PIQUETEROS DE WALL SREET

Por Cristina Ambrosio

La hegemonía de los medios masivos de comunicación se trasunta en el silenciamiento de situaciones cotidianas que se dan en el marco de la crisis económica que atraviesa EEUU y el primer mundo.

Parece que en el país de la libertad y la igualdad  los habitantes no son tan libres e iguales.

Todos hemos oído hablar del movimiento OCCUPY WALL STREET, que hace las veces de los Indignados que ocupan las calles europeas. Cuando se hace referencia a ellos en diarios, noticieros y radios que integran las redes de multimedios norteamericanas, se minimiza su actuación, y se los relaciona con grupos de extrema izquierda, extrema derecha, o cualquier otro extremo imaginable; con los mismos  procedimientos descalificatorios y de deslegitimación utilizados por las corporaciones mediáticas europeas.

Ante los mismos procesos, las mismas respuestas.

Y ello es tan así que estos nuevos emergentes sociales utilizan los mismos mecanismos de comunicación y han desarrollado estrategias evasivas, de persuasión y de comunicación idénticas en todos los países en que aparecen. La globalización se da, también, en la resistencia a la sangría provocada por la crisis del modelo capitalista.

La carta de presentación de Occupy Wall Street da razón de su existencia diciendo que “la única cosa que tenemos todos en común es que somos ese 99% que no va a tolerar la codicia y la corrupción de 1%”, en un planteo directo y concreto que critica el modo en que se distribuye la riqueza en su país.

En la página Mother Jones se analiza la problemática, se da cuenta minuto a minuto de las acciones que se desarrollan en los diferentes puntos del globo y especialmente en EEUU. Además se publican una serie de gráficos  realizados  por la Harvard Business  que analizan la evolución de la distribución de la riqueza, y evidencian que los ricos son cada vez más ricos, y se aportan los enlaces necesarios para acceder a información de diversos modos.

La aplicación The vibe en los teléfonos inteligentes está siendo utilizada para organizar las manifestaciones sin ser detectados previamente, eludiendo así el accionar de las fuerzas de seguridad.

En Twitter la comunicación se da vía http://twitter.com/#!/search/%23occupywallstreet, en un contacto directo e instantáneo.

La cuenta de TUMBLER  "Somos el 99%", permite a quienes quieran hacerlo dejar su historia de vida, y justificar su adhesión al movimiento, a fin de encontrar un canal de expresión y visibilizar aún más la crisis.

Las protestas se van desparramando por todo el país con sus principales cabeceras en Los Angeles (acampe en el Ayuntamiento), Chicago, Boston, Denver, Washington. En todas ellas se han producido detenciones, las más sobresalientes fueron la marcha de los Zombis, donde quienes concurrían se disfrazaban de zombis y comían billetes del juego Monopoly; donde fueran detenidos por circular en la via pública portando máscaras, y el cruce del puente de Brooklyn en New York, donde arrestaron a 700 personas por interrumpir el tránsito, luego de que los obligaran a salirse de las pasarelas y circular por una de las calles interiores. En las redes sociales circulan videos y fotos que acreditan el maltrato policial, como las malas condiciones en que estuvieron arrestados los manifestantes.

Anonymous, el colectivo de hacktivistas de Internet detrás de ataques a sitios de corporaciones y gobiernos, se comnprometió a apoyar las protestas del movimiento Occupy Wall Street borrando de Internet a la Bolsa de Valores mañana 10 de octubre.

Se pueden bajar imágenes para hacer cartelería, folletos, etc en esta otra página; especialmente diseñada, a fin de mantener una estética unificada.

Para el postre dejamos la frutillita, y con crema, en esta página creada para recaudar fondos dice la organización textualmente: "No tenemos miles de millones como Fox News ni estamos financiados por los hermanos Koch. Sólo tienes -Usted tiene- nuestra enorme gratitud, pero este dinero sólo pagará por los dos temas. Cuanto más dinero tengamos, más periódicos, carteles, calcomanías y volantes se pueden imprimir para hacer oír la voz del 99%. ¡Por favor, seguí contribuyendo y alentando a todos tus amigos, familiares y colegas a hacer lo mismo!

Ocuppy Wall Street es el comienzo de un nuevo tipo de democracia: una democracia de abajo hacia arriba, de la gente que dirige el 99%. Se trata de una audaz visión para el futuro que está empezando a inspirar a la nación. Sin embargo, vamos a necesitar los medios de comunicación de un pueblo robusto libre de vínculos con el dinero corporativo. Si queremos que la democracia sea de la gente entonces tenemos que crear los medios de comunicación de un pueblo; los dos son inseparables.  Queremos ser los medios de comunicación de las personas. Nuestro primer proyecto es el Ocupar Wall Street Journal, un periódico de gran formato de cuatro páginas con una tirada de 50.000 ejemplares. Está dirigido al público en general. La idea es explicar lo que la protesta está a punto de hacer y el perfil de las diferentes personas que se han unido y por qué se unieron. Vamos a explicar las cuestiones en juego y cómo el proceso de asamblea general funciona en Plaza de la Libertad. También se ofrecen recursos y formas de participar. Se hará hincapié en la calidad del contenido, el diseño, la fotografía y el arte que utiliza el humor incisivo para que sea una lectura muy animada. Futuros proyectos incluyen ya las ediciones de los periódicos, etiquetas en negrita, carteles, coloridas tarjetas de mano y volantes de inspiración.  Este proyecto es un esfuerzo voluntario: cada centavo que dona irá directamente a la impresión y distribución." 

El 21 de septiembre la asamblea dio un comunicado en donde se explicitan los requerimientos concretos que se hacen al Estado norteamericano, en cuanto a atribuciones de recursos a temas puntuales (salud, vivienda, medio ambiente), y la sanción de normas tendientes a terminar con las situaciones de privilegio de las que goza el 1 % de la población.

Cuando realizamos una mirada abarcativa de los reclamos, así como de los documentos que han sido dados por el movimiento, queda en evidencia que en nada les preocupa la procedencia de las riquezas que se distribuyen, los pueblos que verdaderamente padecen la pobreza, la contaminación y la falta de asistencia sanitaria. Bien dicen que por lo general la gente si no le pasa, no siente; hoy les toca probar a los "indignados" norteamericanos y europeos una gota de lo que -por siglos- otros pueblos han bebido por litros.