Da la impresión que buena parte del paquete tributario (impuestos al vino, 0% electrónica) son señuelos, "errores" para que pase lo esencial— Andy Tow (@andy_tow) 1 de noviembre de 2017
El atinadísimo señalamiento de Andy Tow en
el tuit de apertura nos pone frente a la evidencia de que con la reformas
laboral, previsional e impositiva propuestas, el gobierno repite su modus
operandi habitual para colar iniciativas que de por sí son intragables.
En efecto, como
apunta Andy el macrismo tiene siempre la astucia de colar temas “cazabobos” en
medio de las discusiones para que todos nos prendamos de allí, y luego los
elimina para dar una muestra de apertura al diálogo para la búsqueda de consensos,
mientras sigue adelante con lo central de sus proyectos, o lo que más le
interesa obtener en cada caso.
El cazabobos funciona en un doble sentido: proponiendo temas que se sabe de antemano
generarán fuertes polémicas, o metiendo otros que operan como anzuelo o gancho
para captar voluntades, y vencer su resistencia a los cambios más perniciosos,
incluso para sus propios intereses.
En el caso de la
reforma tributaria que es el que plantea Tow, efectivamente los impuestos al
vino y demás bebidas alcohólicas como la cerveza y la eliminación del gravamen
para los productos electrónicos parecen cumplir ese rol: abroquelan en su
contra a los gobernadores (incluso algunos de provincias gobernadas por el
oficialismo) y le dan al gobierno la oportunidad de generar una instancia de
negociación en la que aparezca cediendo eso, para conservar lo principal.
El “anzuelo”
seductor en éste caso sería el gravamen “a la renta financiera” que aun sin
siquiera aterrizar en el Congreso, ya generó la suba de las tasas de las
LEBAC´s en el mercado secundario: ya cumplió buena parte de su propósito,
engordando las ganancias de los bancos y otros jugadores del mercado.
Sumando voluntades
con esos “cazabobos” (en el caso del gravamen a la renta financiera al gobierno
le conviene más hacer como que lo entrega, que sostenerlo) se aseguran apoyos a
los puntos centrales de la propuesta: baja generalizada de las cargas
patronales, disminución de la alícuota de Ganancias a las empresas con la
excusa de la “reinversión de utilidades”, revalúo o ajuste por inflación de los
balances, posibilidad de tomar lo pagado en concepto de impuesto al cheque como
pago a cuenta de Ganancias.
La metodología fue
estrenada con el blanqueo de capitales, que Macri presentó en sociedad como la
“reparación histórica” a los jubilados, y la “pensión universal al adulto
mayor”, dejándole al entonces ministro Prat Gay el anuncio del indulto para los
fugadores seriales de capitales.
Ya con el proyecto
en el Congreso, la posibilidad de que blanquearan los funcionarios y sus
parientes y de que los periodistas que divulgaran información sobre quienes
blanqueaban fueran presos funcionaron como “cazabobos”: cediendo en esos puntos
a los pedidos de los “opositores responsables” e incluso algunos aliados (como
Carrió ) el gobierno logró lo que más le interesaba: generosa amnistía, sin
obligación de traer lo declarado al país, y cambios en Bienes Personales y
Ganancias, desgravando en éste caso la distribución de dividendos empresariales
que había introducido en el impuesto el gobierno de Cristina en 2014.
Claro que después buscó la forma de lograr lo mismo por otra vía, con el blanqueo ya aprobado: decreto de Macri modificando la ley para que pudieran blanquear los padres y los hijos de los funcionarios (los hermanos ya podían con la ley, como el suyo) en un caso, denuncia penal de la AFIP por "violación del secreto fiscal" en el otro, cuando Verbitsky publicó los millones blanqueados por los Macri.
Claro que después buscó la forma de lograr lo mismo por otra vía, con el blanqueo ya aprobado: decreto de Macri modificando la ley para que pudieran blanquear los padres y los hijos de los funcionarios (los hermanos ya podían con la ley, como el suyo) en un caso, denuncia penal de la AFIP por "violación del secreto fiscal" en el otro, cuando Verbitsky publicó los millones blanqueados por los Macri.
En el mismo
paquetazo (misma modalidad utilizada ahora: esconder un elefante dentro de la
manada) también obtuvo la autorización para desguazar el fondo de la ANSES, y
el guiño para la reforma previsional que ahora está ensayando.
Precisamente ésta
última fue presentada por Macri con un “cazabobos” infalible: la existencia de
supuestas “jubilaciones de privilegio”, cuando en rigor fueron derogadas ya en
el 2002 por la Ley 25.668, salvo la de los diplomáticos, obispos, jueces de la
Corte y la asignación vitalicia a los ex presidentes, salvadas por el veto
parcial de Duhalde.
Mientras los
hámsters giran en la rueda de discusión en los medios y las redes sociales
sobre cuanto es la jubilación de Zaffaroni, el gobierno naturaliza ahora como
propuesta explícita el cambio (regresivo y perjudicial) en la fórmula de
movilidad de los haberes jubilatorios, que fue rechazado hace unos meses cuando
quisieron “retocarla” de contrabando por una resolución de la ANSES, inspirada
en los pedidos del FMI.
En términos de
reducción del gasto público (el objetivo buscado por el gobierno) y de
“sustentabilidad del sistema previsional” (en palabras del propio Macri) que es
lo mismo pero dicho con eufemismos, la cuestión no es dudosa: las “jubilaciones
de privilegio” (de existir) no mueven el amperímetro, cosa que sí sucede si se
aprueba el ajuste de los haberes por inflación, y no por el sistema aprobado
durante el gobierno de Cristina por la Ley 26.417.
Para tomar un
ejemplo cercano, acá en Santa Fe las más horribles de las jubilaciones de
privilegio (las aprobadas por la Ley 9214 de la dictadura para sus
funcionarios) representan apenas el 0,09 % del presupuesto total de la Caja de
Jubilaciones y Pensiones: poco más de 19 millones (incluyendo la contribución
patronal y el aporte al IAPOS), en un presupuesto de más de 20.823 millones de
pesos, antes de los aumentos pactados para este año en las paritarias.
La conclusión no
cambia si agregamos los “regímenes especiales” de los que también habló Macri:
docentes universitarios, investigadores del CONICET, obreros de la
construcción.
En el caso de la
reforma laboral, los “ganchos” están puestos en el aumento a 15 días de la
licencia por paternidad, la creación de la “Agencia Nacional de Evaluación de
Tecnologías Médicas” (AGNET) pactada con la CGT y las prepagas, y el generoso
blanqueo por los aportes evadidos a la seguridad social, manteniendo empleados
en negro.
No está muy claro
en éste caso cuáles de los aspectos “intragables” del proyecto (que son casi
todos) estaría dispuesto a ceder el gobierno, para conservar lo principal de la
propuesta: la rebaja sustancial en la base de cálculo de las indemnizaciones
por despido sin causa, la ampliación de los límites del “ius variandi” del
empleador, la redefinición del concepto de “trabajo” (este punto pareciera ser
“lo horrible a entregar”), el “banco de horas” (virtual eliminación de las
horas extras), el fondo de despido financiado con los aportes de los propios
trabajadores de sus salarios, la reducción del plazo de prescripción de las
acciones para demandar en la justicia laboral (otro posible “cazabobos”), la
eliminación de la solidaridad empresarial en caso de tercerización o
subcontratación, o la figura del "trabajador independiente".
3 comentarios:
Burgueño en ámbito ya habla de esto
El impuesto a la renta financiera, más allá de la implementación específica que se ofrece, es un gran paso conceptual hacia adelante si queremos que algún día en este país los impuestos los paguen los que más tienen. No podemos oponernos en principio, como no podemos oponernos en principio a la eliminación gradual del impuesto al cheque o a ingresos brutos, dos abominaciones tributarias. Lo que necesitamos es saltar al ruedo con una contrapropuesta, y si Cristina quiere realmente liderar la oposición, debería proponer, por ejemplo, un impuesto a la renta aún mayor y dejar a las jubilaciones tranquilas.
(Y hablando de impuestos: el revalúo inmobiliario de Vidal en la provincia de Buenos Aires, no lo debió haber hecho Scioli?)
El impuesto a la renta financiera jamás saldrá, y si lo hace no lo pagará nadie- Ingresos Brutos es el 75 % (promedio) de los recursos tributarios propios de las provincias, ¿con qué lo reemplazas, con deuda? Y el revalúo lo hizo Scioli ¿O no te acordás de Biolcatti colgado como King Kong de las rejas de la legislatura? Lo de la "contrapropuesta" en un marco de estado de excepción como el que vivimos es de una ingenuidad profunda, siendo benévolos
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