HABLEMOS DE BALANCES, MEJOR

En la saga de los ránkings que nos muestran entre los peores países del mundo (como el que hace poco difundieron de la Fundación Heritage sobre "libertad económica), leemos en La Nación: "los tiempos cambian. Alguna vez la Argentina fue mostrada como un caso de éxito en el Foro Económico Mundial, que todos los años se desarrolla en la ciudad suiza de Davos. Ayer, cuando se presentó la tradicional encuesta que recoge la opinión de 1344 CEO de todo el mundo, la Argentina fue una de las peor calificadas en rubros como clima de negocios, expectativas, confianza y calidad de las instituciones.

Los números de la muestra que elabora todos los años la consultora PricewaterhouseCoopers son elocuentes: sólo uno de cada 10 CEO de empresas que están en el país dijo estar muy confiado sobre los ingresos de su firma en el corto plazo; el 12% dijo estar "nada confiado". Esta última cifra se desplomó respecto del año anterior (había sido 26%).

La percepción sobre los negocios en el país está lejos de la media. Rusia encabeza la tabla de expectativas (53%), seguida por México (51%) y Corea del Sur (50%). Brasil quedó por encima de la media (39%), con 42% de valoración positiva. Entre los de peor calificación están Venezuela (25%), España (23%), Francia (22%) y la Argentina, con un magro 10%.

El capítulo local es una enumeración de problemas conocidos. El 90% de los CEO argentinos considera que las principales amenazas económicas para el crecimiento de sus empresas son la sobrerregulación, la respuesta del Gobierno al déficit fiscal y a la carga de la deuda y la volatilidad del tipo de cambio. Además, para los empresarios, los crecientes costos laborales y la corrupción (64%) son las principales amenazas del negocio para el crecimiento de la empresa.".

Los tiempos en los que la Argentina era mostrada como un caso de éxito en el Foro de Davos los conocemos bastante bien, porque están asociados a los más estrepitosos fracasos que tuvimos como país; lo que de por sí ya dice bastante sobre la seriedad de todo cuanto allí se diga.

Sin embargo, este tema de los test cuasi sicológicos a los hombres de negocios no es privativo de Davos, sino que lo escuchamos a menudo: que las "expectativas", que "el clima de negocios", que "la percepción de la economía", y cositas por el estilo.

Los mismos tipos que te plantean que la economía se rige poco menos que por leyes de la física (dada tal causa, se producirá inevitablemente tal efecto), te vienen después con eso; para traficar ideología. De la propia nota de la tribuna de doctrina surgen claro lo que ellos identifican como problemas: que el Estado trate de intervenir y regular, y eso afecte sus negocios, y su nivel de ganancias.

Que no es poco, ni mucho menos: por el contrario, las utilidades que obtienen el país las principales empresas (tanto extranjeras como nacionales) son significativos y están muy por encima incluso del promedio que obtienen (en el caso de las extranjeras) en sus propios países de origen; donde supuestamente imperan las reglas de juego que reclaman para acá.

De no ser así, hace rato hubieran abandonado el país en busca de mejores vientos; y no se quejarían (por ejemplo) de las restricciones que impuso el gobierno al giro de utilidades a sus casas matrices: si no ganaran plata (y bastante), no habría dividendos que remitir.

Por lo tanto y si bien la economía es una ciencia social, en la que las expectativas juegan un papel importante; y donde interactúan sujetos y sectores sociales con intereses contrapuestos, también es una ciencia que se maneja con datos duros, que deberían respaldar las elaboraciones téoricas.

De allí que más relevante que consultar las "percepciones" de los CEOS de las principales empresas de un país (en éste caso la Argentina), es mirar los balances de esas mismas empresas; que reflejan como les va.