban que -al entrar al Congreso- sobrarían las manos levantadas en las Cámaras para imponer su agenda.

Razones no les faltaban: al cacerolismo bobo que rodeaba los piquetes (de muchos luego arrepentidos, aunque pocos autocríticos) se sumaban los partidos opositores como la UCR, el PRO, el socialismo y el peronismo no k en sus diferentes versiones; que sacaban número para seducirlos, porque todos querían tener su propio agrogarca en sus listas.

Muchos de esos partidos criticaron por décadas al peronismo por pretender implantar el corporativismo en la Argentina al plantear un cupo de diputados de extracción sindical; pero no tuvieron empacho en poner sus estructuras partidarias en alquiler para que fueran vehículo del pliego de demandas de la Mesa de Enlace.

El arrepentimiento sin autocrítica de los que se sumaban a los piquetes en el 2008 se tradujo en buena parte de los votos que logró sumar el kirchnerismo entre las legislativas del 2009 y las presidenciales del 2011, como se puede comparar analizando los resultados en muchos distritos en los que la actividad agropecuaria tiene un peso gravitante.

El rol de estas estrellas ascendentes y fugaces de la política lo ocupan hoy los caceroleros, pero sin necesidad de abrirles lugar en las listas: tras refunfuñar contra toda la política en clave adolescente al mejor estilo "que se vayan todos", hicieron lo que el kirchnerismo les planteaba como respuesta a sus protestas, aunque no literalmente: no formaron su propio partido, pero terminaron votando a los que ya estaban (y que secretamente consideran inútiles), con tal de asestarle un golpe electoral al gobierno.

Pero volvamos a los agrodiputados: una vez en el Congreso y más allá de las diferencias de matices que pudieran tener entre sí los diferentes sectores de la Mesa de Enlace (algo que se reveló en buena parte un mito, con el transcurso del tiempo) nunca terminaron de entender como son las reglas de juego de la política, cuando se la juega desde adentro y por los porotos: la rosca, la necesidad de gestar acuerdos y llevarlos a cabo, el enorme cúmulo de demandas que hay en una sociedad y que el sistema político debe procurar encauzar; que son bastante más (y más complejas) que un punto más o menos en las retenciones, o eliminar las ROE.

No es probable que la experiencia les hayas servido para comprender que "el campo" no es el país, ni hagan alguna autocrítica al respecto. Menos cuando los mismos partidos que ahora no les ofrecen lugar en las listas, si les hacen guiños sobre eventuales políticas favorables a sus intereses, que aplicarían en el caso de ser gobierno. Algo que -por supuesto- sólo podrán comprobar efectivamente si llega ese caso, dentro de dos años.

La respuesta a la pregunta del cronista sobre que les pasó es muy sencilla: les pasó la política, con sus complejidades e infinitas variables, como la firme decisión política de un gobierno (el de Cristina) de no dejar que le impongan la agenda, ni siquiera con una derrota electoral (la del 2009) a cuestas.

La política, con la paciencia y la flexibilidad que exige la democracia, esa que esta gente le suele pedir al gobierno pero nunca practica; el reconocimiento de la propia fuerza y el de la legitimidad del adversario, porque las Cámaras del Congreso no son el bar del pueblo en el que ganan todas las discusiones porque tienen guita, o donde no pueden amenazar al dueño de la concesionaria de autos con no renovar ése año la 4 x 4, si no se sumaba al piquete en contra de las retenciones.

Ahora podrán volver a lo suyo, a lo de siempre: el lobby, el apriete, la amenaza o la extorsión; aunque vienen amenazando desde hace rato y nunca la concretan porque tampoco son ciegos: han advertido que a los propios sectores de clase media que los acompañaron en su momento, ya les hincharon bien los huevos.

Es de esperar que el sistema político en su conjunto (gobierno y -sobre todo- oposición) haya aprendido la enseñanza que deja la experiencia de los "agrodiputados", para tener una democracia más fuerte y autónoma de las lógicas corporativas.       

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