Por A.C.
La gran mayoría de la población conoce los servicios bancarios ordinarios, la cara visible de las entidades bancarias, donde el público se vincula con el banco a través de una caja de ahorro, una tarjeta de crédito, o a causa de créditos personales, prendarios o hipotecarios, utiliza servicios como el cobro de impuestos y servicios, la emisión de cheques a través de una cuenta corriente, transferencias, movimientos de cuentas, y otras actividades similares que conforman la actividad superficial, legal, de éstas entidades. Como señaláramos en otros posteos, en estos últimos años el crecimiento del mercado, la demanda y el consumo, le generó a los bancos un nivel de rentabilidad elevadísimo, según surge de los propios balances de las entidades bancarias.
Sin embargo, existe otro gran negocio para los bancos, un negocio paralelo detrás de sus carteles y edificios, donde se manejan cifras astronómicas. Una estructura conformada yutilizada para facilitar y administrar movimientos varias veces millonarios de fuga y evasión de capitales, un negocio financiero a gran escala, al que solo tienen acceso clientes especiales.
A esos grandes clientes se les brinda todo el entramado operacional y jurídico para vincularlos con las filiales que los grandes bancos privados tienen en paraísos fiscales, de manera que el dinero no declarado se evapore del país sin ningún registro y termine en alguna filial de un paraíso fiscal, en muchos casos, a nombre de sociedades fantasmas. Si bien no es un delito que las entidades bancarias posean filiales vinculadas en paraísos fiscales, el sistema bancario paralelo está ideado de manera de eludir todas las normas de supervisión a las que están sujetas –aquí y en todo el mundo- las entidades bancarias.
En la medida que esos grandes clientes declararan sus ingresos transferidos por los bancos a paraísos fiscales y pagaran impuestos sobre los mismos, la actividad sería regular, legal, pero justamente el sistema bancario pantalla funciona para que ese dinero no declarado salga del país sin tributar. A cambio de ello, naturalmente los bancos cobran jugosas comisiones, altas comisiones que el evasor abona porque resultan menores al monto de los impuestos que ese “servicio” bancario le permite eludir.
Esta es la gran masa de dinero invisible que administran los bancos y de la que obtienen importantes ganancias, tema que se instalara en los medios recientemente a causa del banco HSBC y las más de cuatro mil cuentas que argentinos poseían en el exterior sin declarar.
Estas maniobras son posibilitadas por una banca que posee una plataforma internacional a través de la cual se derivan capitales no declarados a plazas dedicadas a preservar el secreto de las operaciones, y con una ingeniería creada para eludir los controles de las autoridades de los distintos países. Esos mismos bancos crean otros bancos en paraísos fiscales, por ejemplo en el caso del HSBC, nos encontramos con el HSBC International Trust de las Islas Caimán. Esos bancos satélites, brindan a su vez operatorias a través de la creación de sociedades ficticias por medio de las cuales se mueven los capitales fugados.
Pero el tema no es nuevo, ni en el mundo ni en Argentina. Hay casos nacionales muy recordados, como el del Banco Mayo, cuya quiebra fraudulenta en el año 1998, produjo la evaporación del dinero de sus ahorristas, en su gran mayoría pertenecientes a la comunidad judía. El presidente del Banco Mayo resultaba el Sr. Ruben Beraja, también presidente de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), y que adquiriera el Banco Patricios en quiebra, entre cuyos directores se encontraba Sergio Spolsky, tesorero de la AMIA.
Sumada la cartera del Banco Patricios, el Banco Mayo utilizaba como pantalla la firmaMayflower International Bank Limited, una firma offshore que le pertenecía y a la cual se giraban depósitos no declarados. El funcionamiento de Mayflower estaba regido bajo las leyes de Bahamas, con oficinas registradas en el Lloyds Bank Ltd. en Nassau.
El dinero invisible de los ahorristas del Banco Mayo se evaporó magicamente, y en la causa judicial Beraja fue detenido imputado por defraudación y asociación ilícita. Luego de dos años fue excarcelado en el 2005, aunque durante el proceso nunca indicó el posible destino de los fondos invisibles.
El mismo silencio que guarda desde hace años en la causa por encubrimiento en el atentado de la AMIA, en la que está procesado junto a otros notables por haber construido pruebas falsas mediante coimas y amenazas. La causa por el desvío de la investigación del ataque que mató a 85 personas y que lo tiene como imputado, llegaría por fin a juicio oral éste año.
Y retomando el vaciamiento del Banco Mayo, éste se relaciona con las cuentas en Suiza del HCBC que hoy se investigan, en base a la información suministrada a la AFIP por la Dirección General de las Finanzas Públicas de Francia, en el marco del convenio para evitar la doble imposición vigente entre los dos países.
En el informe del organismo francés, se menciona en la denuncia como representante de 12 cuentas no declaradas al Sr. Miguel Gerardo Abadi, y el total de los depósitos de esas cuentas ascienden a 1.390 millones de dólares. Junto con Abadi, en 11 de esas 12 cuentas aparece el Sr. David Raúl Goldfarb, socio de Abadi en la firma Gems Fund.
Goldfarb fue titular en Argentina del supermercado mayorista Diarco, e integraba el grupo que se benefició con negocios inmobiliarios y otras operaciones a través del cual produjeron el vaciamiento del Banco Mayo.
3 comentarios:
Me parece que este David Goldfarb no tiene nada que ver con Roberto Goldfarb el dueño de Diarco.
no son guaridas fiscales o aguantaderos de lavado de dinero ilegal?
La familia Goldfarb, vinculada a los negocios inmobiliarios, con firmas como Coari SA, Admenex SA y Mérida Construcciones SA., también controla la firma DIARCO, ahora presidida por Roberto Goldfarb.Si tienen que ver. Todo queda en familia.
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